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Crítica: ‘Wish: El poder de los deseos’ (2023)

Las películas de Disney no solo hay que disfrutarlas en el momento presente. También necesitas compararlas con títulos del pasado, y de ese modo, relacionarlas con una larguísima tradición que abarca un siglo entero.

Wish coincide con el centenario de la compañía. Si entendemos este largometraje como una celebración del legado Disney, apreciaremos mejor la infinidad de guiños que incluye. No en vano, los directores Chris Buck y Fawn Veerasunthorn asumen desde el primer fotograma el género que mejor se ha cultivado en estos estudios: el cuento de hadas, siempre dentro de los márgenes del musical clásico.

En este sentido, una de las canciones emblemáticas de esta tradición, «When You Wish Upon a Star», escrita por Leigh Harline y Ned Washington para Pinocho (1940), sirve de disculpa para establecer el argumento: la estrella de los deseos acude en auxilio de una jovencita, Asha, obsesionada con que su abuelo centenario, Sabino, reciba por fin su deseo, custodiado por el Rey Magnífico en la isla de Rosas.

La bella y mediterránea utopía de Rosas ‒inspirada en la España de las tres culturas‒ debe mucho a la alquimia de Magnífico. Pero como sucede en tantos cuentos de hadas, el rey tiene un lado oscuro, y Asha y sus amigos tendrán que concebir el modo de enfrentarse a su poder.

Algunos dirán que Wish ocupa una plaza de segunda categoría si la comparamos con recientes éxitos de Disney. No es, desde luego, tan redonda como Frozen. Sin embargo, su impecable acabado, con esas texturas de lápiz y acuarela, y el encanto general de la historia invitan a disfrutar el film más allá de las expectativas.

Como he comentado en otras ocasiones, no es necesario que un largometraje sea una obra maestra para que conquiste el corazón del público. Y en este caso, aunque hay tramos en el guion bastante previsibles, no es difícil simpatizar con el proyecto.

Al público español le agradará encontrarse con este homenaje idealizado a una España mágica, con ingredientes que van de lo vasco a lo andaluz, siempre dentro de un entorno medieval, enriquecido estéticamente como solo los artistas de Disney saben hacerlo.

La partitura y las canciones, obra de Julia Michaels, Dave Metzger y Benjamin Rice no son expecialmente memorables, pero alcanzan el nivel exigible en una cinta de estas características.

En definitiva, puede que dentro de unos años Wish no figure como un film verdaderamente excepcional. Sin embargo, posee las suficientes virtudes como para agradar al público familiar.

Sinopsis

En Wish: El poder de los deseos, Asha, una optimista con mucho ingenio pide un deseo tan potente que le responde una fuerza cósmica, una pequeña bola de energía ilimitada llamada Estrella. Juntas, Asha y Estrella se enfrentan a un imponente enemigo, el Rey Magnífico, gobernante de Rosas, para salvar a su comunidad y demostrar que cuando la voluntad de una persona conecta con la magia de las estrellas, pueden ocurrir cosas maravillosas.

Con las voces en versión original de la actriz ganadora del Premio de la Academia® Ariana DeBose como Asha, Chris Pine como Magnífico y Alan Tudyk como Valentino (la cabra favorita de Asha), la película está dirigida por el ganador del Oscar® Chris Buck y Fawn Veerasunthorn, producida por Peter Del Vecho y coproducida por Juan Pablo Reyes.

Wish: El poder de los deseos de Walt Disney Animation Studios es una comedia musical que transporta al público al reino mágico de Rosas, una isla fantástica ubicada en el extremo sur de la península ibérica. Históricamente, la península ibérica ha sido un punto de encuentro numerosas culturas que han dejado su huella en la arquitectura, la música y las costumbres de esta zona geográfica.

En la nueva película de Disney podemos ver cómo el reino donde viven su protagonista, Asha y el resto de los habitantes de Rosas, incluye vestigios de arquitectura de la época medieval de la península ibérica, como por ejemplo grandes arcos ciegos de medio punto o los azulejos esmaltados formando patrones. La inspiración arquitectónica ha venido de muchos monumentos de España, entre ellos el Alcázar de Sevilla, la Torre del Oro, la Mezquita de Córdoba o la Alhambra de Granada.

