La antigua colonia romana de Norbense Cesarina, fundada allá por el 25 a.C., fue una población sobre la que se acumularon varios estratos culturales. Los visigodos cedieron paso a los árabes, que la llamaron Al-Cazires o Quazris.
Durante el primer tercio del siglo XIII, Alfonso IX de León la reconquistó. Muy pronto, el vigor comercial de la ciudad se escenificó en sus calles, jalonadas por palacios y casas señoriales. De hecho, parte del oro de Indias sirvió para costear los primores renacentistas de su arquitectura.
«Pasear por el centro histórico de Cáceres ‒escribe Fernando García de Cortázar‒ es pasear por el otoño de la Edad Media, por las calles que vieron nacer a muchos de los aguerridos conquistadores. Es también asistir a un curso acelerado de historia del arte, pues a la vuelta de cada esquina salen vestigios de las épocas más diversas, desde construcciones musulmanas, como la torre de Bujaco o el aljibe que oculta la casa de las Veletas, a bellas muestras del Renacimiento, pasando por hermosísimos ejemplares del románico, del gótico y del plateresco. Y contemplándolo todo desde las alturas, las cigüeñas y los vencejos, otra de las señas de identidad cacereñas».
Qué ver en Cáceres
Los barrios consolidados en los siglos XV y XVI no han desaparecido del plano cacereño. Muchas de las riquezas de aquel tiempo permanecen ante la mirada del visitante, que tiene aquí la ocasión de conocer un soberbio patrimonio.
Tras recorrer la muralla, erigida por romanos, almohades y cristianos, podemos entrar en la basílica de Santa María la Mayor, que sirve de concatedral. No faltan en el trayecto los edificios de orden religioso, como los conventos de San Francisco, San Pablo, Santa Clara y Santo Domingo, y las iglesias de San Francisco Javier, Santiago, San Juan Bautista, San Mateo, San Blas y Espíritu Santo.
Asimismo, Cáceres cuenta con edificios nobles; por ejemplo, la casa de los Golfines de Abajo, el palacio de los Golfines de Arriba, la casa de las Veletas, la casa del Sol y la casa de los Ovando (Torre de las cigüeñas).
Fiestas
En Cáceres se celebra el Carnaval, y en febrero, comienzan los festejos de Las Candelas. Por San Jorge (23 de abril), las calles se ven invadidas por dragones, moros y cristianos. Con mayor recogimiento, los cacereños acuden a la romería de la Virgen de la Montaña el primer domingo de mayo. Quienes gusten de la algarabía, no deben faltar a la feria de San Fernando, organizada al cabo de un mes.
Qué comer en Cáceres
El recetario pastoril influye en la gastronomía cacereña, muy dignamente representada por la perdiz a la moda de Alcántara, las tencas fritas, las truchas del Jerte, las chacinas y los salazones del cerdo ibérico y el jamón de pata negra de Montánchez y Piornal. Servida al modo tradicional, la torta del Casar suaviza esta gama tan intensa de sabores.
Excursiones desde Cáceres
Cueva de Castañar de Ibor.
Garganta de los Infiernos.
Los Barruecos.
Llanos de Cáceres y Sierra de Fuentes.
Parque Natural de Monfragüe.
Sierra de San Pedro.
Visitas en los alrededores
Arroyo de la Luz.
Alcántara.
Valencia de Alcántara.
Trujillo.
Guadalupe.
Museos y monumentos
Arco de la Estrella.
Casa de los CáceresOvando.
Casa de los Golfines de Abajo.
Casa y torre de Carvajal.
Concatedral de Santa María.
Museo Provincial (Palacio de las Veletas)
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Imagen superior: Wikimedia Commons.
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