El título no miente y manifiesta sin rodeos lo que vamos a presenciar: de qué va el asunto y dónde sucede, lo que nos ahorra cualquier decepción o expectativa futura en esta nueva aventura de Monsieur Poirot.
Inspirada en la novela de Agatha Christie Hallowe’en Party (o Las manzanas, como fue traducida al castellano), el filme nos presenta sus créditos sobre una serie de postales oblicuas que nos incitan a soñar una Venecia sin turistas, menos propia de Canaletto que de algún expresionista poco amigo de los ángulos rectos.
El inicio resulta festivo, ágil, tumultuoso, pintado a brochazos con cierto gracejo mágico y una estética decadentista. Por momentos, el espectador ansía ver aparecer a Indiana Jones marcándose alguna acrobacia entre canales y góndolas, y se acomoda en la butaca en espera de una acción que no ha de llegar. Esto es una partida de ajedrez, no una yincana.
El planteamiento es sencillo: una joven muerta tiempo atrás, una sesión de espiritismo que pretende desenmascarar al asesino, y un plantel de arquetipos, como son la elegante anfitriona, el ama de llaves, la médium y sus ayudantes, el doctor, su hijo, el novio de la difunta, la escritora de novelas de misterio, el expolicía y el imprescindible Hércules Poirot.
Reconforta que en esta ocasión el bigote de Poirot no represente una distracción, y que no precise de redecillas ni afeites, pues está cincelado en bronce desde el inicio, y así ha de seguir hasta el final, bajo la nariz de un sobrio y elegante Kenneth Branagh, quien encarna esta vez al famoso investigador sin afectación ni remilgos, afortunadamente, dotando al personaje de una credibilidad natural.
Contraviniendo la máxima de Alfred Hitchcock (si estamos en Venecia debería ser Carnaval), en esta ocasión la chavalería del barrio celebra un Halloween de reciente implantación post-Segunda Guerra Mundial, prólogo ineludible a la “fiesta de la muerte” que nos espera un poco más adelante, y que a nadie sorprende estando Mrs. Christie al teclado de la Remington. Y es justo una máquina de escribir -en vez de la clásica ouija- de lo que se servirá una médium de dudosos métodos para tratar de dilucidar cual de los doce invitados a la fiesta será el señalado como asesino de la joven Alice, promesa del Bel Canto, e hija de la anfitriona y dueña del destartalado palacete que sirve como tablero de juego de este pasatiempo necrológico.
Posee la historia un cierto aroma narcotizante al Edgar Allan Poe de «La Máscara de la Muerte Roja» o «La caída de la casa Usher», autor fetiche del niño protagonista, un chico endomingado y prematuramente adulto, hijo de un doctor traumatizado que pareciera haber asistido al óbito del mismo señor Valdemar. Sobrevuela la narración y su plasticidad el espíritu de un cuervo que podría llamarse «Nevermore», y que se posa sobre el hombro del guionista para marcarle el estilo y susurrarle alguna siniestra travesura.
El ritmo, inicialmente trepidante, entra en parada cardiorrespiratoria cuando el misterio queda planteado ‒salpimentado con algún que otro trágico accidente‒, y sólo resta que Monsieur Poirot empiece a recorrer el tablero de este Cluedo en el que se convierte la película, procediendo al interrogatorio de sospechosos hasta llegar, por descarte, a la esperada conclusión de que el asesino ha sido «la señorita Amapola, con el candelabro, en la biblioteca» (por ejemplo), como marcan los cánones del género y de este juego de dados, estancias y cartas ocultas.
Fantasmas, sombras chinescas, máscaras, una cacatúa, juegos con manzanas, abejas y humedad, en un opresivo y fastuoso palacio que se cae a pedazos bajo la tormenta, sirven de aditamento a esta película, que fluye sin más misterio que el preceptivo al tratarse de un caso de Monsieur Poirot. Todo queda en un mero pasatiempo que al menos deja en la retina el agrado de una cuidada labor artística, y que se viste con un traje más gótico y menos almidonado que en pasadas adaptaciones al cine de los relatos de la Reina del Crimen.
Sinopsis
Ambientada en la espeluznante Venecia posterior a la Segunda Guerra Mundial, en la víspera de Todos los Santos, Misterio en Venecia es un aterrador misterio que cuenta el regreso del célebre detective Hercule Poirot. Poirot está ahora jubilado y vive en un exilio autoimpuesto en la ciudad más glamurosa del mundo, y asiste a regañadientes a una sesión de espiritismo en un palazzo embrujado y en ruinas. Cuando uno de los invitados es asesinado, el detective se ve envuelto en un siniestro mundo de sombras y secretos.
Misterio en Venecia es un inquietante thriller sobrenatural basado en la novela Las manzanas de Agatha Christie y dirigido y protagonizado por el ganador del Oscar Kenneth Branagh que vuelve a encarnar al famoso detective Hercule Poirot. Escrita por el nominado al Oscar Michael Green, la película está producida por Kenneth Branagh, Judy Hofflund, Ridley Scott y Simon Kinberg, con James Prichard, Louise Killin y Mark Gordon como productores ejecutivos.
La película cuenta con un reparto coral que interpreta a un elenco de personajes que incluye a Kyle Allen, Kenneth Branagh, Camille Cottin, Jamie Dornan, Tina Fey, Jude Hill, Ali Khan, Emma Laird, Kelly Reilly, Riccardo Scamarcio y Michelle Yeoh.
El rodaje de Misterio en Venecia tuvo lugar de octubre a diciembre de 2022, en los Estudios Pinewood a las afueras de Londres y en Venecia, Italia, durante varias semanas del mes de enero de 2023.
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Copyright del artículo © Fernando Mircala. Reservados todos los derechos.