Cementerio de animales es una de las novelas más populares y agobiantes de Stephen King, escritor al que, a estas alturas, ya no hay que presentar a nadie. El propio King ha confesado que la inspiración para su libro fue el relato La pata de mono (W. W. Jacobs, 1902), y destaca por el peso aplastante del fatalismo en la historia. Como en las peores pesadillas, el lector sabe que en la novela todo va a acabar de la peor manera, e incluso los personajes son avisados, pero la tragedia no da tregua ni permite la elecciones sensatas.
La primera adaptación al cine de esta novela, titulada en España como El cementerio viviente (Mary Lambert, 1989) no es recordada como una de las mejores películas basadas en la obra de King, y eso que el propio guión corría a cargo del novelista. La cinta era bastante mejorable, en especial el trabajo del actor protagonista, Dale Midkiff, pero sería injusto negar sus virtudes, que han conseguido que el público que la vio a una edad tierna la tenga como film de “casi-culto”: el bebé zombi interpretado por el asombroso actor infantil Miko Hughes, la presencia del secundario Fred “Herman Munster” Gwynne, la terrorífica cara de Zelda, el propio escenario…
Cabría esperar que esta nueva versión cinematográfica mejorara la anterior, dándole lustre visual y adentrándose más en los oscuros vericuetos psicológicos de la novela pero, ay, Cementerio de animales resulta más plana e insulsa que el film de 1989.
Este nuevo film, dirigido por Kevin Kölsch y Dennis Widmyer, provoca la pregunta de por qué ha hecho falta un dúo de directores para realizar algo tan plano e insulso. No se trata de una película especialmente mala, pero sí inane y poco memorable (lo cual siempre es peor que lo escandalosamente malo). La pareja de directores es incapaz de conseguir una atmósfera ominosa (pese a algún intento como la inclusión de un pantano neblinoso de la vieja escuela) y el ritmo resulta televisivo, carente de verdadero suspense o desazón.
En el lado positivo, Jason Clarke es mejor actor que Dale Midkiff y el gato Church (“interpretado” por varios felinos de la preciosa raza Maine Coon) está bien aprovechado. Es más, Church roba la película a los humanos.
Lo más llamativo de esta nueva versión es la introducción de un importante cambio en el argumento. Es algo que nos dice mucho acerca del cine comercial actual (y de la cultura de masas, en general). Hoy en día, lo importante es no desagradar a nadie, incluso si estás haciendo una película basada en una novela perturbadora. Así pues, lo que nos queda al final es una versión desangelada de una gran historia. La enésima película sobre una preadolescente poseída. Una oportunidad desaprovechada.
Sinopsis
Basada en la influyente novela de terror de Stephen King, Cementerio de animales narra la historia del doctor Louis Creed (Jason Clarke), que al poco de mudarse con su esposa Rachel (Amy Seimetz) y sus dos hijos pequeños desde Boston a un recóndito paraje de Maine, descubre un misterioso cementerio escondido en lo más impenetrable del bosque, a escasa distancia del nuevo hogar familiar. Cuando la tragedia alcanza a la familia, Louis recurre a su peculiar vecino, Jud Crandall (John Lithgow), provocando una peligrosa reacción en cadena que desata una insondable fuerza maléfica con espantosas consecuencias.
Comentarios de los cineastas sobre la novela original de Stephen King
Lorenzo di Bonaventura, productor: «En mi opinión, una gran parte del terror que conozco [en mi trabajo como productor] no es psicológico. Y ahí es donde empecé a interesarme. El motivo por el que estoy haciendo esta película basada en la novela de Stephen King es porque trata de algo diferente al horror, trata sobre el vínculo emocional entre un adulto y sus hijos. La pregunta fatídica, ‘¿Hasta dónde estarías dispuesto a llegar para ver otra vez a tu hijo?’ O ‘¿Hasta dónde llegarías para proteger a tus hijos?’ Ese es el motivo por el que cuando Stephen King escribió Pet Sematary retuvo la novela sin entregársela al editor durante tres años. Porque estaba aterrorizado por lo que había escrito. Y hoy en día el libro me sigue pareciendo insoportablemente terrorífico. Es atávico».
Dennis Widmyer, director: «Stephen King fue uno de esos autores, como [J.R.R.] Tolkien, a los que empecé a leer cuando tenía, no sé, 11 o 12 años. Para entonces ya había leído muchos de sus libros, pero titubeé bastante con Cementerio de animales, porque recuerdo que en la contraportada de la novela decía, ‘La novela más terrorífica del autor’. Y yo entonces tenía un gato, y no sé por qué, pero siempre me dio mala espina. Hay algo diferente en Cementerio de animales. No he olvidado la reacción que me provocó. Nunca ha desparecido del todo. No puedo dejar de pensar que era más peligrosa que cualquiera de sus otras novelas. Y tiene muchos aspectos autobiográficos».
Kevin Kölsch, director: «It [la reciente película basada en la novela de Stephen King] ha hecho recordar a la gente que Stephen King no solo escribe grandes obras de ficción, sino piezas maestras de terror literario. Y en It trataron el material con un gran respeto, como si fuese una obra de terror prestigiosa, no una novelucha de tres al cuarto. Y eso es lo que estamos haciendo nosotros también. Lo que queremos lograr con esto es que la gente piense. Hacer una película que asuste a los adolescentes porque es sobrenatural y tiene personajes clásicos como Pascow y Zelda. Pero también algo que atenace a los padres, por lo que ocurre en la historia. Cementerio de animales siempre ha funcionado en esos dos niveles. Es muy madura y psicológica. La emoción humana pesa tanto en la película como los sustos y el terror».
Copyright del artículo © Vicente Díaz. Reservados todos los derechos.
Copyright de imágenes y sinopsis © Di Bonaventura Pictures, Paramount Pictures. Reservados todos los derechos.