Mamá es Selma Blair, que ya tiene edad para tener hijos adolescentes (¡Pero si ayer era ella la que interpretaba a jovencitas! ¿Qué nos ha pasado?) y Papá es Nicolas Cage, ese actor que es un género en sí mismo, y que eleva el arte del histrionismo a un nuevo nivel. Hay quien lo llama mega-actuación.
A Mamá y Papá les dirige Brian Taylor, mitad de lo que solía ser el dúo de cineastas Neveldine & Taylor, que logró cierta notoriedad hace más o menos una década con el díptico Crank. Aquellas películas resultaban tan irritantes como divertidas por su estilo videoclipero, ritmo frenético y total desvergüenza, a mayor gloria de la calva y el carisma barriobajero del británico Jason Statham. La pareja perpretró luego una serie de desastres taquilleros y artísticos, incluyendo el guión de Jonah Hex (Jimmy Hayward, 2010), que echó a perder la oportunidad de hacer justicia cinematográfica a tan magnífico personaje de cómic, y la realización de Ghost Rider: Espíritu de venganza (2012), inclasificable secuela que acabó de golpe con la saga peliculera del Motorista Fantasma.
Nicolas Cage no parece guardarle rencor a Brian Taylor, así que repite en esta comedia negra con toques fantásticos en la que, de repente, los progenitores se dedican a asesinar a su progenie.
Ojo, la plaga no se basa en la idea de adultos atacando a niños de manera aleatoria, sino exclusivamente a sus hijos. Por supuesto, toda la película no es más que una fábula en la que se habla de un sentimiento relacionado, en cierto modo, con la primera línea de este este comentario: adultos atrapados por su vida familiar y por su propia edad.
Los sueños y anhelos de juventud, la libertad de los viejos días, quedan sepultados bajo las responsabilidades de la paternidad/maternidad, sin que uno sepa cómo o cuándo ha sucedido eso. Nicolas Cage lo explica mejor que yo en uno de sus momentos de mega-actuación: una larga escena relacionada con una mesa de billar, que quizá sea el mejor momento de la película (y que no tiene nada que ver con el despiporre de sustos y mamporros).
Pese a que el film en sí es delirante y muy bruto, en realidad sorprende que no lo sea más, teniendo en cuenta quién dirige todo el asunto. Las escenas de padres persiguiendo y acabando con sus hijos están rodadas de forma casi elíptica, sin imágenes traumáticas para la sensible moral del público actual. Todo queda en una ligera comedia negra, pese al planteamiento y pese a histérica puesta en escena.
El propio ritmo de la película acaba siendo más desconcertante que lo que narra. La abundancia de flashbacks (más o menos) tranquilos, intercalados con los momentos de suspense o acción, termina por alejar al espectador de la historia, y provoca que la cinta parezca más larga de lo que realmente es.
Sinopsis
Mamá y papá es un thriller escrito y dirigido por Brian Taylor, responsable del díptico Crank: Veneno en la sangre y Crank: Alto voltaje, sobre una epidemia en forma de locura hará que los padres ataquen a sus hijos sin motivo aparente.
Una misteriosa epidemia en forma de locura masiva de origen desconocido provoca que los padres ataquen violentamente a sus hijos. Carly Ryan, de 16 años, y su hermano Joshua, de 9, se encuentran atrapados en su propia casa y deben sobrevivir durante 24 horas. Durante ese tiempo, deberán resistir velando por sus vidas y, a la vez, evitando matar a las dos personas en quienes más confiaban: su madre y su padre.
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