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Crítica: «El sicario de Dios» («Priest», 2011)

Priest, el cómic coreano de Hyung Min-woo, sirve de base para esta cinta de ciencia ficción, acción y terror. Una macedonia de influencias varias protagonizada por Paul Bettany, Cam Gigandet y Maggie Q, y con la intención de iniciar una franquicia.

El film no se basa en un cómic tan conocido como Superman, Batman, Spiderman o Los Vengadores, personajes que protagonizan los grandes estrenos del año desde hace ya un tiempo, y por ello no nos encontramos ante una superproducción.

Pese a contar con versión 3D y una generosa dosis de acción y efectos digitales, El sicario de Dios es prácticamente una serie B que sabe aprovechar algunos de sus elementos al máximo y desaprovecha otros tantos, resultando una película entretenida, pero algo desganada.

La fotografía descolorida y el montaje torpe en las escenas de pelea le dan a Priest un aspecto televisivo bastante anodino, pero por otro lado destacan los escenarios donde se desarrolla la historia, herederos de los clásicos parajes de los cómics de ciencia-ficción de hace treinta años al estilo Heavy Metal 2000 AD.

No falta ni la megaciudad siniestra a lo Blade Runner –con algún recurso visual directamente sacado del Ridley Scott de antaño– ni los eriales post-apocalípticos a lo Mad Max, e incluso visitamos una gigantesca colmena vampírica de aspecto decididamente alienígena.

La historia en sí también es una mezcolanza, si bien sus principal influencia es Centauros del desierto (John Ford, 1956), clásico del cine del que no sólo repite situaciones, temas y frases, sino incluso nombres de personajes. Ni que decir tiene que este film repleto de vampiros ciegos y babeantes y crucifijos-shuriken no pretende estar a la altura de la obra maestra de Ford, y de hecho el argumento de Centauros del desierto se funde y confunde con el de aquella olvidada adaptación de Juez Dredd que protagonizó Stallone en los 90.

Paul Bettany, tras su papel de monje rarito en El Código Da Vinci (Ron Howard, 2006) y de Arcángel Miguel en Legión (dirigida el en 2010 por Scott Charles Stewart, realizador de El sicario de Dios), parece haberse acomodado en las fantasías oscuras de trasfondo cristiano, y aquí ejerce de tópico antihéroe sombrío que habla con voz susurrante. Si tenemos en cuenta que el villano Karl Urban también habla en un tono similar, los diálogos entre ambos parecen un combate de burlas mutuas, lo cual crea cierta sensación de incomodidad.

Curiosamente, entre tanta testosterona susurrante es la actriz Maggie Q quien protagoniza los momentos más macarras y vistosos de la cinta. La protagonista de Naked Killed y nueva Nikita televisiva roba la función en más de un momento, en especial durante el clímax de la película, una secuencia con motos y trenes implicados que eleva la diversión de una película algo apagada.

Un director más hábil que Scott Charles Stewart podría haber sacado más jugo estilístico y más diversión a este film desigual y algo desangelado, que finaliza augurando nuevas entregas. Si se estrenarán en cine, Blu-ray o televisión, eso ya no queda claro.

Sinopsis

Un rebelde guerrero curtido en la lucha se embarca en una arriesgada cruzada para salvar a su sobrina de una bandada de vampiros asesinos en El sicario de Dios, película apocalíptica de terror y acción del director Scott Stewart. Este filme visualmente asombroso en 3D panorámico es un homenaje a las películas de aventuras icónicas donde un solo hombre se interpone entre la humanidad y su destrucción total a manos de un ejército de merodeadores.

Después de centenares de años de enfrentamiento, la raza humana ha derrotado a su más terrorífico enemigo, las hordas de vampiros. Los pocos vampiros que quedan han sido recluidos en reservas aisladas, y la mayoría de los humanos se han refugiado en ciudades amuralladas dirigidas por la Iglesia. Los sacerdotes, entrenados como combatientes mortíferos durante las guerras contra los vampiros, ahora realizan trabajos menores, viven en completo aislamiento y marcados por sus distintivos tatuajes, son evitados por los vecinos del lugar.

Cuando la noticia de un ataque vampírico y el secuestro de una joven de 18 años en una zona remota llega a oídos de Sacerdote (Paul Bettany), un veterano de guerra, este solicita a los monseñores reinantes permiso para ir en busca de la rehén, su sobrina. Cuando ellos se niegan, rompe sus votos sagrados, desafía las órdenes de sus superiores y se dispone a encontrar a la chica antes de que los vampiros la esclavicen. A su cruzada se une el novio de su sobrina, Hicks (Cam Gigandet), un joven sheriff e gatillo fácil y una antigua sacerdotisa guerrera (Maggie Q) que posee poderes de lucha sobrenaturales.

Pero cuando llegan al desértico pueblo de Jericho, Sacerdote, Hicks y Sacerdotisa se encuentran con una escena de devastación que lleva la marca de los vampiros y con ello una nueva y escalofriante amenaza.

Cómo se hizo

El autor del guión de El sicario de Dios, Cory Goodman, está familiarizado tanto con el mundo de la novela gráfica contemporánea como con el cine clásico. Ambientada en un páramo postapocalíptico, la historia combina terror gótico, devastación nuclear y un estilo de lucha “gun fu” que crea un mundo inmediatamente familiar pero a la vez completamente original.

