En plena vorágine creativa y comercial de Stephen King, en 1980, el Rey de Maine publica uno de sus relatos más memorables, ‘The Monkey’ (‘El Mono’), en Gallery, una revista verde de la época. El relato formaría parte posteriormente de la magistral antología Skeleton Crew, publicada en 1985 y cuyo contenido ha ido llegando a España en distintas ediciones, generalmente troceadas.
‘El Mono’ ha figurado frecuentemente como acompañante del relato largo/novela corta La niebla (The Mist), uno de los platos principales de Skeleton Crew y objeto de una soberbia adaptación cinematográfica a manos de Frank Darabont en 2007. Una película de inolvidable desenlace que el propio King ha admitido como superior al de su relato, y que cuenta con una edición especial en blanco y negro que recomendamos encarecidamente por encima de la opción en color.
No se puede decir que la adaptación a cine de The Monkey alcance la gloria de su «hermana» La niebla, pero las comparaciones aquí son especialmente odiosas, porque estas dos películas no juegan en la misma liga. Producida por James Wan, uno de los principales proveedores de cine de sustos en la actualidad, apenas se oculta que esto es un producto para chavales, espectadores de multisalas de centro comercial (casi no quedan cines que no sean eso, la verdad), un nuevo lanzamiento de «juguete maldito» siguiendo la estela de Annabelle, otro de los éxitos de James Wan.
Humor negro
La novedad, el interés o la indignación, según a quien se pregunte, en esta ocasión, sería que el terrorífico, oscuro y hasta emotivo relato de Stephen King es transformado aquí en una comedia de intenciones gamberras y algo desconcertantes, de espíritu muy cercano al de esos episodios especiales de Halloween de la serie de animación Los Simpson.
No faltan, pues, las muertes sangrientas extravagantes, pero no perturbadoras a causa de su diseño y ejecución más propios de los dibujos animados que de la violencia real. La influencia letal del mono titular provoca «accidentes» imposibles que siguen la estela de los de La profecía o, especialmente, Destino final, quizá no tan bien rodados y montados, pero simpáticos (si uno tiene capacidad para disfrutar del humor negro, claro está). Lejos quedarían los temas sobre el primer contacto con la muerte, las inseguridades de la paternidad o la perpetuidad culpa presentes en el relato… ¿o no?
Adiós al Terror Elevado
En realidad, Osgood «Oz» Perkins, se las arregla para mantener todo eso, pero aplicándolo de una manera más personal, dentro una película principalmente humorística, para perplejidad de casi todos los que le habían (habíamos) colgado ya al cineasta el cartel de «autor de Terror Elevado» (signifique lo que signifique eso de Terror Elevado).
Tras encadenar películas de horror taciturno y «serio», el hijo de Anthony Perkins se relaja y se lanza a ¿experimentar? de forma casi punk con la libertad que permite una producción de estas características, de presupuesto moderado y con la rentabilidad prácticamente asegurada.
Daría la sensación de que Oz se está pitorreando de la propia película de forma sana, no alejada de la autoparodia de, pongamos, episodios de franquicias como fueron Gremlins 2, Indiana Jones y el Templo Maldito, Evil Dead 2 o Slumber Party Massacre II. Se detecta también cierta querencia por la caricatura granguiñolesca heredada del padre del director, al cual recordamos no solo como actor en thrillers inclasificables, sino también como director de Psicosis III (aunque un servidor tiene la teoría de que su amigo Ken Russell tuvo algo más que influencia en ese film) o la comedia caníbal Un tipo con suerte.
Una libérrima interpretación de King
Con cameos de actores actuales de cierto culto como son Elijah Wood (casi siempre presente de alguna manera cuando hay un proyecto más bien «rarito»), Tatiana Maslany (¿por qué no es todavía la mayor estrella de Hollywood?) o Adam Scott (por fin triunfando a lo grande con la serie Severance), The Monkey está protagonizada en un papel doble por un esforzado Theo James, quien no solo aporta su imagen, sino también su magnífica voz como narrador de la historia.
¿Doble papel? ¿Gemelos? Sí, la película se aleja mucho de lo narrado en el relato, pero mantiene los mismos temas y se adivinan reflexiones personajes del director (quien se reserva un brevísimo papel en la película), marcado inexorablemente por su icónico padre no solo en lo profesional, sino -claro está- en lo personal, teniendo en cuenta lo peculiar de la vida de Anthony Perkins.
Así, con un imposible ejercicio de autoría combinado con humor casi anárquico, The Monkey se puede apreciar como una obra con agallas o como un desastre según el día que tenga uno o, especialmente, el humor en el que se encuentre. ¿Funcionan los chistes y gags sangrientos? Hay que admitir que muchos de ellos ya se han hecho antes, y de manera más cafre, tanto en series animadas como en películas como las mencionadas entregas de Destino final, y que Osgood Perkins no posee la maestría visual para estas cosas de, pongamos, Sam Raimi (campeón invicto del gore cómico). Tampoco ayudan algunos momentos de efectos digitales más bien malos, pero incluso la desgana presente en determinadas escenas se puede interpretar como parte del chiste.
O quizá todos los párrafos anteriores sean buscarle tres pies al mono.
Sinopsis
«Como la vida». Eso es lo que promete el objeto que da título a The Monkey. No significa que sea un mono realista; no con sus ojos saltones y sus ropas de colores y tamborileando en su lámpara con baquetas en la mano. (Al fin y al cabo, los chimpancés no se visten así ni tocan instrumentos en la selva).
The Monkey es como la vida porque promete lo imprevisible, un caos seguro, risas que vienen seguidas de dolor y la constatación de que no tenemos ningún control sobre la mayor parte de lo que ocurre en nuestra existencia. Únicamente tenemos la capacidad de elegir cómo reaccionamos cuando algo ocurre.
Bueno, también tenemos la opción de hacer girar la llave o no, y nadie debería hacer eso nunca, jamás. The Monkey es la última propuesta de género del guionista y director Osgood Perkins, conocido por ser el responsable de la impresionantemente exitosa Longlegs de 2024, pero también desde hace años por su singular e implacable estilo en el género de terror. Con dicho género como lienzo, Perkins construye escenas terroríficas repletas de lugares aterradores y personajes inquietantes que los espectadores experimentan como alucinaciones colectivas. Aunque las películas de Perkins suelen ser especialmente silenciosas, siempre sabe cómo romper el silencio con una cuchilla tan afilada como el mismísimo diablo.
Con The Monkey, los fans habituales del cineasta podrán disfrutar de una obra de Perkins diferente a cualquier otra que la haya precedido. Este maestro de la narración sutil emerge de las sombras con un martillo de dibujos animados en su última película, y aunque el guionista y director siempre ha tenido sentido del humor en su trabajo, The Monkey es tanto una comedia de corte absurdo como un trepidante thriller sangriento que narra las desventuras de una familia maldita.
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