Vicente Díaz¡Ya han pasado catorce años desde el estreno de Los Increíbles! Tempus fugit, y de qué manera. El caso es que a uno le extraña que aquel éxito de Pixar dirigido por Brad Bird no haya tenido su secuela hasta ahora.
Los Increíbles, recordemos, era una especie de híbrido entre Spy Kids (Robert Rodríguez, 2001) y la novela gráfica Watchmen (Alan Moore y Dave Gibbons, 1986) que nos relataba las aventuras de una familia de superhéroes, profesión ahora prohibida por el Gobierno y a la que vuelven por causas de fuerza mayor.
Pese a la excelente acogida de público y crítica, la primera entrega llegó en un tiempo previo al de la actual fiebre de las películas de superhéroes, y casi nadie esperaba ya una segunda parte, hasta ahora. Pero el mercado manda y Disney-Pixar no quiere dejar una sala de multicine sin ocupar. Así pues, nos encontramos ante una continuación de Los Increíbles que, pese al tiempo que ha pasado, comienza justo en la misma escena con la que acababa el primer film.
Cabía temer que Los Increíbles 2 nos hablase del paso del tiempo, mostrándonos a la familia protagonista casi quince años después. Sin embargo, no hay espacio para la melancolía o la oscuridad en un film divertido, tierno y para todos los público, con un guión que es pura fórmula y sufre de arritmia (casi toda la película se sostiene sobre dos tramas paralelas que no casan muy bien), pero con un indiscutible poderío visual.
Brad Bird orquesta a la perfección una serie de excelentes escenas cómicas (donde el ultrapoderoso bebé Jack-Jack se alza como estrella de la función) y nos sirve unos momentos de acción que dejan a la altura del betún a prácticamente todas las cintas de superhéroes que se estrenan en la actualidad (unas 20 cada fin de semana).
Como sucedía con la primera entrega, el film también destaca por lo cuidado de sus diseños retro, inspirados principalmente en el espíritu más chic y moderno de los años 60. Aunque, por fortuna, la película intenta librarse de las referencias y los guiños (y le habría sido facilísimo a una película de Disney), Los Increíbles 2 refuerza su estética e intenciones al incluir imágenes de la extraordinaria serie de animación Jonny Quest y de la añeja serie de ciencia ficción catódica The Outer Limits (Más allá del límite).
No hay lugar para las sorpresas o la irreverencia en Los Increíbles 2, pero funciona a la perfección como comedia de acción, no tanto por lo que nos cuenta sino por la forma en la que lo hace. Cine comercial de primera clase, incapaz de decepcionar, porque ofrece lo que promete, ni más ni menos. Quizá sea una pena que Pixar ya haya renunciado a la experimentación o la exploración artística, pero el dinero manda.
Sinopsis
Regresa la familia de superhéroes pero esta vez, la protagonista es Helen Bob se queda en casa con Violet y Dash y se ve obligado a convertirse en un héroe de la vida «normal». Es una transición difícil para todos, y lo será más aun cuando la familia se dé cuenta de los superpoderes del bebé Jack-Jack. Además, aparece un nuevo villano que trama una conspiración brillante y peligrosa. La familia y Frozone (voz de Samuel L. Jackson) deben encontrar la forma de volver a trabajar juntos, algo bastante complicado a pesar de que todos son Increíbles.
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Hernán Migoya
