A priori, la secuela de Silent Hill (2006) cuenta con varias bazas a su favor. Para empezar, M.J. Bassett es una sólida directora, con un estilo académico, que nada tiene que ver con el barullo estroboscópico que ahora se lleva en el terror y el cine de acción. Mejora las expectativas el reparto, en el que figuran Adelaide Clemens, Kit Harington, Deborah Kara Unger, Malcolm McDowell, Carrie-Anne Moss y Sean Bean.
¿Cómo es posible, entonces, que esta película sea tan decepcionante? Podemos alabar el diseño de producción. También puede gustarnos la música, escrita por Jeff Danna a partir de la partitura que Akira Yamaoka ideó para el videojuego original. Incluso podemos pensar que el operador Maxime Alexandre sabe muy bien lo que hace. Y sin embargo…
Por desgracia, la propia Bassett tiene la culpa de que la impresión general sea negativa. Su guión, inspirado en el juego Silent Hill 3, se enreda en una trama que va perdiendo fuerza e interés a partir del primer acto.
Como saben los espectadores de la película anterior, Rose Da Silva (Radha Mitchell) y su hija Sharon (Jodelle Ferland) quedan atrapadas en esa dimensión alternativa que es Silent Hill. Gracias a un amuleto, Rose se comunica con su marido, Christopher (Sean Bean) y logra devolver a Sharon al mundo real.
Seis años después, bajo identidades supuestas, padre e hija (Adelaide Clemens) siguen ocultándose de ese peligro sobrenatural que los acecha. Obviamente, los acólitos del culto de Silent Hill quieren recuperar a Sharon cueste lo que cueste.
Confusa y llena de irregularidades, sin ritmo ni profundidad, Silent Hill: Revelation 3D (Terror en Silent Hill 2) no consigue atrapar al espectador, y acaba convertida en una sucesión de escenas mal conectadas. No era lo esperable en alguien como Bassett, y aún resulta más frustrante que los efectos visuales –algunos de ellos muy brillantes– encajen de mala manera en la narración.
Ojalá la directora consiga reivindicar su oficio en un nuevo proyecto. Por ejemplo, en una secuela de la recomendable Solomon Kane.
Sinopsis
Heather Mason (Adelaide Clemens) y su padre llevan casi toda la vida huyendo de unas misteriosas fuerzas que los persiguen. Ahora, justo cuando la joven está a punto de cumplir los dieciocho años, su progenitor ha desaparecido, momento en el que ella descubre que no es quien creía ser. Dicha revelación le lleva a adentrarse en un mundo demoníaco que amenaza con encerrarla para siempre en el misterioso pueblo de Silent Hill.
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