Las modas van y vienen, las nuevas tecnologías se imponen de manera apabullante y los usos sociales cambian, pero hay cosas que siempre funcionan. En este film Robert Pattinson, galán de moda, protagoniza un melodrama amoroso ambientado en el mundo del circo que incluye los tópicos de toda la vida.
Hay quien verá en esta nueva película un razonable parecido argumental con la mucho más brutal Balada triste de trompeta (Álex de la Iglesia, 2010), ya que ambas tratan sobre un inocente personaje que entra en un circo, y en él se enamora de la estrella del espectáculo, emparejada con el dueño, un psicópata que tiene controlados a todos mediante el miedo.
En las dos películas, además, la trapecista se debate entre el amor romántico del ingenuo y el amor obsesivo del maltratador, sacando de quicio al protagonista, en principio un tipo pacífico. Por lo demás, Agua para elefantes no guarda mayor relación con la cinta española.
El largometraje de Francis Lawrence está contado a modo de flashback por Hal Holbrook, un actor que ya era veterano cuando Harry Callahan le soltaba aquello de «un hombre debe conocer sus limitaciones» en 1973.
La película retrata el ambiente de un circo itinerante durante la época de la Gran Depresión, mientras va de pueblo en pueblo para arrancarle dinero fácil a los paletos de turno.
Lo más interesante de este film es, precisamente, el retrato de una época y un mundo muy específico, en el que la gente estaba hambrienta de un poco de ilusión, y también de comida. Un lugar cruel en el que la falta de escrúpulos era algo vital para la supervivencia, como bien nos explica el deleznable villano interpretado por un encasillado Christoph Waltz.
Desde su triunfo en Malditos Bastardos, Waltz está repitiendo película tras película su papel de Hans Landa para los agradecidos ejecutivos de Hollywood, sin mayor esfuerzo.
Aunque su actuación parezca algo reciclada, es lo suficientemente poderosa como para que el actor le robe todos los planos al pazguato Robert Pattinson, quien vuelve a interpretar un papel de, en fin, pazguato.
Reese Witherspoon, exceptuando un par de equilibrios gimnásticos, poco puede lucirse en su papel de sufrido objeto de codicia amorosa. De hecho, es superada en candor por una simpática elefanta que termina acaparando todas las simpatías del público, por encima de los autocomplacientes personajes humanos.
A decir verdad, las partes más dolorosas e intensas del film se refieren al maltrato –ficticio, claro está– del majestuoso paquidermo. Se trata de momentos que llegan a insuflar ira y provocar ansias de venganza hasta en el espectador más pacífico. Casi se podría decir que uno tiene más interés en asistir a la revancha del animal que en saber quién se queda con la chica.
Con una aproximación más cuidadosa a los personajes secundarios –el reparto incluye presencias tan interesantes como las de Ken Foree o Richard Blake– y al ambiente circense, y una menor insistencia en el triángulo amoroso apolillado, Agua para elefantes hubiera aprovechado mejor sus dos horas de metraje.
Sí, sabemos que es una película «de amor» destinada al lucimiento del melindroso sex symbol Pattinson, pero a más de uno nos hubiera gustado que se potenciara la faceta Freaks del film, o al menos, lo poco que la relaciona con Tarzán en Nueva York.
Sinopsis
Basada en el aclamado best–seller de igual título, la película Agua para elefantes es una épica historia sobre un amor prohibido que acontece en un mágico lugar lleno de aventuras, maravillas y grandes peligros.
Un estudiante de veterinaria sin recursos económicos, Jacob, conoce y se enamora de Marlena, la estrella de un circo de otra época. Ambos descubren la belleza que existe bajo la carpa del circo, y empiezan a conectar a través del sentimiento que les suscita un elefante muy especial. Contra todo pronóstico –lo que incluye la furia del carismático pero peligroso marido de Marlena, August–, Jacob salva a Marlena de una vida desgraciada y ambos encuentran al amor de su vida.
Cómo se hizo
Cuando la novela Water for Elephants de Sara Gruen se publicó en 2006, se convirtió en un enorme éxito, manteniéndose durante 12 semanas en la lista de libros más vendidos de The New York Times. También fue un gran éxito la edición de bolsillo, permaneciendo en los primeros puestos de las listas de ventas. Lectores de todo el mundo respondían de esta forma a la dicha, el amor, la redención y los desafíos que experimentan los personajes de Gruen. “Water for Elephants trata sobre el amor en todas sus variantes: entre hombre y mujer, entre miembros de la familia y entre personas y animales”, dice Gruen. “Habla acerca de las diferentes maneras que tenemos de tratarnos los unos a los otros; a veces bien, y otras, no tanto”.
