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Crítica: «Perdida» («Gone Girl», David Fincher, 2014)

¿Cómo se valora la importancia de una película de misterio sin desentrañar algo de su intriga? Esta duda, me lleva a aconsejarles que lean lo mínimo sobre este espléndido largometraje. Eviten que nadie les arruine sus giros y sus revelaciones más sorprendentes. A cambio de su confianza, les prometo mencionar en estas líneas menos detalles del argumento de los que –¡cuidado!– ya se encarga de revelar su tráiler.

El responsable de este thriller es David Fincher. Es difícil decir cuál es su mejor película: hay tantas. Y sin embargo, diría que con Perdida tenemos entre manos otro Fincher memorable; la demostración práctica de que en el mismo artefacto narrativo pueden convivir el drama sentimental, el suspense, la investigación criminal y el humor negro.

El guión parte de un éxito editorial de 2012 y está escrito por la misma autora, Gillian Flynn. (Atención libroadictos: dicha novela fue editada en España por Random House, el sello que también lanza el siguiente libro de FlynnHeridas abiertas.)

Como decía, no vamos a entrar en detalles muy particulares de la trama. Quédense con este esquema: un tipo brillante, el periodista Nick Dunne (Ben Affleck), se enamora de la mujer ideal, Amy Elliott (Rosamund Pike).

Los primeros flashbacks son reveladores. El happy end parece que lo lanzaron en un contenedor al segundo año de convivencia. Ahora Amy ha desaparecido. La detective Rhonda Boney (Kim Dickens) se hace cargo del caso. Nick encuentra una aliada en su hermana, Margo (Carrie Coon), y entre los nombres que salen a relucir en medio de la confusión, figura el de un ex novio de Amy, el millonario Desi Collings (Neil Patrick Harris).

La inteligencia con la que está construido el film daría para un artículo entero, pero resumiré: Fincher, apoyado en el sulfúrico libreto de Flynn y sin poner en peligro la solidez de los personajes, no tiene reparos en ir modulando el ritmo, cambiando el tono e incluso saltando de un género a otro, consciente de que nos lo estamos pasando tan bien que no vamos a recriminárselo.

Se trata, al fin y al cabo, de que el espectador se identifique con los protagonistas y celebre –o no– cada una de sus decisiones en esta retorcida partida de ajedrez. Las posibilidades parecen infinitas y los límites morales tampoco van a ser un problema.

Interpretar este drama ni parece fácil ni lo es. Para empezar, déjenme despejar cualquier duda sobre Ben Affleck: aquí está magnífico. Sobrio cuando debe serlo, sutil y capaz de resumir en un gesto sus pensamientos más recónditos. Y qué decir de Rosamund Pike, una actriz sin manierismos, rotunda, que resuelve escenas vertiginosas con soltura y algo más. ¿Coraje? ¿Inteligencia? Ustedes lo averiguarán.

Si quieren un dos por uno, Perdida les ofrece asimismo un recital por parte de los secundarios, empezando por Coon y terminando por esos encantadores de serpientes que son Neil Patrick Harris y Tyler Perry.

Lejos de situarse en terreno neutral, la película arriesga en dos terrenos: lanza sus dardos contra la corrección política –al verla ya entenderán por qué– y pone el foco sobre el carnaval mediático, muy animado en está época en la que Twitter y el sensacionalismo televisivo derriten los prejuicios, las odios y los rumores, y los extienden a brochazos.

En línea con esto último, los periodistas que aparecen en la cinta son embaucadores baratos, dispuestos a deletrear hasta la náusea la palabra manipulación. Ojalá pudiera decir que el retrato es exagerado.

Por estas y otras razones, Perdida es una obra tan audaz como fascinante. Impecablemente dirigida, alterna los momentos hitchcockianos con el pulp criminal, la crítica social más punzante y cruel –piensen en otra pieza de Fincher, la teleserie House of Cards– y el retrato casi entomológico de un matrimonio zarandeado por la vida.

En fin, para qué seguir con los elogios. Corran a verla, antes de que nadie les cuente el final.

Sinopsis

Perdida narra la desaparición de la mujer de Nick Dunne (Ben Affleck). La presión policial y mediática hace que el retrato de la feliz unión de Nick empiece a tambalearse. Pronto sus engaños y extraño comportamiento llevarán a todo el mundo a preguntarse: ¿es el responsable de la desaparición de su mujer?

Copyright del artículo © Guzmán Urrero. Reservados todos los derechos.

Copyright de imágenes y sinopsis © Regency Enterprises, Pacific Standard, 20th Century Fox. Reservados todos los derechos.

Guzmán Urrero

Colaborador de "La Lectura", revista cultural de "El Mundo". Tras una etapa profesional en la Agencia EFE, se convirtió en colaborador habitual de las páginas de cultura del diario ABC y de revistas como "Cuadernos Hispanoamericanos", "Álbum Letras-Artes" y "Scherzo".
Como colaborador honorífico de la Universidad Complutense de Madrid, se ocupó del diseño de recursos educativos, una actividad que también realizó en instituciones como el Centro Nacional de Información y Comunicación Educativa (Ministerio de Educación, Cultura y Deporte).
Asimismo, accedió al sector tecnológico como autor en las enciclopedias de Micronet y Microsoft, al tiempo que emprendía una larga trayectoria en el Instituto Cervantes, preparando exposiciones digitales y numerosos proyectos de divulgación sobre temas literarios y artísticos. Es autor de trece libros (en papel) sobre arte y cultura audiovisual.