En esta época en que los conceptos sociales tienden a reducirse a estereotipos ‒con Twitter, bastan 280 caracteres para administrar nuestro imaginario‒, hablar de riqueza puede resultar engañosamente fácil. ¿Qué es un rico? ¿Es sólo alguien que consigue todo lo que desea en cualquier momento dado? ¿Un personaje más brillante que el resto, al que se le brindan tantas ventajas que no sabe por dónde empezar? ¿Un maestro del dominio social, con una red de amigos influyentes, capaz de salirse siempre con la suya, incluso aunque carezca de elegancia para merecer tantos lujos?
El magnífico libro de Kampfner recorre la historia cultural de los potentados y nos proporciona anécdotas y reflexiones acerca de un buen puñado de ellos: los que usaban guante de terciopelo y los que acumularon sus tesoros con mano de hierro, los que medraron a base de testosterona y los que ya tenían unos delirantes ingresos desde la cuna, los que comunican al mundo lo grandes que son y los que cuentan sus billetes en la intimidad… Tipos, en fin, como Alfred Krupp, Andrew Carnegie, Mobutu Sese Seko, Luis XIV y otros magnates con una dinámica propia.
La exigencia ancestral de la riqueza es analizada por el autor desde los tiempos del antiguo Egipto, como si ésta fuera un factor genético, aislable bajo el microscopio.
Con un estilo ameno e inteligente, Kampfner nos habla de obsesiones, mitos familiares, exhibicionismo, dinero nuevo y dinero heredado, signos de estatus y negocios que contribuyen a afianzar toda una dinastía.
A lo largo de estas páginas, comprobamos cómo los ricos marcan su territorio, cómo financian sus santuarios privados y con qué fiereza defienden sus posesiones y su personal mitología. Situados en los renglones de la historia, estas figuras parecen tener algo en común: poseen el dominio de los recursos que todos ambicionamos en cada época concreta. De ahí que sea tan fascinante el segundo tramo del libro, en el que Kampfner sitúa el foco sobre la opulencia contemporánea. Es decir, sobre los magos de las finanzas, los banqueros y los cibermillonarios de Silicon Valley. Como verán, casi todos ellos han edificado sus imperios sobre bienes menos tangibles que el oro y las fábricas de sus predecesores.
Hay excepciones a esto último, claro. Sólo hay que pensar en los grandes jeques del petróleo. No obstante, tiene su gracia pensar que Mark Zuckerberg se hizo rico antes de cumplir los treinta, a diferencia de los capitalistas del XIX, que a menudo tardaban toda una vida en llenar su caja de caudales.
Kampfner comprime en su excelente libro dos milenios de historia, lo cual le permite escrutar la figura del rico en términos casi evolutivos. Y es que, como podrán comprobar los lectores, los oligarcas de hoy libran sus espectaculares batallas financieras con destrezas que ya forman parte de su memoria genética. Al fin y al cabo, ese banquero que ahora mismo sube a su jet privado es el resultado de una carrera de obstáculos que lleva celebrándose desde la noche de los tiempos.
Sinopsis
Solo un pequeño grupo llegará arriba, por medios justos o turbios. Y deberán agradecérselo a gobiernos dóciles, parlamentos reguladores y bancos centrales, como siempre han hecho. Pues la victoria de los superricos en el siglo XXI es un producto de dos mil años de historia.
Los superricos han existido siempre y a todos nos fascinan. Monarcas que se divinizaron en vida como Akenatón y Luis XIV —que crearon sus propias ciudades-palacio para el culto a su personalidad— son antecesores de los jeques árabes que en la actualidad hacen surgir grandes urbes en medio del desierto. Hombres sin escrúpulos como el especulador Craso de la República romana o el conquistador del Perú Francisco Pizarro son los maestros de los nuevos multimillonarios rusos y chinos, de ambición ilimitada y pocas consideraciones. Príncipes banqueros del Renacimiento como Cosme de Médici son los antepasados de los actuales magos de las finanzas o los grandes gurús de la informática de Silicon Valley, por no hablar de dictadores, industriales, comerciantes… que se convirtieron en los reyes Midas de su tiempo y todos ellos tienen su reflejo en la actualidad.
John Kampfner —uno de los autores más iconoclastas y respetados de Reino Unido— compara y contrasta a los ricos y poderosos de todo el mundo y de todos los tiempos. ¿Qué es lo que les une? ¿Tienen los mismos instintos emprendedores? ¿Comparten ambición, vanidad, codicia y filantropía? ¿Cómo han hecho su dinero y cómo lo gastan?
John Kampfner es uno de los autores, locutores y comentaristas más respetados e iconoclastas del Reino Unido y se ha convertido en un gran conocido del público en temas de política, asuntos internacionales y libertades civiles. Desde 2005 a 2008 fue editor de New Statesman y actualmente es colaborador habitual de The Guardian, Independent y Financial Times entre otros periódicos. Vive en Londres.
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