Tras el éxito de sus modestas producciones Rocky Balboa y John Rambo, Sylvester Stallone refuerza su resurrección cinematográfica con esta serie B de acción que reúne a múltiples rostros –y bíceps– habituales en este género, tanto en el pasado como en el presente. Cine de espíritu anticuado y estilo actual.
Un crítico de la revista Variety se queja de que, si se le quita el reparto, Los Mercenarios no es distinta a cualquier película de las que salen directamente para alquiler en DVD.
Por un lado, una película se debe juzgar por todo lo que lleva dentro, no por lo que llevaría si se le quitaran piezas. Si a Glengarry Glen Ross se le elimina el reparto, quedan un montón de sillas y escritorios, y en el caso de Dogville, ni siquiera eso. Por el otro lado, el público que va a ver Los Mercenarios lo hace precisamente por el plantel de actores, que son la esencia del film.
Sí, Los Mercenarios –The Expendables, «Los Prescindibles», en su más acertado título original– es una película de factura barata y con todos los clichés del cine de acción de segunda fila, más concretamente del que se hacía en la década de los ochenta, en productoras como la Cannon Group, cuando algunos de los actores de la cinta –el protagonista, coguionista y director Stallone o Dolph Lundgren, por ejemplo– eran las principales estrellas del cine de tiros, mamporros y explosiones.
Pero, lejos de ser un problema, que Los Mercenarios sea un film de acción modesto en forma y fondo es lo que le hace atractivo y entrañable. Básicamente, es una producción para chavales de trece años que ya han cumplido los treinta.
Esta simpática películilla tiene todo lo necesario para ser la protagonista ideal de una reunión de amigotes, de las de cerveza y risotadas. Repasemos la lista: tipos duros de la vieja escuela, pirotecnia, violencia ridículamente exagerada, persecuciones, chistes tontos, mujeres curvilíneas, dictadores sudamericanos que hablan un pésimo español no nativo, tatuajes, motos, armas enormes y canciones de la Creedence.
Hay peleas de kung fu, de lucha libre y de cancha de baloncesto, e incluso una fantasía masculina de revancha contra el tipo que te robado la novia.
Si a ello le sumamos un momento de misticismo macho –la reunión en una misma escena de Sly, Bruce Willis y el mismísimo Arnold Schwarzenegger– raro sería que Los Mercenarios no resultara un auténtico éxito comercial, al menos entre los hombres criados en los años ochenta.
Aunque el guión y el espíritu sean los de antaño, Stallone ha recurrido en la puesta en escena al molesto estilo visual de hoy –meneos de cámara, montaje demasiado rápido–, impidiendo que disfrutemos del todo de las peleas de profesionales como Jet Li –en una lucha contra el gigante Dolph Lundgren coreografiada por Corey Yuen–, las estrellas de la lucha libre Stone Cold Steve Austin y Randy Couture o el campeón de kick–boxing Gary Daniels.
La abundancia de efectos digitales de segunda fila también frustra en ocasiones los momentos de ultraviolencia o explosiones, evidenciando las limitaciones materiales del film.
Es de suponer que estas decisiones estéticas algo chapuceras responden, además de al propio presupuesto de la película, a la necesidad de conectar con el público juvenil actual, que al parecer se angustia si un plano dura más de un segundo y no tiembla.
Con un guión lleno de personajes, que incluye algunas inexplicables subtramas, divertidamente superfluas –en especial, la relación del dictador Garza con el malvado gringo encarnado por Eric Roberts–, los personajes con más protagonismo en la película son los de Stallone –representante de la vieja guardia– y Jason Statham, quien parece haberse convertido en el auténtico heredero del héroe macarra y macho, tras los irregulares intentos de gente como Vin Diesel o Dwayne Johnson.
El cine de videoclub –en los últimos años, el auténtico reducto de la serie B y el entretenimiento sin complejos– asalta el patio de butacas en un honesto film cuya acción ultraviolenta y gamberra resulta a la vez divertida y molesta a los ojos, pero que redime sus pecados con la mera presencia de un puñado de muchachotes que llevan décadas dejándose la piel para que nos divirtamos con sus estúpidas películas.
Sinopsis
En Los Mercenarios, un grupo de soldados de fortuna es contratado para infiltrarse en un país sudamericano y derrocar a su despiadado dictador. Una vez la misión comienza, se percatan que las cosas no son lo que parecen y se verán atrapados en una telaraña de engaño y traición. Con su misión frustrada y vidas inocentes en juego, tendrán que enfrentarse a un reto aún más difícil; salvar la unidad de su grupo y la amistad que les une tras largos años de lucha.
Copyright del artículo © Vicente Díaz. Reservados todos los derechos.
Copyright de imágenes y sinopsis © 2010 Millennium Films, Nu Image Films y Rogue Marble Pictures. Cortesía de Wide Pictures. Reservados todos los derechos.