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Del hermano menor de los Ricci

Federico y Luigi Ricci fueron dos hermanos compositores que firmaron conjuntamente cuatro partituras, una de ellas Crispino e la comare (1850), uno de los escasos productos cómicos estrenados con éxito duradero en aquellos momentos de furores románticos.

Por separado, ambos músicos napolitanos tuvieron una plena actividad creadora. El menor, Federico (nacido en 1809, ocho años después de Bellini y cuatro antes que Verdi), dio a conocer en el Teatro Grande de Trieste en 1838 La prigione di Edimburgo, el mismo año en que en su ciudad natal Donizetti ensayaba su soberbio Poliuto, que hubo de retirar por problemas de censura.

Opera Rara, asombrándonos con su programación discográfica, publicó una selección (lástima que no sea completa) de aquel melodrama semiserio de Ricci, donde equipos vocales cada vez mejor elegidos se muestran oportunamente dispuestos a sacar a la luz las bellezas canoras, apoyados esta vez por la certera batuta de Gabriele Bellini.

En estos casi ochenta minutos de material podemos escuchar la escena de presentación de Fanny (Elisabetta Scano), esposada en secreto con Giorgio (Nicola Rossi Giordano), con un hijo que oculta y cuyo rapto por la loca Giovanna (Nuccia Focile) dará lugar a la compleja trama, cuyos excesos solamente suavizará de tanto en tanto la aparición del personaje cómico de Tom (el barítono lírico Christopher Purves), de quien puede gozarse una estupenda barcarola Sulla poppa del mio brich. Momento especial de una cuidadísima selección es el dúo de las dos cantantes femeninas, Lei… cagion de’ mali miei, que se complementa con el de Giovanna y Giorgio, Voi quell’aria non avete!, oportunidad de disfrutar, aparte de la sabiduría interpretativa de la Focile (en un papel que, poniéndonos estrictos, no le corresponde exactamente), la belleza vocal y la estatura canora de Nicola Rossi Giordano, llamado a convertirse en uno de los tenores punteros de la presente generación.

En fin, La prigione di Edimburgo es una obra bien típica y hermosa de ese periodo compositivo italiano tan rico, donde ya parece anunciarse la llegada del huracán Verdi, a punto de estrenar (falta apenas un año y medio para ello) la primera manifestación de su arte, Oberto, conde de San Bonifacio. Precisamente, Rita Gabussi, que en el presentación triestina de esta ópera de Ricci había cantado Giovanna, se convertiría luego en una intérprete verdiana de nivel, muy admirada por el maestro, quien deseaba ardientemente que fuera ella la primera Azucena de Il trovatore.

Disco recomendado: FEDERICO RICCI: La Prigione di Edimburgo (selección) / N. Focile. E. Scano. N. Rossi Giordano. Ch. Purves. Philharmonia. Dir.: G. Bellini / OPERA RARA / Ref.: ORR 228 (1 CD) D1

Copyright © Fernando Fraga. Imágenes y notas informativas extraídas de diverdi.com. Este artículo se publica en Cualia por cortesía del autor y de Diverdi. Reservados todos los derechos. 

Fernando Fraga

Es uno de los estudiosos de la ópera más destacados de nuestro país. Desde 1980 se dedica al mundo de la música como crítico y conferenciante.
Tres años después comenzó a colaborar en Radio Clásica de Radio Nacional de España. Sus críticas y artículos aparecen habitualmente en la revista "Scherzo".
Asimismo, es colaborador de otras publicaciones culturales, como "Cuadernos Hispanoamericanos", "Crítica de Arte", "Ópera Actual", "Ritmo" y "Revista de Occidente". Junto a Blas Matamoro, ha escrito los libros "Vivir la ópera" (1994), "La ópera" (1995), "Morir para la ópera" (1996) y "Plácido Domingo: historia de una voz" (1996). Es autor de las monografías "Rossini" (1998), "Verdi" (2000), "Simplemente divas" (2014) y "Maria Callas. El adiós a la diva" (2017). En colaboración con Enrique Pérez Adrián escribió "Los mejores discos de ópera" (2001) y "Verdi y Wagner. Sus mejores grabaciones en DVD y CD" (2013).