Como dijo en su momento Mircea Eliade, con una interpretación adecuada y con el debido arsenal teórico, la historia de las religiones deja de ser una colección de mitos ‒ o lo que es peor, un museo de fósiles‒, y se transforma en un gran repertorio de mensajes que debemos comprender y descifrar.
Por desgracia, buena parte del mundo intelectual desprecia y desconoce las formas y expresiones de lo sagrado, como si formaran parte de un cuento infantil o de un simple repertorio de supersticiones. Esto último tiene un precio, y es que a la hora de abordar el arte o la filosofía, ignoramos su pilar religioso, esencial para interpretar su desarrollo y su significado más profundo.
En cierto sentido, es algo similar a lo que ocurriría con un biólogo que arrinconase la filogenia, o con un historiador que prescindiera de cualquier acontecimiento ajeno a nuestro siglo.
En esta obra imprescindible, Karen Armstrong entiende que los textos religiosos son un campo privilegiado para el estudio de la cultura. Desde los mitos cosmogónicos más primitivos a las escrituras más sofisticadas, Armstrong recorre todos los afluentes del fenómeno religioso y los descifra a partir de sus libros sagrados.
Además de una interpretación del mundo, la autora descubre en esos textos, de manera directa o indirecta, claves fundamentales para entender la actividad social e intelectual que fue diversificándose a lo largo del planeta.
Para plantear este estudio, la autora maneja varias disciplinas: desde la literatura comparada a la antropología, pasando por la historia, la psiquiatría, la filosofía y la teología.
En opinión de Armstrong, las creencias e ideas religiosas integran, además de lo que ya hemos dicho, una potentísima dimensión estética. Esto es algo que se advierte, sin ir más lejos, en las pinturas de las cuevas prehistóricas: unas obras de arte que a nuestros primeros antepasados les permitieron adentrarse en el camino del misterio, dando sentido a la rueda de la existencia, al cosmos y al tiempo cíclico.
Desde el principio, nos dice la autora, el arte se vinculó con la religión, que «en sí misma es una forma de arte». Todas las fuentes que maneja se agrupan en esa línea interpretativa: la Bhagavad Gita, las Analectas, el Corán, las Upanishads, el Yijing, la Torá, la Biblia…
Paso a paso, Armstrong evoca doctrinas aparentemente distantes y relee sus textos fundacionales. De ellos extrae noticias muy valiosas acerca de la evolución filosófica, política y moral de nuestro mundo, sin ignorar los aspectos más controvertidos o negativos. Al final, prolonga su búsqueda hasta el siglo XX, y detecta ese mismo rastro en filósofos y pensadores recientes, integrados en el mismo círculo.
Para la autora, la importancia actual de las escrituras sagradas no es algo desdeñable. Sin embargo, de poco sirve leerlas de forma literal, como hacen los ateos militantes o los radicales y fundamentalistas. Debemos interpretarlas de una forma sutil, intuitiva y flexible ‒mística, o desde el hemisferio derecho, por así decirlo‒, más cercana a lo que fue la práctica tradicional, o si lo prefieren, más próxima a la emoción que sentimos al escuchar una canción o al conmovernos con un poema o ante una pintura.
Los textos sagrados tienen sus propias reglas, y obviamente, no deberíamos valorar lo inefable y lo trascendente con el mismo ánimo que nos lleva a colocar una placa bajo el microscopio.
Redescubrir lo sagrado, dejando atrás sus aspectos menos saludables. He aquí el mensaje que Armstrong nos deja en este libro exhaustivo, profundo e inteligente, que gracias a su impecable literatura ‒bien traducida por Antonio Francisco Rodríguez Esteban‒ atrapa al lector desde la primera línea.
Sinopsis
En nuestro mundo cada vez más secular, los textos sagrados se consideran, en el mejor de los casos, irrelevantes y, en el peor, una excusa para incitar a la violencia, el odio y la división. Entonces, ¿qué valor, si es que tiene alguno, puede tener la escritura para nosotros hoy? Y si nuestro mundo ya no parece compatible con las Escrituras, ¿es quizás porque su propósito original se ha perdido?
Armstrong argumenta que, solo redescubriendo un compromiso abierto con sus textos sagrados, las religiones del mundo podrán reducir la arrogancia, la intolerancia y la violencia.
Karen Armstrong es experta en historia de las religiones y autora de varios libros. Nacida en Worcestershire, Reino Unido, en 1944 en el seno de una familia con raíces escocesas. En 1964 y tras siete años como monja católica en la Society of Holly Child Jesus, abandonó los hábitos. Después de graduarse en la Universidad de Oxford ha dedicado gran parte de su vida ha estudiar las religiones desde un punto de vista histórico y a enseñar literatura en la Universidad de Londres y en un colegio público. Miembro honorario de la Association of Muslim Social Scientist, su trabajo se ha traducido a cuarenta idiomas, y ha colaborado en tres documentales para la televisión. Es autora de más de veinte títulos entre los que destacan: Una historia de Dios y Una historia de Jerusalén, ambos publicados en Ediciones Paidós.
Karen Armstrong se ha convertido un referente mundial en la historia de las religiones y escribe para varios medios de comunicación, entre otros es columnista de The Guardian.
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