El título original de la película, Destination Wedding, se refiere a esa práctica cruel, consistente en invitar a los “seres queridos” a bodas que se celebran en el quinto pino y que incluyen todo de tipo de actividades irritantes.
Los protagonistas, ciertamente, son unos narcisistas antisociales, pero hay que reconocer que tienen toda la razón del mundo al echar pestes sobre este tipo de horribles celebraciones, con las incomodidades y desembolsos monetarios que conllevan.
Si alguien piensa que el anterior párrafo es demasiado subjetivo, tiene toda la razón. Es más, aquí va otro chute de subjetividad: esta película es una delicia porque los protagonistas son dos actores a los que un servidor adora. Una pareja de personajes tan atípicos como bellos y únicos: Winona Ryder y Keanu Reeves. Si el protagonismo hubiese caído en otros intérpretes, bueno, a lo mejor la cinta se habría hecho algo insoportable.
Y es que los dos gruñones invitados a la boda de marras dicen muchas cosas ingeniosas y divertidas durante todo el metraje, pero es que no callan ni un momento. La propia base de la película es esa, dos personajes discutiendo y quejándose con mucho arte, pero de manera constante. Son los dos únicos que hablan en la película (los secundarios nunca llegan a tener líneas de diálogo). Básicamente, se trata de teatro filmado y manifiesto antisocial.
La boda de mi ex, en fin, es una celebración de la pareja Winona–Keanu, quien ya interpretó al matrimonio Harker en Drácula, de Bram Stoker (Francis Ford Coppola, 1992) y fueron, cada uno por su parte, iconos de la generación X durante los 90.
El éxito de la serie Stranger Things ha resucitado la popularidad de Winona y Keanu vive una nueva edad dorada gracias a la saga de películas de acción John Wick, así que esta pequeña cinta independiente, con todo el sabor del cine indie de los 90 y cierto regusto a Woody Allen, sirve como pequeño brindis para los fans y los propios actores.
Sinopsis
Keanu Reeves (John Wick, Matrix) y Winona Ryder (Stranger things, Cisne negro) regresan a la comedia romántica. La inolvidable pareja de actores se vuelve a juntar tras enamorarnos con Drácula de Bram Stoker. Nuestros protagonistas también trabajaron juntos en Una mirada a la oscuridad y La vida privada de Pippa Lee. Keanu Reeves y Winona Ryder tienen una gran dinámica en pantalla que refleja su amistad fuera de ella.
Esta innovadora película ha sido escrita y dirigida por Victor Levin (El chico de tu vida, Mad men), y producida por Elizabeth Dell, Robert Jones y Gail Lyon.
Con su sarcasmo viperino y su oscuro humor, La boda de mi ex es una mirada poco convencional y extremadamente ingeniosa sobre dos inadaptados decididos a no dejarse engañar por el amor. ¿Podrán enamorarse a pesar de su cinismo y su carencia de habilidades sociales?
Lindsay (Winona Ryder) y Frank (Keanu Reeves) se conocen en la boda del ex de ella. Pronto descubren que tienen muchas cosas en común: los dos odian a la novia, al novio, la boda y a ellos mismos. Cansados de todo el mundo que les rodea, ambos empezarán a sentir algo el uno por el otro y deberán decidir si es más fuerte el corazón o su sentido común.
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