Comenzamos la escucha de VerSons (Nuba + Karonte Records, 2013), el noveno trabajo de Abe Rábade, con una sorprendente versión de «Solar», el tema que Miles Davis inmortalizó en su álbum Walkin’ (1954).
Desde 1996, el pianista de Santiago de Compostela forma un trío de jazz acústico junto a Pablo Martín Caminero, al contrabajo, y Bruno Pedroso, a la percusión, y juntos demuestran su calidad interpretativa y su versatilidad en este álbum cuyo título, VerSons, describe el contenido: un compendio de versiones, tomadas de un repertorio muy estudiado. El disco se grabó en el estudio Green Bug, en Vallecas, Madrid, el 27 y 28 de abril de 2013.
Entre las once piezas que nos presenta este álbum, encontramos un standard, «Solar», pero lo cierto es que el resto del disco se maneja por otros ejes y otras referencias. En este caso, Abe Rábade rinde tributo a John Coltrane («Like Sonny», el homenaje que hizo Coltrane a Rollins), Arthur Altman («All or Nothing at All»), Thelonius Monk («Four in One»), Jimmy Rowles («The Peacocks») y David Mann («In the Wee Small Hours of the Morning», la canción que dio título al disco lanzado por Frank Sinatra en 1955).
“Como dijo Duke Ellington ‒le dice el pianista a Álvaro García en El País‒, hay dos tipos de música, la buena y la mala. Y ya está. Hay que derribar las barreras entre lo culto y lo popular. Que andemos todavía distinguiendo entre unas músicas superiores y otras inferiores es un atraso. Beethoven y Stravinski son fantásticos, y Jimi Hendrix también, y Batallán o Miles Davis. Para entender eso, nada mejor que una música que atraviesa paredes que parecen imposibles de atravesar: el jazz”.
Lo sorprendente es que en este álbum también hay versiones de piezas tradicionales gallegas, como la popular «A saia da Carolina» o el tema de Luis Emilio Batallán «No niño novo do vento» (1975), que musicaba un poema de Álvaro Cunqueiro. Asimismo escuchamos dos composiciones barrocas en las que Abe Rábade y sus compañeros se acercan al mundo clásico: el adagio del Concerto n.º 2 en sol menor, Op. 8, RV 315, «El verano», correspondiente a las Cuatro estaciones, de Antonio Vivaldi, y el aria «Lascia ch’io pianga», que Haendel incluyó en el oratorio Il Trionfo del Tempo e del Disinganno (1707) y en el acto II de su ópera Rinaldo (1711).
«Soy músico ‒dice Abe Rábade‒ porque pienso que la música es uno de los más poderosos canales para la comunicación emocional y abre la vía de la intuición. Intento no perder nunca de vista estos factores en aquellos proyectos que emprendo».
Este artículo amplía una transcripción de mi programa radiofónico «Orient Express», emitido por Radio Círculo © Gernot Dudda. Reservados todos los derechos.