Vicente DíazEl protocolo obliga a comenzar estas líneas acerca de la película diciendo que su director, el canadiense Denis Villeneuve, es uno de los realizadores de moda en Hollywood.
A pesar de poseer una carrera que ya casi le podría calificar de veterano, lo cierto es que su éxito con la estupenda Sicario (2015) y su valentía (¿insensatez?) a la hora de encargarse de la inminente secuela de Blade Runner le han puesto en el siempre peligroso candelero.
Su pericia para encajar historias intimistas y de alto contenido psicológico en un contexto de género (policíaco, misterio, ciencia-ficción…) le convierten en el tipo indicado a la hora de pergeñar películas comerciales pero “adultas” (signifique lo que signifique eso).
La llegada toma como base un relato de ciencia-ficción, Story of Your Life (Ted Chiang, 1998), para narrar cómo podría ser el primer contacto con una especie alienígena, con un enfoque abiertamente humanista.
Todos hemos asistido, en algún momento, a la típica discusión sobre si las ciencias son más importantes que las letras. En esos debates, lo que siempre queda claro es la estrechez de miras de los participantes, porque es más que obvio que ambas son igualmente importantes y, de hecho, son una misma cosa: conocimiento.
La película comienza con un ligero pique entre una extraordinaria lingüista (Amy Adams) y un físico de primera categoría (Jeremy Renner), pero pronto los protagonistas unen sus conocimientos para tratar de comunicarse con los tripulantes de unas naves con forma de gigantescos granos de café que han llegado a nuestro planeta con enigmáticas intenciones.
La pareja de cerebrines cuenta con una dificultad extra en su tarea: la estupidez humana, impaciente, temerosa y siempre con ganas de bronca. ¿Lograrán saber qué quieren los extraterrestres antes de que nuestros congéneres se líen a bombazos con ellos?
Los momentos más interesantes de la película tratan sobre la comunicación: cómo funciona, de qué manera se construyen los lenguajes, cómo afectan a la manera de pensar y por qué son tan importantes en nuestra propia existencia. Un punto a favor de la Humanidades en unos tiempos en los que están siendo ninguneadas, con desastrosos efectos ya visibles.
Un guión interesante, una elegante puesta en escena y unas interpretaciones notables convierten a La llegada en una película de ciencia-ficción aprovechable no sólo para los aficionados al género. Aunque cuenta con algunos conceptos algo más sofisticados que, pongamos, Independence Day, es un film asequible para la mayor parte del público.
El largometraje de Villeneuve da para una de esas charlas posteriores, en las que se puede discutir si todo lo que se ha visto tenía verdadero sentido, e incluso da para más de una interpretación, lo cual siempre es de agradecer. Por otro lado, se le puede achacar, en ocasiones, un tono excesivamente trascendente, similar al que exhibía Interstellar (Christopher Nolan, 2014), que puede llegar a ser un poquito enervante.
Sinopsis
La llegada es un provocador thriller de ciencia ficción del alabado director Denis Villeneuve (Sicario, Prisioneros). Cuando unas misteriosas naves espaciales aterrizan por todo el planeta, se crea un equipo de élite, encabezado por la experta lingüista Louise Banks (Amy Adams), para investigar. Mientras la humanidad se precipita hacia una guerra mundial, Banks y su equipo se esfuerzan contrarreloj por conseguir respuestas y, para obtenerlas, correrá un riesgo que podría poner en peligro su vida y, posiblemente, a toda la humanidad.
«He soñado con hacer ciencia ficción desde que tenía diez años», explica el director Denis Villeneuve, que se quedó completamente entusiasmado con el relato corto en el que se basa La llegada, La historia de tu vida, escrito por Ted Chiang. «Es un género que considero que tiene mucha fuerza y las herramientas para explorar nuestra realidad de una forma muy dinámica».
«Después de que Dan Levine y Dan Cohen se pusieran inicialmente en contacto conmigo para proponerme hacer una película», recuerda Chiang, «me enviaron un DVD de la película de Denis, Incendies (2010), para que me hiciera una idea de lo que tenían pensado. Eso sirvió para que los tomara verdaderamente en serio. Si me hubieran enviado una copia de una típica producción de ciencia ficción de Hollywood, seguramente los habría ignorado. No consiguieron asegurar definitivamente a Denis como director hasta varios años más tarde, pero él era el realizador que tenían en mente desde el principio».
Villeneuve abordó La llegada de forma distinta por toda una serie de motivos. Aunque le pareció que La historia de tu vida era un «material fantástico», sencillamente no tenía tiempo para escribir el guión, porque se encontraba en pleno rodaje de Prisioneros (2013). «No tenía tiempo para escribir un guión», explica Villeneuve, «y, para ser sincero, no sabía muy bien cómo adaptar adecuadamente esa historia, porque es muy intelectual, de una forma muy sólida y hermosa, pero, desde un punto de vista dramático, es un poco difícil de articular, porque trata sobre el proceso».
Villeneuve lo dejó en manos de los productores, entre ellos el productor ejecutivo y guionista Eric Heisserer, que ya había empezado a trabajar en una adaptación del relato corto desde principios del proceso de producción. «Volvieron unos meses después con un guion escrito por Eric Heisserer que era sorprendentemente bueno», recuerda Villeneuve. «Digo que era sorprendente porque Eric consiguió encontrar la forma de adaptarlo y crear una sensación de tensión y drama dentro de ese proceso de traducción». Villeneuve se embarcó entonces definitivamente en el proyecto.
«Lo que me encanta del relato corto es que tiene muchos matices», explica Villeneuve. «Uno de ellos, que me conmovió profundamente, es la idea de que alguien esté en contacto con la muerte. ¿Qué pasaría si supieras cómo vas a morir, cuándo vas a morir? ¿Cómo sería tu relación con la vida, el amor, tu familia y amigos, y con tu sociedad? Al tener una mayor relación con la muerte, de una forma íntima con la naturaleza de la vida y sus sutilezas, nos aportaría más humildad. La humanidad necesita ahora mismo esa humildad. Vivimos en una época muy narcisista. Hemos llegado a un punto en que estamos peligrosamente desconectados de la naturaleza. Eso es lo que este maravilloso relato corto representaba para mí, una forma de recuperar nuestra relación con la muerte y la naturaleza, y el misterio de la vida».
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Manuel Rodríguez Yagüe
