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«El Príncipe Valiente» (1954), de Henry Hathaway

Aunque en su momento no provocó el entusiasmo entre los críticos, El Príncipe Valiente (Prince Valiant, 1954) ha envejecido bien, conservando una inocencia y un colorido difícilmente repetibles.

Con un reparto de primera categoría –James Mason, Sterling Hayden, Victor McLaglen…–, Henry Hathaway consigue recrear en Cinemascope el mundo de los caballeros de la Tabla Redonda. Y lo hace sin perder su hechizo narrativo ni en un solo plano.

Hablamos de una peripecia medieval luminosa y dinámica, basada en una historieta magistral de Harold Foster. Por su parecido físico con el Príncipe Valiente de las viñetas, Rober Wagner se presenta como un idóneo protagonista, a quien no le faltan ni la simpatía ni el entusiasmo que el personaje requiere.

Entre los secundarios, sobresale Mason, espléndido y señorial como el villano de la película. Es difícil imaginar a Sir Gawain sin la dignidad y el humor de Sterling Hayden, y no cabe soñar con una Aleta más encantadora que Janet Leigh.

La partitura de Franz Waxman aporta romanticismo y épica a una historia que oscila constantemente entre ambas emociones.

Por su parte, el argumento contiene todos los ingredientes clásicos del género: un príncipe desterrado, una bellísima princesa, un caballero que oculta sus perversas intenciones bajo una apariencia respetable, fieros vikingos y toda la legendaria parafernalia de la corte de Camelot.

Según su biógrafo Brian M. Kane, a Harold Foster no le gustaba demasiado esta versión cinematográfica. En parte, su desagrado se debe a la desorganización que reinó durante el estreno de la cinta en el Roxy Theater de Nueva York. El ilustrador y su esposa no tenían asientos reservados, y para colmo de males, un grupo de alborotadores se dedicó a arruinar la proyección.

Sin embargo, siempre agradeció la oferta económica de Hollywood. «La película –llegó a decir– me proporcionó la mayor cantidad de dinero reunido en un solo fajo que he visto en mi vida. Gran parte se fue en impuestos, pero me quedó lo suficiente para hacerme una nueva sala de estar y para hacer un viaje a Europa».

Gracias al libro de Kane, disponemos de otro testimonio de Foster. «La película de El Príncipe Valiente –escribió el dibujante– fue algo hermoso. Las personas que la hicieron querían que fuera a Hollywood, pero rechacé la oferta, ya que sabía de sobras que sería una pérdida de tiempo. Los productores de la película tenían en mente llevar a cabo un guión un poco infantil, lo que estaba bien».

«Cuando más tarde –añade– conocí a la mayor parte de los actores en el programa de televisión Esta es su vida (This is Your Life), Robert Wagner, que interpretaba a Val, me dijo que, de hecho, él era un gran fan de la historieta».

Sinopsis

En su afán por devolverle el reino a su destronado padre, el Príncipe Valiente, hijo del rey de Escandinavia, se dirige a la corte del Rey Arturo, donde traba amistad con el jovial Sir Gawain (Sterling Hayden).
Pero cuando el joven príncipe se enamora de una bella princesa (Janet Leigh) y se enfrenta con el misterioso Caballero Negro, se percata de que el heroísmo tiene un precio.

Ficha técnica

Director: Henry Hathaway

Productor: Robert L. Jacks

Guión: Dudley Nichols

Reparto: James Mason (Sir Brack), Janet Leigh (Princesa Aleta), Robert Wagner (Príncipe Valiente), Debra Paget (Ilene), Sterling Hayden (Sir Gawain), Victor McLaglen (Boltar), Donald Crisp (Rey Aguar), Brian Aherne (Rey Arturo), Barry Jones (Rey Luke), Mary Philips (Rey), Howard Wendell (Morgan Todd) y Tom Conway (Sir Kay).

Compañía: Twentieth Century Fox

Fecha de estreno: 2 de abril de 1954 (Los Ángeles), 6 de abril de 1954 (Nueva York).

Copyright del artículo © Guzmán Urrero. Reservados todos los derechos.

Copyright de imágenes y sinopsis © Twentieth Century Fox. Reservados todos los derechos. Citas procedentes del libro «Hal Foster: príncipe de ilustradores», de Brian M. Kane (Planeta DeAgostini, 2006).

Guzmán Urrero

Colaborador de "La Lectura", revista cultural de "El Mundo". Tras una etapa profesional en la Agencia EFE, se convirtió en colaborador habitual de las páginas de cultura del diario ABC y de revistas como "Cuadernos Hispanoamericanos", "Álbum Letras-Artes" y "Scherzo".
Como colaborador honorífico de la Universidad Complutense de Madrid, se ocupó del diseño de recursos educativos, una actividad que también realizó en instituciones como el Centro Nacional de Información y Comunicación Educativa (Ministerio de Educación, Cultura y Deporte).
Asimismo, accedió al sector tecnológico como autor en las enciclopedias de Micronet y Microsoft, al tiempo que emprendía una larga trayectoria en el Instituto Cervantes, preparando exposiciones digitales y numerosos proyectos de divulgación sobre temas literarios y artísticos. Es autor de trece libros (en papel) sobre arte y cultura audiovisual.