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Crítica: «The Mechanic» (Simon West, 2011)

The Mechanic es el remake del film de 1972 protagonizado por Charles Bronson y titulado en España Fríamente, sin motivos personales. En esta ocasión, la estrella es Jason Statham, un carismático actor de acción que figura entre los más trabajadores, pues todos los años nos ofrece al menos un par de películas de mamporros.

Aunque al principio a todos nos parecía un imitador de Bruce Willis, el británico Jason Statham se ha ganado un lugar propio en el mundo de las películas de presupuesto mediano y cierto toque macarra. Sus personajes casi siempre son exactamente iguales, pero el superchófer Frank Martin de la trilogía Transporter y, sobre todo, el desquiciado Chev Chelios de las dos estrambóticas entregas de Crank han logrado que el alopécico intérprete haya encontrado una personalidad distintiva.

En esta ocasión, Statham recrea un personaje encarnado por alguien tan insustituible como el grandioso Charles Bronson. Obviamente, nadie en la actualidad puede igualarse en presencia y testosterona a aquella legendaria estrella –lo más cercano que tenemos es el duro Danny Trejo– , así que Statham ni lo intenta, y se dedica a interpretar ese papel que tan bien le sienta de «profesional molón del crimen», visto en películas como la citada Transporter o en aquel otro remake de The Italian Job que rodó F. Gary Gray en 2003.

Si el film original era un perfecto ejemplo de thriller de los 70, seco, violento y con cierta influencia europea, este nuevo The Mechanic es la clásica película de acción actual, con secuencias de acción violentas, pero algo frustrantes en su confusa puesta en escena por su montaje rápido y sus planos movidos.

Aunque en principio la película trata sobre un asesino profesional de lo más sutil, que siempre mata de manera que parezca un accidente, el público lo que quiere es ver a Statham dando golpes y disparando armas, así que, exceptuando un par de escenas al comienzo de la cinta, los trabajos del antihéroe casi siempre salen mal para que la sutileza se vaya a paseo y dé paso al guantazo y al disparo.

El culpable de estos desastres imprevistos es el personaje encarnado por el versátil e interesante Ben Foster. Se trata de una suerte de aprendiz de asesino que en el film original estaba interpretado por el peculiar y olvidadísimo Jan Michael-Vincent.

A pesar de la acción torpe, sorprende The Mechanic por tener un guión que no resulta especialmente malo y por unas interpretaciones por encima de la media en esta clase de productos.

Aunque no faltan toques de humor negro, la película posee un tono más bien serio, y el director Simon West –uno de esos obreros del cine que carga con cualquier tipo de encargo y sabe adaptarse a lo que piden las modas– parece que aprovecha la ocasión para disfrutar trabajando con los intérpretes, entre los que se incluyen buenos secundarios, en especial un actor tan indiscutible como el gran Donald Sutherland.

Si The Mechanic se hubiera librado de alguna que otra concesión al público juvenil menos despierto, nos hallaríamos ante un thriller de veras interesante. Con todo, se queda en una película de suspense y acción lo suficientemente entretenida como para que nos planteemos ver la más que segura secuela. De hecho, las segundas partes de las películas de Jason Statham siempre resultan ser las más divertidas.

Sinopsis

Jason Statham (Arthur Bishop) interpreta el papel protagonista de The Mechanic, un asesino a sueldo con un estricto código de honor y extraordinarios talentos, en esta reinvención de la clásica cinta de género de 1972 protagonizada por Charles Bronson (que llegó a nuestras pantallas con el título “Fríamente… sin motivos personales”).

Cuando una agencia del Gobierno de Estados Unidos contrata al “mecánico” para que elimine a un espía renegado o a un empresario corrupto, pueden dormir tranquilos sabiendo que la muerte parecerá un trágico accidente o producida por causas naturales. El mecánico estudia su objetivo antes de eliminarlo para asegurarse de evitar incidentes internacionales y contener cualquier posible escándalo.

Pero Bishop ha llegado a un punto en su carrera en el que siente que ya ha tenido suficiente, que está listo para retirarse y vivir de los considerables fondos que acumula en su cuenta del banco e intentar llevar una vida normal. Por desgracia para él, el destino tiene otros planes. De modo que, cuando se reúne con su colega de toda la vida y único amigo, Harry McKenna (Donald Sutherland) para un último trabajo, no tarda en recibir su encargo, solo para descubrir que su objetivo resulta ser el propio Harry.

