En una entrada reciente, comentaba la emoción que me causa el chiste gráfico diario que, bajo el título de “La calle está dura“, publica el periódico sensacionalista (o “chicha”) Trome. Imaginaréis entonces mi alegría cuando descubrí Mátate, volumen que la librería/editorial ContraCultura editó con autoría del mismo artista: Álvaro Portales.
Mátate, con prólogo del omnipresente (con justicia) Juan Acevedo, es un catálogo de sesenta y cinco situaciones donde Portales exhibe sesenta y cinco maneras diferentes de cometer suicidio. Sus suicidados van del caracol más anónimo a toda una familia de limeños miserables; y la compone gente tan ilustre como Jesucristo o la Antorcha Humana.
No todas sus propuestas están igualmente logradas, a nivel humorístico y/o poético; pero al igual que sus chistes para Trome, Álvaro Portales (a quien no conozco personalmente, pero por quien voy a hacer todos los esfuerzos con el fin de conocerle) exhibe una vena de alienación de base popular, una veta de pura empatía con el pueblo llano (y os puedo asegurar que el pueblo llano aquí existe, y mucho), una fuente de verdad incontestable, que no he visto en ningún otro artista limeño; ya que el panorama artístico limeño se ve aquejado en igual o mayor medida del mismo mal que el europeo: un pijerío considerable. Para mí, esa virtud de Portales logra sobreponerse a algunas taras coyunturales, como cierto acomodo gráfico que debería hacer evolucionar, o simplemente la añoranza que provoca en el lector de una mayor ambición artística. Yo creo que Álvaro Portales, con su punch de ternura y crueldad, puede llegar a mucho más si se lo propone.
De momento, ha publicado su primer libro de material inédito, y ha escogido como fuente de inspiración el suicidio. Temática que, a través de sus citas a Cioran, él aplica como único recurso mental que puede aliviar el alma de los ciudadanos condenados a la vida moderna, o a la vida semimoderna, o a la vida en la estratosfera de la vida moderna (pero condicionada, maldecida inexorablemente por ésta). Significativa su opción, mucho más de lo que quizá se hayan dado cuenta en la propia sociedad limeña, y para mí, el mejor exponente de lo que esa sociedad regurgita como arte con raigambre propia. Para mí una ojeada a su obra te explica la vida en Lima.
Os dejo con la somera y significativa crónica que Portales hace de su propia vida en la solapa del mismo libro: “Álvaro Portales nació en 1973, actualmente vive y calcula que morirá, al igual que todos, en el año 2040″.
Copyright del artículo © Hernán Migoya. Previamente publicado en Comicsario, un blog para la fenecida editorial Glénat España. Reservados todos los derechos.
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