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«El tigre», de William Blake

El tigre es un poema de William Blake, muy conocido, sobre todo en los países anglosajones. Es uno de los más hermosos poemas que existen y ha sido elogiado por Borges, quien admiraba a Blake y que escribió al menos un cuento inspirado por el poema: Tigres azules.

He leído en alguna parte que William Blake nació en una época equivocada, pues vivió en tiempos ilustrados mientras que su temperamento era romántico.  Esa es una opinión que suele repetirse en los libros de los expertos, del mismo modo que se asegura que Blake nació tarde, puesto que su temperamento era medieval o renacentista, o gótico pero no barroco ni neoclásico.

Creo que esas opiniones quizá no son erróneas pero sí falsas. En primer lugar porque son demasiado amplias; en segundo lugar, porque Blake vivió gran parte de su vida en la época romántica; en tercer lugar porque mezclan ideas de manera poco precisa, dando a entender que lo místico y lo irrazonable pertenece a las épocas anteriores o posteriores a la Ilustración, y en concreto a la Edad Media y al Romanticismo. Creo que eso es una simplificación tan repetida que acaba por perder su fondo de verdad.

Muchas de las ideas de Blake sólo se pueden entender si se tiene en cuenta a qué otras ideas se oponían, a las ideas dominantes en su época. Blake, en efecto, gastó mucha energía en combatir ideas que entonces se hallaban muy establecidas y que hoy son sólo baratijas de anticuario. Los mismos términos pueden significar cosas muy diferentes según la época, como apunta con acierto uno de los prologuistas y traductores de BlakePablo Mané Garzón.

Por eso, conviene ser más preciso y menos simplista.

Incluso quienes, como yo, admiramos y amamos a los ilustrados casi por encima de todo, sabemos que las cosas no son tan simples como se suelen presentar en nuestra época, en la que la corriente dominante en las élites intelectuales es anti-Romántica.

Borges sitúa a Blake de manera más precisa de lo habitual: “Blake fue cronológicamente contemporáneo de los románticos; mentalmente, de los neoplatónicos, de Swedenborg y de Nietzsche.”

También lo compara con Walt Whitman. Esto me parece más interesante y acertado que los juicios tópicos acerca de Blake, porque no es una manera cerrada de clasificar a Blake, sino abierta: lo primero que uno se pregunta es cuáles son los nexos que unen a SwedenborgNietzsche, los neoplatónicos y Whitman. La investigación, creo, depara interesantes sorpresas.

El tigre

¡Tigre! ¡Tigre!, fuego que ardes

En los bosques de la noche,

¿Qué mano inmortal, qué ojo

Pudo idear tu terrible simetría?

¿En qué distantes abismos, en qué cielos,

Ardió el fuego de tus ojos?

¿Con qué alas osó elevarse?

¿Y que mano osó tomar ese fuego?

¿Y que hombro y qué arte,

podrían retorcer la nervadura de tu corazón

Y cuando tu corazón comenzó a latir

¿Qué formidable mano, qué formidables pies?

¿Qué martillo, qué cadena?

¿En qué horno se forjó tu cerebro?

¿En qué yunque? ¿Qué osadas garras

ciñeron su terror mortal?

Cuando las estrellas arrojaron sus lanzas,

Y bañaron los cielos con sus lágrimas,

¿Sonrió al contemplar su obra?

¿Quien hizo al cordero fue quien te hizo?

¡Tigre! ¡Tigre! luz llameante

En los bosques de la noche,

¿Qué ojo o mano inmortal

Osó idear tu terrible simetría?

 

The Tyger

Tyger! Tyger! burning bright

In the forests of the night,

What immortal hand or eye

Could frame thy fearful symmetry?

lll

In what distant deeps or skies

Burn the fire of thine eyes?

On what wings dare he aspire?

What the hand dare sieze the fire?

lll

And what shoulder, & what art,

Could twist the sinews of thy heart?

And when thy heart began to beat,

What dread hand? & what dread feet?

lll

What the hammer? what the chain?

In what furnace thy brain?

What the anvil? what the dread grasp

Dare its deadly terrors clasp?

lll

When the stars threw down their spear,

And water’d heaven with their tears,

Did he smile his work to see?

Did he who made the Lamb make thee?

lll

Tyger! Tyger! burning bright

In the forests of the night,

What immortal hand or eye

Dare frame thy fearful symmetry?

Imagen superior © Walton Ford

Copyright © Daniel Tubau. Reservados todos los derechos.

Daniel Tubau

Daniel Tubau inició su carrera como escritor con el cuento de terror «Los últimos de Yiddi». Le siguieron otros cuentos de terror y libro-juegos hipertextuales, como 'La espada mágica', antes de convertirse en guionista y director, trabajando en decenas de programas y series. Tras estudiar Filosofía en la Universidad Complutense de Madrid, regresó a la literatura y el ensayo con libros como 'Elogio de la infidelidad' o la antología imaginaria de ciencia ficción 'Recuerdos de la era analógica'. También es autor de 'La verdadera historia de las sociedades secretas', el ensayo acerca de la identidad 'Nada es lo que es', y 'No tan elemental: como ser Sherlock Holmes'.
Sus últimos libros son 'El arte del engaño', sobre la estrategia china; 'Maldita Helena', dedicado a la mujer que lanzo mil barcos contra Troya; 'Cómo triunfar en cualquier discusión', un diccionario para polemistas selectos. Además, ha publicado cuatro libros acerca de narrativa audiovisual y creatividad: 'Las paradojas del guionista', 'El guión del siglo 21', 'El espectador es el protagonista' y 'La musa en el laboratorio'.
Su último libro es 'Sabios ignorantes y felices, lo que los antiguos escépticos nos enseñan', dedicado a una de las tendencias filosóficas más influyentes a lo largo de la historia, pero casi siempre ignorada o silenciada. A este libro ha dedicado una página que se ha convertido en referencia indispensable acerca del escepticismo: 'Sabios ignorantes y felices'.
En la actualidad sigue escribiendo libros y guiones, además de dar cursos de guión, literatura y creatividad en España y América.