En su labor investigadora, los arqueólogos han descubierto que el pasado de Melilla es tan significativo como complejo. Aunque se sabe que los griegos llegaron a la primitiva Rusadir en el siglo X, este emplazamiento ya había sido ocupado por otras culturas.
Convertida en colonia romana, fue llamada Flavia. A pesar de las dificultades que encontraron a la hora de expresar su creencia, los melillenses aceptaron el cristianismo en aquellos lejanos días.
Posteriormente, los musulmanes penetraron en la plaza, que fue conquistada en 1497 por los soldados del Duque de Medinasidonia, al mando del adelantado Pedro de Estopiñán.
Los descendientes del duque la cedieron a Felipe II en 1556. Antes de cerrarse dicho protocolo, el escudo imperial de Carlos V ya coronaba la Puerta de Santiago. Los rifeños la sometieron a dos dramáticos asedios, en 1774 y 1893. En 1921, su soberanía fue amenazada por los hombres de Abd-el-Krim.
Qué ver en Melilla
El casco antiguo melillense, llamado la Ciudad Vieja, queda guarnecido por murallas fortificadas. Desde un punto de vista simbólico, las efigies de Nuestra Señora de la Victoria y del Cristo del Socorro parecen contribuir a esa protección desde su lugar en la Iglesia de la Purísima Concepción (siglo XVII).
Hay restos del viejo alcázar que sirven para evocar esa historia que también queda insinuada en otras partes de la primitiva Ciudadela. No obstante, Melilla también tiene un rostro modernista: Enrique Nieto, discípulo de Gaudí, fue el responsable del conjunto monumental que hoy identificamos con la Plaza de España y sus alrededores.
Fiestas
Cada 8 de septiembre, los melillenses disfrutan de las fiestas patronales de la Virgen de la Victoria. El Día de Melilla es el 17 de septiembre, y en él se recuerda que, desde 1497, la ciudad es territorio español.
Qué comer en Melilla
La mezcla étnica es una de las señas distintivas de la cocina autóctona. Esta variedad se expresa en platos de linaje ibérico, como el caldero de pescado, los riñones a la plancha, las naranjas rellenas, la brocheta de rape, el pastel de pescado y la cazuela de rape a la Rusadir.
El cus-cus o alcuzcuz de los bereberes y la tortilla de colores hebrea contribuyen a enriquecer el menú. Por otra parte, el tapeo es una costumbre bien arraigada, habitual en calles como Andalucía, Conde de Alcaudete, General Aizpuru, La Legión, López Moreno y Pablo Vallesca.
Excursiones
Pinares de Rostrogordo.
Playa de la Hípica.
Visitas en los alrededores
Murallas de la Ciudad Vieja.
Monumentos y museos
Barrio del Mantelete.
Iglesia de la Purísima Concepción.
Plaza Menéndez Pelayo.
Puerta de Santiago.
Torre de las Pelotas.
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Imagen superior: Wikimedia Commons.
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