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«Tratado y discurso sobre la moneda de vellón», de Juan de Mariana

Más que por su presencia en los libros de historia del pensamiento, el jesuita Juan de Mariana (Talavera de la Reina, 25 de septiembre de 1536-Toledo, 17 de febrero de 1624) debería ser elogiado por la actualidad de mucho de cuanto escribió.

Dentro de la intelectualidad del Siglo de Oro, De Mariana es una de las figuras más prestigiosas, y ello se debe a una trayectoria excepcional. Estudió Artes y Teología en Alcalá de Henares, cuando esta ciudad era un foco de ebullición humanista. Fue profesor en el colegio jesuita de Roma y alcanzó el grado de doctor en la Sorbona. En París volvió a la docencia. Posteriormente, en el colegio de la Compañía en Toledo, mostró el lógico deseo de expresar por escrito toda la sabiduría que había ido decantando gracias a compañías ilustres y maestros excepcionales.

El nuestro no es un país proclive a los deberes de la memoria, pero convendría recordarle que Juan de Mariana fue, por ejemplo, un cronista fabuloso, al que debemos la Historia general de España (en latín, 1592; en español, 1601), un texto monumental, que mantuvo su vigencia y su impacto a lo largo de las dos centurias siguientes.

En todo caso, para centrarnos ya en la obra que motiva estas líneas, hay dos rasgos en el espíritu de Juan de Mariana que debemos tener presentes: su crítica al pensamiento vigente ‒entiéndase aquí como una emanación del poder‒ y su valentía ‒escandalosa en su tiempo‒ a la hora de denunciar los desmanes de los gobernantes (Ahí está su De rege et regis institutione). Ni que decir tiene que esa postura tuvo graves consecuencias para él, sobre todo cuando el duque de Lerma lanzó contra el toda su maquinaria administrativa y legal.

Esto último se debió a la publicación en Colonia del libro que hoy comentamos, De monetae mutatione (1609), en el que el Padre Mariana denunciaba las prácticas económicas de la monarquía para aumentar sus recursos, manipulando el valor real de la moneda por medio de un truco ‒la inflación de la moneda de vellón, reduciendo en ella el contenido de metal noble‒ que venía a ser un impuesto encubierto.

Como el duque de Lerma se dio por aludido y entendió que Felipe III salía mal parado en sus páginas, emprendió, a través de sus embajadores, una búsqueda obsesiva de ejemplares de la obra para destruirlos. Procesado por la Inquisición ‒que también se ocupaba de estos asuntos y de otros delitos que nada tenían que ver con la religión‒, nuestro sabio fue recluido durante un año en el convento de San Francisco de Madrid.

Puesto en libertad, sin sufrir condena por parte del tribunal, volvió a sus quehaceres después de sufrir esa dura prueba.

En realidad, el verdadero valor de este Tratado es su novedosa perspectiva de lo que posteriormente sería la modernidad política y económica, expresada hoy en la democracia liberal y en la propiedad privada.

Con una claridad que aún hoy sorprende, el Padre Mariana dibuja los límites de la autoridad real y rechaza la tiranía o las injusticias sociales. Y aunque fue hijo de su tiempo y de sus creencias ‒atacó a los reyes y a la nobleza, pero no al poder eclesiástico‒, la novedad de sus ideas sociales y económicas sedujo a reformistas muy posteriores, como el propio Joaquín Costa, quien valoró en De rege et regis institutione los comentarios del jesuita en contra de las excesivas diferencias de rentas y a favor de una intervención administrativa que paliase los efectos de aquellas.

Con todo, en ese trecho que va desde De rege et regis institutione hasta este De monetae mutatione hallamos la evolución y definitivo posicionamiento intelectual de un admirable pionero de la libertad económica y política.

Sinopsis

El Tratado y discurso sobre la moneda de vellón, publicado en 1609, está considerada una obra precursora de la economía liberal y al autor le supuso la persecución por parte de las autoridades españolas. En ella, De Mariana defiende la propiedad privada y la necesidad de que el rey cuente con el consentimiento del pueblo para exigir impuestos. Asimismo, denuncia una práctica habitual en la época y que la Casa de Austria utilizó reiteradamente para aumentar los ingresos del Estado: reducir el contenido de metal noble en las monedas. En este caso, el de las monedas de vellón, que estaban hechas de una aleación de plata y cobre.
Con gran perspicacia, De Mariana se dio cuenta de que la disminución de la proporción de plata aumentaba el número de monedas en circulación y hacía que los precios se incrementaran. En este tratado, De Mariana advierte que eso es una forma oculta de impuesto y, por lo tanto, considera que es necesario que cuente con la aprobación del pueblo, aunque ni siquiera así se podría estimar juiciosa: «este arbitrio nuevo de la moneda de vellón, que si se hace sin acuerdo del reino es ilícito y malo, si con él, lo tengo por errado y en muchas maneras perjudicial».
En tiempos de Juan de Mariana la ciencia económica estaba poco desarrollada y no existían los términos que hoy utilizamos a diario. Pero su percepción de la inflación, la lucha contra ésta por medio de unos presupuestos equilibrados que limitaran el gasto de la casa real y de una administración más eficiente, hacen de él un lúcido precursor de las grandes ideas del liberalismo económico contemporáneo.

Juan de Mariana, jesuita, teólogo e historiador nacido en 1536 en Talavera de la Reina. Hijo ilegítimo, estudió Artes y Teología en Alcalá de Henares y muy pronto entró en la Compañía de Jesús.
Fue un escritor brillante y un profesor admirado, y dio clases en Roma y París antes de retirarse a Toledo para dedicarse a su obra, que fue extensa y polémica.
Escribió una Historia general de España, publicada en latín en 1592 y posteriormente traducida por el propio autor al castellano, que se convirtió en un gran éxito y en la obra de referencia sobre la historia española durante siglos. En 1598 publicó De rege et regis institutione, un controvertido tratado político que fue quemado en París por su defensa del tiranicidio. La publicación de De monetae mutatione, este Tratado y discurso sobre la moneda de vellón, en 1609, le supuso la persecución por parte de las autoridades españolas. En ella denuncia la costumbre de alterar el contenido de metal noble en las monedas para aumentar el número de éstas en circulación y proporcionar así más recursos al Estado. Por sus escritos y por la influencia de éstos, se le considera uno de los padres fundadores del liberalismo económico.

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Guzmán Urrero

Colaborador de "La Lectura", revista cultural de "El Mundo". Tras una etapa profesional en la Agencia EFE, se convirtió en colaborador habitual de las páginas de cultura del diario ABC y de revistas como "Cuadernos Hispanoamericanos", "Álbum Letras-Artes" y "Scherzo".
Como colaborador honorífico de la Universidad Complutense de Madrid, se ocupó del diseño de recursos educativos, una actividad que también realizó en instituciones como el Centro Nacional de Información y Comunicación Educativa (Ministerio de Educación, Cultura y Deporte).
Asimismo, accedió al sector tecnológico como autor en las enciclopedias de Micronet y Microsoft, al tiempo que emprendía una larga trayectoria en el Instituto Cervantes, preparando exposiciones digitales y numerosos proyectos de divulgación sobre temas literarios y artísticos. Es autor de trece libros (en papel) sobre arte y cultura audiovisual.

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