Decía Baudelaire, y yo lo doy por hecho, que el deseo de escapar a otras realidades forma parte de nuestro destino: «Este fuego tanto nos abraza el cerebro, que queremos / Sumergirnos en el fondo del abismo, Infierno o Cielo, ¿qué importa? / ¡Hasta el fondo de lo Desconocido, para encontrar lo nuevo!»
Eso que llaman hastío vital, y que hoy se conjuga con los atosigamientos de la modernidad ‒por ejemplo, la rutina de las redes sociales, la distracción infinita o la descolorida felicidad del consumismo‒, siempre puede aliviarse cuando uno parte hacia lugares lejanos. Reinos cuyos habitantes, animales y paisajes confirman que la diversidad aún existe bajo la luz del sol.
Rumbo a esos destinos, el típico viaje de veraneo, tan previsible como el resto de la oferta turística, es sustituido por algo mucho más profundo y azaroso. Y es que, pese a Google Maps, aún es posible el viaje tal y como lo entendían quienes buscaban un destello del Grial bajo la Torre de Glastonbury, o algún shangri-la en el Tibet.
Solo eso, sencillamente así: ir hacia lo desconocido y descubrir lo nuevo. Aunque, claro, el de Baudelaire no es el único consejo posible. No olvidemos que el viaje, además de ser una fuente de experiencias y un modo de personalizar cada ruta, también propicia un género literario apasionante. Género que Patricia Almarcegui conoce bien. Al fin y al cabo, ella misma aguza los ojos cuando divisa un nuevo horizonte, y además sabe contarlo como corresponde.
Los mitos del viaje. Estética y cultura viajeras reúne diversos escritos de Almarcegui a propósito de esta pasión. En sus páginas, caben la teoría antropológica, el deslumbramiento, la filosofía, la literatura, algunas reflexiones sobre el género, y como plato principal, el recuerdo de grandes viajeros y exploradores. Entre ellos, Marco Polo, Ruy González de Clavijo, Lady Mary Wortley, Alí Bey, Carsten Niebuhr, Annemarie Schwarzenbach y Ryszard Kapuściński.
Al leer Los mitos del viaje, uno descubre las distintas facetas de este fenómeno. La experiencia inefable, el encuentro con el Otro, la escapada, la suma de recuerdos, la acotación de las anchuras del mundo, el enfoque de la mirada, y por supuesto, la aventura que baila en nuestras venas.
Sin duda, cada libro elige a sus lectores, y este ‒convincente y ameno‒ invita a uno en concreto: aquel que aún esté dispuesto a perderse en Babel, peregrinando a las alturas o a las honduras de este prodigioso planeta.
Sinopsis
Desde la Antigüedad, el viaje constituye una de las formas preferidas para la representación de los seres humanos. Conocer nuevos lugares y nuevas gentes es una forma de la cultura y describe la sociedad y la mentalidad de hombres y mujeres. Es imposible pensar una cultura sin el encuentro con la alteridad, y el relato de viaje se convierte en la prueba estética, documental y testimonial de ese encuentro. Patricia Almarcegui, reconocida cronista y ensayista que ha viajado por Egipto, Yemen, Uzbekistán, Sri Lanka, Kirguistán, Japón, India, e Irán, pretende en este volumen –que recoge una antología de sus mejores escritos sobre el tema de la última década y varios inéditos– avanzar en el estudio de la estética y la cultura viajeras, en un intento de identificar los elementos que lo organizan así como de la literatura que genera. Almarcegui desgrana el mito del viaje a partir de las aventuras de Marco Polo y Ruy González de Clavijo; de los viajes a Oriente de Lady Montagu, Alí Bey y Carsten Niebuhr; y de la literatura de Annemarie Schwarzenbach y de Ryszard Kapuściński.
El viaje no ha muerto, se viaja a la búsqueda de la experiencia cultural que provoca, por lo que es oportuna una reflexión sobre su sentido en la actualidad y de cómo plantearse su discusión en un contexto comparado y contemporáneo; sin olvidar, además, la perspectiva del género, que exige narrar los momentos de diferencia y dificultad que la propia autora ha sufrido como mujer. A su vez, posee una estructura híbrida que potencia el análisis de su relación con la imagen, la comunicación y el lenguaje. En definitiva, un ensayo que pretende describir y reformular los imaginarios del viajero. El mundo no sólo depende de una visión casual de quince días, sino también de un conocimiento que se acumula. Un ensayo, en definitiva, erudito y ameno, que reformula el imaginario del viajero desde la perspectiva del género.
Patricia Almarcegui es novelista, ensayista y profesora universitaria de literatura comparada. Sus intereses se han centrado especialmente en la estética literaria, los estudios culturales y la literatura de viajes. Publica habitualmente en las revistas Jot Down, Quimera, Cuadernos Hispanoamericanos y Revista de Occidente, y es colaboradora del suplemento ABC Cultural, de eldiario.es y de La Vanguardia. Entre las obras que ha publicado destacan: Los libros de viaje. La realidad vivida y el género literario (en colaboración con Leonardo Romero Tobar, 2005); Ali Bey y los viajeros europeos a Oriente (2007); El sentido del viaje (2013, Segundo Premio de Ensayo Fray Luis de León); Escuchar Irán (2016); y Una viajera por Asia Central (2016). Es autora de la novela El pintor y la viajera (2011, traducida al francés en Intervalles). Ha viajado y residido en Egipto, Yemen, Uzbekistán, Sri Lanka, Kirguistán, Japón, India, e Irán. Antes de formar parte del mundo académico, fue bailarina del Balleto di Roma.
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