Hernán MigoyaNicolas Cage tiene un plan maestro que está por encima de nuestros gustos y opiniones comunes.
En sólo la última década ha actuado en más de 30 películas: de ellas, he logrado ver 26. De estas, al menos 10 son estupendas, y hay también un par que son excelentes. El resto va de lo extravagante a lo horroroso, pero raramente están exentas de algún interés para el cinéfago.
La última es una gozada: comedia dirigida por el realizador habitual de Sacha Baron Cohen (Borat, Brüno), Cage encarna a un tipo real, un «tonto del pueblo» del whitetrashismo americano que decide viajar a Paquistán porque está convencido de que Dios le ha encomendado capturar a Bin Laden él solito… Army of One es el título de esta epopeya y Cage está inmenso:
Cine fresco que no destaca por sus cualidades formales (no es una buena peli en el sentido mediocre del concepto), pero que cuestiona continuamente el criterio del buen gusto convencional y viene servido con la agradecida guarnición de una «historia de amor» entre personas normales, retratada con una frescura, calidez y naturalidad que no es habitual en los códigos hollywodienses.
Nic, Nic, ¡sigue adelante, no pares nunca! ¡¡¡Eres mi ET favorito!!!
Sinopsis
Gary Faulkner (Nicolas Cage) es un exconvicto, desempleado, habilidoso y moderno Don Quijote que recibe una visión de Dios (Russel Brand) diciéndole que debe capturar a Osama Bin Laden. Armado solo con una katana comprada a través de un canal de ventas por televisión, Gary viaja hasta Pakistán para completar su misión. En la búsqueda de su objetivo, Gary se encuentra con viejos amigos que regresan a su casa en Colorado, a nuevos amigos que hace en Pakistán, a los enemigos que tiene en la CIA, a Osama e incluso al mismo Dios.
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Guzmán Urrero