Naturalmente, Harry no tiene ni idea hasta que, una noche, su despacho se queda sin luz y, mientras baja al aparcamiento, se da cuenta de que alguien lo acecha. Al llegar abajo, Bishop decide encararse con él. En ese momento, ambos saben lo que Bishop tiene que hacer.

Pero eso no es más que el principio de los problemas de Bishop. Poco después, acude a él el hijo de Harry, Steve McKenna (Ben Foster), que no cree que su padre se suicidara, como le han dicho. Steve está convencido más bien de que Harry fue asesinado y quiere que Bishop lo ayude a descubrir al asesino y vengarse de él.

Bishop acepta de mala gana, pero se asegura de vigilar muy de cerca a Steve y ponerlo primero a prueba, al suponer que Steve acabará por averiguar la verdad y Bishop tendrá que matarlo también. Pero sucede algo extraño. Bishop descubre que su vida de soledad y desconfianza se va desvaneciendo a la luz de la amistad que desarrolla con Steve. Bishop llega incluso a enamorarse de Sarah (Mini Anden), una acompañante de lujo que conoce en un club.

Entonces, Bishop decide tratar de despistar a Steve en su búsqueda de venganza y le hace creer que un tipo que el Gobierno ha encargado a Bishop que mate es en realidad el asesino de Harry. Pero, cuando el trabajo sale mal, Bishop y Steve se ven obligados a luchar codo con codo y únicamente podrán sobrevivir si trabajan unidos.

Bishop se sorprende al darse cuenta de que le gusta tener un compañero y Steve descubre que le gusta ser un mecánico. A medida que el equipo va acumulando trabajos, Bishop se da cuenta de que la Agencia ha empezado a contratarlo para matar a algunos de sus propios agentes. Así que decide abordar a su contacto, Dean Sanderson (Tony Goldwyn) y le plantea que quiere retirarse. Pero, como le dejan muy claro, la única forma de que un mecánico se jubile es morir.

Bishop comprende entonces que su futuro depende de matar a Sanderson, tarea nada fácil, teniendo en cuenta las fuertes medidas de seguridad de que se rodea. Así pues, Bishop decide reclutar a Steve para que lo ayude por última vez, ignorando el hecho de que Steve ha averiguado la verdad sobre el asesinato de su padre…

“Nos encantaba la idea de hacer un ‘remake’ de Fríamente… Sin Motivos Personales, la película de Michael Winner de 1972, protagonizada por Charles Bronson y Jan–Michael Vincent, y que mucha gente considera un clásico”, comenta el productor William Chartoff. “Fue básicamente la primera en lo que acabó convirtiéndose en todo un subgénero del cine: las películas de asesinos a sueldo. Y siempre nos pareció que ofrecía un enfoque muy interesante del género de acción o del ‘thriller’– Charles Bronson interpretando a un asesino a sueldo que toma a un joven protegido, hasta que éste se acaba volviendo contra él”.

Copyright del artículo © Vicente Díaz. Reservados todos los derechos.

Copyright de sinopsis, imágenes y Cómo se hizo © Millennium Films, Nu Image Entertainment GmbH. Cortesía de Aurum Producciones. Reservados todos los derechos.

Vicente Díaz

Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad Europea de Madrid, ha desarrollado su carrera profesional como periodista y crítico de cine en distintos medios. Entre sus especialidades figuran la historia del cómic y la cultura pop. Es coautor de los libros "2001: Una Odisea del Espacio. El libro del 50 aniversario" (2018), "El universo de Howard Hawks" (2018), "La diligencia. El libro del 80 aniversario" (2019), "Con la muerte en los talones. El libro del 60 aniversario" (2019), "Alien. El 8º pasajero. El libro del 40 aniversario" (2019), "Psicosis. El libro del 60 aniversario" (2020), "Pasión de los fuertes. El libro del 75 aniversario" (2021), "El doctor Frankenstein. El libro del 90 aniversario" (2021), "El Halcón Maltés. El libro del 80 aniversario" (2021) y "El hombre lobo. El libro del 80 aniversario" (2022). En solitario, ha escrito "El cine de ciencia ficción" (2022).