Vicente DíazRodado en 1952, Fanfan la Tulipe es un clásico de la cinematografía francesa: una comedia aventurera de capa y espada, dirigida por Christian-Jaque y protagonizada con enorme encanto por Gérard Philipe y Gina Lollobrigida. Medio siglo después, llega a las pantallas este discutible remake.
Es un hecho a festejar este inesperado retorno del cine mundial a las historias de espadachines y aventuras clásicas. Pocas cosas contagian tanta energía vital como una buena escena de esgrima hábil y cordial entre un bueno simpático y un malo malísimo que, pese a jugarse la vida (o al menos el pellejo), no abandonan sus modales y el arte de la conversación entre estocadas.
En todo caso, hay que aclarar que no todo el monte es orégano ni oro todo lo que reluce, y que a la hora de hacer un remake, como es este el caso, hay que tener mucho tino a la hora de adaptarse a las exigencias que requiere una película de un género tan matemático en sus ingredientes, que bien se podrían reducir a un sólo ingrediente: La diversión.
Cuestión fundamental: ¿Es este nuevo Fanfan la Tulipe una película divertida?
La respuesta sería “a duras penas”, porque el film cuenta con momentos realmente graciosos, todos protagonizados por Luis XV y por un oficial gay y melómano, que busca durante toda la película un himno para su regimiento.
Por desgracia, estos chistes son identificados como los más graciosos también por los responsables de la película, y los explotan hasta la saciedad al igual que los referentes a lo absurdo de la guerra y a las conflictivas relaciones que siempre hemos tenido los estados europeos por chorradas de herencias, disputas de territorios y demás.
La cinta es, principalmente, una comedia y ahí está el problema. Porque es legendaria la falta de gracia de las comedias francesas, y esta no es una excepción. Se suele decir por parte de los entendidos que si no se domina el idioma galo, es imposible comprender el humor francés. Debe de ser cierto, porque maldita la gracia que les encuentro a las películas de Louis de Funes o a films tipo Los visitantes y Operación Chuleta de ternera.
El film está lleno de problemas, empezando por un guión mal construido, en el que no suceden apenas cosas importantes para el desarrollo de la historia, y donde sobran personajes como el interpretado por Michell Muller, un supuesto alivio cómico que es innecesario y que encima no tiene gracia.
Luego está Fanfan en sí, que pretende ser el típico aventurero canalla y simpático pero que en realidad se aprecia como un chulo prepotente tan insoportable como las interminables peroratas que suelta en sus combates de esgrima, que por cierto están muy bien coreografiados pero están rodados con la mayor de las incompetencias.
Chascarrillos anacrónicos para comparar la situación europea de entonces con la de momentos posteriores o actuales se suceden con distinta fortuna, pero los mejores no llegan a superar, e incluso parece que copian, a los ideados tiempo ha por el cine español en films como Cristobal Colón, de oficio descubridor o Juana la Loca, de vez en cuando.
Con todo, si hay algo que irrita de la película es su banda sonora machacona que no para ni en un solo instante, y cuyo tema principal, por cierto, roba notas al de Independence Day, lo cual tiene su gracia para una película tan europea como esta.
Ah, Penélope Cruz resulta tan atractiva como superflua en la película.
Sinopsis
Fanfan (Vincent Pérez) es un vividor hábil con las mujeres y la espada. Para huir de una boda forzada se alista en el ejército, en parte influido por las predicciones de la gitana Adeline (Penélope Cruz). Después de salvar a una de las hijas del rey de unos salteadores de caminos, Fanfan tiene clara su tarea, convertirse en el yerno de Luis XV (Didier Bourdon).
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Víctor Arribas
