Al lector le resultará fácil identificar este argumento. El héroe de esta aventura vive en un lugar apartado con sus padres adoptivos. Llegada la juventud, siente la llamada de la aventura. Aunque al principio no se decide a abandonar su hogar, al final lo hace. Consigue una espada muy especial y emprende el camino, en el que encontrará toda clase de peligros, de los que saldrá victorioso gracias a su valor e inteligencia. También conocerá a un sabio maestro que le aconsejará y se enfrentará a su padre y lo matará. Finalmente se casará con la reina o princesa.
Sí, podría tratarse de una sinopsis más o menos precisa de La guerra de las galaxias, de George Lucas, aunque también parece coincidir en algunos detalles con El señor de los anillos, de Peter Jackson. Se trata, sin embargo, del argumento de Teseo, el héroe griego, pero podría ser también el del rey Arturo, el de Rómulo y Remo o el de Edipo.
El mito de Edipo es uno de los más importantes de la antigua Grecia. El ciclo completo era conocido como la Tebaida, porque la acción tenía lugar en Tebas, una ciudad cercana a Atenas, pero también como la Edipoida, porque se refería al héroe Edipo. Muchos dramaturgos, al menos doce con toda seguridad, escribieron acerca de este mito: Esquilo escribió cuatro obras, de las que sólo se conserva Siete contra Tebas; Eurípides escribió Las suplicantes, que tiene relación con la saga. En Roma, Séneca escribió una versión, y hasta el mismísimo Julio César otra, que no se conserva. De Sófocles todavía podemos leer el Edipo rey, que Aristóteles consideraba la cumbre del teatro griego, a la que volveremos más adelante, y Edipo en Colono. Pero antes conviene conocer con más detalle el mito.
Edipo es un muchacho que crece en la corte del rey Polibo de Corinto hijo del rey Layo de Tebas. En la adolescencia, sospecha que existe algún misterio en su vida y visita el oráculo de Delfos, donde se le anuncia que dará muerte a su padre y se acostará con su madre. Para evitarlo huye de Corinto y se dirige a Tebas, capital de la región griega de Beocia. En el camino se cruza con un hombre que le dice que se aparte y se produce una pelea. Edipo mata al hombre. Después, Edipo resuelve el enigma de la Esfinge, terrible monstruo que asola el reino y es nombrado nuevo rey. Se casa con Yocasta, viuda del rey muerto recientemente, Layo. Tiempo después, Edipo descubre, gracias al adivino Tiresias, que el hombre al que mató en el camino era el rey Layo y que su esposa Yocasta es también su madre. Desesperado, Edipo se arranca los ojos.
La coincidencia entre los mitos clásicos, como el de Edipo, y el cine actual puede resultar sorprendente a primera vista, pero es fácil de explicar si tenemos en cuenta que la mitología, ya sea griega o de otras culturas, se halla en el inicio de casi todas las literaturas, desde los cuentos y las leyendas hasta las novelas y las grandes obras de teatro: por poner un ejemplo, la película Ran de Akira Kurosawa está basada en la obra de Shakespeare El rey Lear, quien a su vez se inspiró en la antigua leyenda inglesa del rey Llyr.
En ocasiones, sin embargo, se encuentran semejanzas entre narraciones de culturas que nunca estuvieron en contacto, como las civilizaciones preincaicas, la China anterior a nuestra era, el Egipto de los faraones o los aborígenes australianos. ¿A qué se debe esta semejanza? Carl Gustav Jung, el discípulo heterodoxo de Sigmund Freud, pensaba que existe una especie de inconsciente colectivo en el que habitan ciertas figuras o esquemas comunes que él llamaba «arquetipos». Otros creen que las coincidencias se deben a que las maneras de contar una historia no son muchas y a que es inevitable que unas funcionen mejor que otras; por lo tanto, lo más razonable es que solo sobrevivan o interesen cierto tipo de historias. Algo así como al selección natural aplicada a los relatos.
Sea cual sea la causa, los estudiosos de la literatura, las leyendas, el folclore y la mitología, constatan que en los mitos, en las leyendas y quizá en toda narración existen ciertos aspectos o temas que se repiten muy a menudo.
