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Crítica: ‘Blue Beetle’ (Ángel Manuel Soto, 2023)

Los guionistas de Hollywood aún intentan darle alcance a la fórmula definitiva del superhéroe. ¿Cuál debe ser el ingrediente indispensable? ¿Una historia de origen con mucha carga emocional? ¿Un relato lleno de referencias al mundo del cómic? ¿Una remodelación de los personajes para adaptarlos al discurso de valores dominante? ¿Mensajes políticos o sociales que trasciendan la imaginería pop?

La mayoría de estas ideas, exploradas una y otra vez, no pueden ocultar algo que sabe cualquier cinéfilo: las películas, al margen de sus intenciones o de su ideología, funcionan o no. Y no es fácil explicar por qué lo consiguen.

En este sentido, Blue Beetle no oculta fuertes reminiscencias de otras cintas de superhéroes. Esta falta de originalidad se compensa, al menos en parte, con una mirada afectuosa a sus protagonistas: una familia mexicano-estadounidense formada por el joven Jaime Reyes (Xolo Maridueña), sus padres, Alberto y Rocío (Damián Alcázar y Elpidia Carrillo), su abuela Nana (Adriana Barraza), su excéntrico tío,  Rudy (el televisivo George Lopez) y su hermana menor, Milagro (Belissa Escobedo).

Los Reyes habitan en una ciudad cargada de problemas para los desfavorecidos y los inmigrantes, Palmera City (algo así como Miami con esteroides). Se trata de una metrópoli cuyos destinos parecen estar bajo el control de una gran empresa tecnológica, Kord Industries, a cargo de la malvada Victoria Kord (Susan Sarandon). Por accidente, un artefacto prodigioso que obsesiona a Victoria, el Escarabajo, acaba convirtiendo a Jaime en un héroe con superpoderes.

Quizá como reflejo de las clases sociales a las que ambos representan, el antagonismo entre Jaime / Blue Beetle y la corporación Kord está servido, y de ese punto en adelante, dicho enfrentamiento justifica los vaivenes de la trama.

En términos generales, la película es un divertimento agradable. Los detalles costumbristas que rodean al héroe ‒esa familia que resume casi todos los tópicos de «lo latino»‒ están diseñados para complacer al público hispanohablante (Vean, por favor, Blue Beetle en versión original). En la misma línea, los actores realizan un trabajo sólido, en especial Damián Alcázar y Belissa Escobedo.

Entre líneas, el film también aprovecha para incluir una serie de mensajes políticos que no siempre fluyen con naturalidad (las alusiones al intervencionismo yanqui en América del Sur, la leyenda negra antiespañola resumida en una estatua «derribada» accidentalmente, la épica revolucionaria, etc.). Pero si nos abstraemos de esos adornos, lo cierto es que Blue Beetle ofrece lo que promete: comedia familiar, aventura ligera y un buen número de combates entre cyborgs, resueltos con los artificios digitales a los que ya nos tiene acostumbrados este tipo de cine.

Sinopsis

Jaime Reyes, recién graduado de la universidad, regresa a casa con muchos planes para su futuro, pero descubre que su casa no está exactamente como la dejó. Mientras Jaime busca encontrar su lugar en el mundo, el destino interviene y de repente tiene en sus manos una antigua reliquia de biotecnología alienígena: el Escarabajo. Cuando de repente el Escarabajo elige a Jaime como su anfitrión simbiótico, le dota de una armadura increíble con poderes extraordinarios e impredecibles que van a cambiar para siempre su destino y le convertirán en el superhéroe Blue Beetle.

Copyright del artículo © Guzmán Urrero. Reservados todos los derechos.

Copyright de imágenes y sinopsis © The Safran Company, Warner Bros. Reservados todos los derechos.

Guzmán Urrero

Colaborador de la sección cultural de 'The Objective'. Escribió de forma habitual en 'La Lectura', revista cultural de 'El Mundo'. Tras una etapa profesional en la Agencia EFE, se convirtió en colaborador de las páginas de cultura del diario 'ABC' y de revistas como "Cuadernos Hispanoamericanos", "Álbum Letras-Artes" y "Scherzo".
Como colaborador honorífico de la Universidad Complutense de Madrid, se ocupó del diseño de recursos educativos, una actividad que también realizó en instituciones como el Centro Nacional de Información y Comunicación Educativa (Ministerio de Educación, Cultura y Deporte).
Asimismo, accedió al sector tecnológico como autor en las enciclopedias de Micronet y Microsoft, al tiempo que emprendía una larga trayectoria en el Instituto Cervantes, preparando exposiciones digitales y numerosos proyectos de divulgación sobre temas literarios y artísticos. Ha trabajado en el sector editorial y es autor de trece libros (en papel) sobre arte y cultura audiovisual.