“Dada situación de Rosas, sería lógico que tuviera influencias del norte de África y el sur de Europa. También pensamos que las personas que viajaron por La Ruta de la Seda podrían terminar allí”, asegura la directora Fawn Veerasunthorn.

Según Veerasunthorn, el equipo recurrió a expertos para asegurarse de que sus referencias transmitieran una sensación de autenticidad.  “Trabajamos con asesores culturales sobre la ropa, la moda de la época», explica. «Y también trabajamos con el profesor de antropología histórica sociocultural de la UCLA Aomar Boum para asegurarnos de que el cruce de influencias culturales que tuvo lugar en la región durante la Edad Media quedaba bien representado».

La diseñadora de producción Lisa Keene dice que la ubicación fue una elección estratégica. “El objetivo de esta narración era crear un lugar que permita a todos en el mundo participar en la historia del origen de un cuento de hadas: la idea de pedirle deseos a una estrella es universal”, dice. “Fue un esfuerzo consciente para asegurarse de que hubiera muchas culturas presentes entre el pueblo de Rosas”.

El castillo del Rey Magnífico también recoge algunas referencias arquitectónicas españolas. El diseñador de producción de Wish: El poder de los deseos David Womersley sabía que el aspecto del castillo del rey tenía que ser especial porque los castillos de Disney se convierten en iconos. Entre muchas inspiraciones, los artistas se sintieron atraídos por la Torre del Oro, situada a orillas del río Guadalquivir en Sevilla, una torre dodecagonal (de 12 lados) que fue construida a principios del siglo XIII. “El castillo de Magnífico se ve diferente a todo lo que hemos hecho anteriormente en películas de Disney», dice Womersley. “Está hecho de hermosa piedra caliza, el tipo de piedra que se ve en todo el Mediterráneo. Tiene contrafuertes y un observatorio de techo cónico de 12 facetas donde Magnifico guarda todos los deseos”.

Pero es en la música y las coreografías donde la inspiración española se muestra especialmente. Wish: El poder de los deseos se sirve de guitarras españolas y castañuelas para animar las canciones compuesta por Julia Michaels y Benjamin Rice con música de Dave Metzger.

Para apoyar las referencias españolas de la película, el prestigioso bailarín y coreógrafo español Antonio Najarro ha colaborado con Disney en crear las coreografías de algunas de las canciones de la película. Desde la danza española y el flamenco, incluyendo movimientos de danza clásica e introduciendo algunos movimientos contemporáneos para hacer la coreografía más creíble y moderna.

“Para la canción ‘Bienvenidos a Rosas’, creé una coreografía nueva y original con diez bailarines de mi compañía de danza, Compañía Antonio Najarro, incorporando muchos estilos diferentes de baile: danza española, flamenco, danza contemporánea, ballet clásico y más. Me inspiré en muchos elementos españoles diferentes: instrumentos de percusión como las castañuelas, zapateados flamencos para el juego de pies, el movimiento de las faldas flamencas, todo basado en el verdadero espíritu del flamenco”.

Copyright del artículo © Guzmán Urrero. Reservados todos los derechos.

Copyright de imágenes y sinopsis © Walt Disney Animation Studios, Walt Disney Pictures. Reservados todos los derechos.

Guzmán Urrero

Colaborador de la sección cultural de 'The Objective'. Escribió de forma habitual en 'La Lectura', revista cultural de 'El Mundo'. Tras una etapa profesional en la Agencia EFE, se convirtió en colaborador de las páginas de cultura del diario 'ABC' y de revistas como "Cuadernos Hispanoamericanos", "Álbum Letras-Artes" y "Scherzo".
Como colaborador honorífico de la Universidad Complutense de Madrid, se ocupó del diseño de recursos educativos, una actividad que también realizó en instituciones como el Centro Nacional de Información y Comunicación Educativa (Ministerio de Educación, Cultura y Deporte).
Asimismo, accedió al sector tecnológico como autor en las enciclopedias de Micronet y Microsoft, al tiempo que emprendía una larga trayectoria en el Instituto Cervantes, preparando exposiciones digitales y numerosos proyectos de divulgación sobre temas literarios y artísticos. Ha trabajado en el sector editorial y es autor de trece libros (en papel) sobre arte y cultura audiovisual.