El viaje del héroe
Joseph Campbell fue uno de los mitógrafos más conocidos del siglo XX. En Las máscaras del héroe examinó cientos de mitos y leyendas, desde Grecia a los incas, pasando por las sagas islandesas o las epopeyas de la India. Encontró así un patrón que se repite en muchas historias: el viaje del héroe. En este relato común, muchos héroes son abandonados por sus padres (Rómulo y Remo, Sargón de Acad, Edipo, Teseo o Moisés), pero cuando llegan a la adolescencia dejan su hogar adoptivo, realizan diversas hazañas y recuperan el reino de sus verdaderos padres, a menudo después de matarlos.
En 1962, George Lucas tuvo un grave accidente y pasó varios meses en cama, durante los que leyó varios libros de Campbell. Convencido de la fuerza del mito del héroe, Lucas lo aplicó a Las aventuras de Starkiller, una historia de ciencia ficción. El resultado de mezclar su viejo proyecto con las ideas de Campbell fue La guerra de las galaxias, la saga más célebre de la historia del cine.
Antes del estreno, Lucas quiso saber qué opinaba Campbell acerca de cómo había interpretado sus ideas y lo invitó a una proyección privada. Campbell quedó impresionado: en su opinión, Lucas había conseguido crear un mito moderno, estrechamente emparentado con los mitos tradicionales. Fue tanto su entusiasmo que mencionó La guerra de las galaxias en su siguiente libro: El poder del mito.
Tras el éxito de La guerra de las galaxias, las ideas de Campbell fueron estudiadas por muchos guionistas y cineastas. George Lucas y George Miller reconocen su deuda con Campbell, y su influencia puede percibirse también en las películas de Steven Spielberg, John Boorman, Francis Ford Coppola y muchos otros.
El viaje del guionista
Años después del estreno de La guerra de las galaxias, un guionista y analista de guiones llamado Christopher Vogler, que trabajaba en la productora Disney, decidió analizar en detalle las ideas de Campbell: “Redacté un informe de siete páginas llamado Guía práctica de «El poder del mito» [el libro que Campbell escribió tras La guerra de las galaxias]; en él describía la idea del viaje del héroe por medio del análisis de algunos ejemplos de películas tanto de reciente estreno como clásicas.”
El informe circuló por la factoría Disney y fue aplicado en varias películas de éxito: “El modelo del viaje del héroe siguió durante mucho tiempo prestándome un gran servicio. Me sirvió para leer y evaluar más de diez mil guiones para media docena de estudios… Me guió hacia un nuevo cargo en la Disney, de tal manera que fui nombrado consultor para la división de animación en la época en que se gestaron La Sirenita y La Bella y la Bestia.”
Vogler publicó tiempo después su interpretación de las ideas de Campbell en El viaje del escritor. En este libro, Vogler ofrece un esquema del llamado viaje del héroe, que, en su opinión, se puede aplicar a cualquier narración. Para probarlo, analiza películas tan dispares como Titanic, Pulp Fiction, El rey león, Full Monty y, por supuesto, La guerra de las galaxias. En mis clases de guión, me gusta aplicarlo, en especial en sus primeras etapas, a En bandeja de plata, de Billy Wilder, y a Balas sobre Broadway, de Woody Allen.
Naturalmente, si nos fijamos en las primeras producciones Disney, descubriremos que ya entonces se aplicaban esquemas semejantes a los de Vogler. No es extraño, puesto que muchas de las películas de Disney se basan en cuentos tradicionales, como La bella durmiente o La cenicienta.
Vogler propone doce etapas del viaje del héroe, que ajusta a la estructura en tres actos que proponen muchos teóricos del guión:
ACTO PRIMERO
El mundo ordinario
La llamada de la aventura
El héroe indeciso
(El rechazo de la llamada)
El sabio anciano
(El encuentro con el mentor)
La travesía del primer umbral
ACTO SEGUNDO
Pruebas, amigos y enemigos
La gruta abismal
La prueba suprema
(La odisea, el calvario)
La recompensa
ACTO TERCERO
El camino de vuelta
Resurrección
Regreso con el elixir
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