Entre los millones de fans del libro se halla Reese Witherspoon. “Es una maravillosa historia de amor, esperanza, redención, segundas oportunidades y logro de la felicidad”, señala la actriz ganadora del Oscar. “Me sumergí por completo en el mundo que Sara había creado”.
Años más tarde, Witherspoon interpretaría a la heroína de la novela, Marlena, la atracción principal de un circo en vías de extinción. Con el brillo de sus ojos y su pelo, su piel de porcelana y el deslumbrante traje rosa de lentejuelas que la hace resplandecer, además de su talento para conectar con los animales, Marlena es una bella, intuitiva y delicada artista. Pero la vida personal de Marlena contrasta totalmente con la felicidad que siente al actuar. Se encuentra atrapada dentro de un difícil y complicado matrimonio con el jefe de pista y propietario del circo, August, que, con su imponente y carismática presencia, puede cautivar, seducir o atacar, con la misma fuerza.
El protagonista de Crepúsculo Robert Pattinson es otro gran admirador del universo y personajes creados por Gruen. “Alguien me envió el libro, e inmediatamente conecté con él”, recuerda el actor. Pattinson aceptaría después interpretar a Jacob Jankowski, quien, tras una tragedia personal, vaga sin rumbo hasta que se sube como polizón a un tren que casualmente resulta ser la morada del Benzini Bros. Circus. Al final, ese profético tren conducirá a Jacob hasta Marlena, y hasta un romance y un destino que nadie podría haberse imaginado.
Al poco tiempo de la publicación de la novela, estos adorados personajes emprendían viaje desde el papel impreso a la gran pantalla. A finales de 2008, el productor Gil Netter (Una pareja de tres) planteó al director Francis Lawrence (Soy leyenda) la posibilidad de convertir Water for Elephants en película. “Leí el libro de un tirón”, recuerda Lawrence. “Fue una experiencia realmente visceral, y la historia se desarrollaba en un mundo extraordinariamente rico y minuciosamente detallado. Me gustaban los personajes y la emoción que contenía”.
Lawrence se centró en la relación entre Marlena y Jacob, así como en la recreación del mágico universo tan cuidadamente pormenorizado por Gruen en su novela. “La verdad es que la relación que creamos entre Marlena y Jacob para la película es uno de mis elementos favoritos”, señala Lawrence. “Es una pasión que surge de forma suave y apacible. Yo creo que Jacob se enamora inmediatamente de la belleza, la magia, la fuerza y la seguridad que irradia Marlena. Pero Marlena es más cauta; no confía en muchas personas. Jacob comienza a romper esa barrera y se va convirtiendo en alguien poco habitual en el mundo de Marlena. Creo que a ella le enamora la integridad de Jacob”.
Al igual que los personajes que se disponía a llevar a la gran pantalla, Lawrence se sintió atraído por el mundo del circo. “Siempre me ha intrigado el mundo del circo, especialmente el de los años 20 y 30”, afirma el director. “Entonces había algo muy especial: trenes de vapor, espléndidas carpas de circo, artistas elegantes y animales exóticos”.
Lawrence y el productor Erwin Stoff embarcaron en el proyecto al acreditado guionista Richard LaGravenese, nominado al Oscar por su trabajo en El rey pescador, para que llevara a cabo la adaptación de la novela de Gruen.
Desde la fase de guión hasta la preproducción, la producción y los retoques finales de posproducción antes del inminente estreno mundial de Agua para elefantes, los realizadores se esforzaron al máximo por dar vida a este mundo, a sus personajes y a una historia de un amor prohibido que se convierte en amor eterno. “A la gente siempre le ha gustado pasar un ‘día en el circo’, un momento feliz que les hace olvidar la rutina de sus vidas”, señala Reese Witherspoon. “Espero que eso sea lo que hemos hecho aquí: crear algo con lo que la gente disfrutará”. Francis Lawrence añade: “Una de las razones por las que hice Agua para elefantes es porque contiene amor, cumplimiento de deseos, redención, magia y belleza. Y espero que el público capte todo esto”.
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