La primera inspiración de esta historia surgió del artista y escritor coreano Min-Woo Hyung y su serie manga de 16 volúmenes muy aplaudida por la crítica. Titulada de la misma forma que la película en ingles, “Priest”, fue publicada en Estados Unidos por la editorial líder en novela gráfica TokyoPop. “Priest” es una combinación de estilos del cómic asiático y occidental”, apunta Stuart Levy, editor de TokyoPop y uno de los productores de la película. “Dado que Min-Woo Hyung está extremadamente interesado en el cine, su trabajo tiende a ser muy cinemático”.

Goodman utilizó la ambientación histórica de la serie como punto de partida para una nueva historia situada en un futuro postapocalíptico, explica Levy. “Utilizó bastantes elementos de los que Min-Woo puso en la novela gráfica, pero a partir de ahí creó una idea totalmente original. La película se nutre de lo mejor de estos dos talentosos contadores de historias: el increíble colorido y estilo de Min-Woo y los personajes y el argumento de Cory. Es el caso en que uno más uno da por resultado tres”.

La historia de El sicario de Dios se pone en movimiento con el secuestro de una joven. “Lucy es una chica de pueblo pequeño que ha crecido en tierras desoladas”, explica Goodman. “Quiere ver más del mundo. Entonces llegan los vampiros que le dan experiencia, pero no lo que ella tenía en mente. Su secuestro lleva a Sacerdote, el protagonista del filme, a abandonar la ciudad en su intento de salvarla”.

La historia de Goodman de un mundo devastado por siglos de guerra entre los hombres y los vampiros atrajo la atención del productor Mitchell Peck. Como en una escena de una película de Hollywood, la primera vez que Peck escuchó hablar del guión fue durante una partida nocturna de póquer. “Hice la pregunta típica que hacemos en el negocio de Hollywood”, recuerda. “‘¿Habéis leído algo bueno últimamente?’ Y uno de los jugadores me contó acerca de un guión sobre vampiros en una teocracia postapocalíptica”.

El sicario de Dios es el segundo esfuerzo en la dirección de Scott Stewart después de la fantasía apocalíptica de 2010, Legión [Legion], también para Screen Gems. “Proveniente de los efectos especiales, Scott ha aportado una gran riqueza de conocimiento en cuanto a la creación del tipo de estilo y look para que este proyecto fuese realmente excitante. Pero también está muy involucrado en la historia y se entiende muy bien con los actores. Lo tiene todo”, asegura DeLuca.

Como uno de los cofundadores de la empresa de efectos visuales The Orphanage, Stewart tiene mucho hecho en lo que a crear mundos originales se refiere. “Scott Stewart es un gran visionario”, afirma Glenn S. Gainor, vicepresidente senior y director de producción física de Screen Gems y productor ejecutivo de El sicario de Dios. “Conoce el mundo cinemático que quiere. Crear este mundo fue un gran desafío. Cada fotograma de la película transcurre en un universo paralelo que empieza en la cabeza de Scott”.

Scott Stewart reunió un grupo de dotados colaboradores, incluyendo al director de fotografía Don Burgess, el director artístico Richard Bridgland, el supervisor de efectos visuales Jonathan Rothbart y el animador Genndy Tartakovsky, para llevar su visión del mundo postapocalíptico de El sicario de Dios a la pantalla.

Stewart reclutó a Tartakovsky para crear el ominoso prólogo animado que cuenta la historia de la guerra entre humanos y vampiros. Tartakovsky, cuatro veces ganador del Emmy® por sus famosas creaciones de El laboratorio de Dexter (Dexter’s Laboratory), Samurai Jack y Star Wars: The Clone Wars (Star Wars: Clone Wars), se metió de cabeza en la oportunidad de trabajar para un público más adulto.

La teocrática ciudad conocida como City Five, contiene referencias visuales de partes de Hong Kong y la Europa del Este de la época comunista. “Es una ciudad amurallada, una de tantas en las que la gente se refugió en los días de la guerra”, explica el director. “Hay chimeneas donde mires, incluso las chimeneas tienen chimeneas. El edificio más alto es la catedral en el centro de la ciudad, la cual también está plagada de chimeneas”.

“Hay vallas publicitarias electrónicas por todas partes”, continúa. “Constantemente emiten slogans e información con la idea de que dios los protege, de que la iglesia los protege, la ciudad los protege, así que quedaos donde estáis, no cuestionéis nada y seguid paleando carbón”.

El supervisor de efectos visuales, Jonathan Rothbart, quien fuera cofundador de la legendaria casa de efectos visuales The Orphanage junto a Scott Stewart, trabajó muy estrechamente con el director y todos los jefes de departamento de El sicario de Dios para que la fusión entre el mundo físico de la película y el construido digitalmente no tuviera fisuras.

Copyright © Vicente Díaz. Reservados todos los derechos.

Copyright de sinopsis, imágenes y Cómo se hizo © Sony Pictures Releasing de España. Reservados todos los derechos.

Vicente Díaz

Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad Europea de Madrid, ha desarrollado su carrera profesional como periodista y crítico de cine en distintos medios. Entre sus especialidades figuran la historia del cómic y la cultura pop. Es coautor de los libros "2001: Una Odisea del Espacio. El libro del 50 aniversario" (2018), "El universo de Howard Hawks" (2018), "La diligencia. El libro del 80 aniversario" (2019), "Con la muerte en los talones. El libro del 60 aniversario" (2019), "Alien. El 8º pasajero. El libro del 40 aniversario" (2019), "Psicosis. El libro del 60 aniversario" (2020), "Pasión de los fuertes. El libro del 75 aniversario" (2021), "El doctor Frankenstein. El libro del 90 aniversario" (2021), "El Halcón Maltés. El libro del 80 aniversario" (2021) y "El hombre lobo. El libro del 80 aniversario" (2022). En solitario, ha escrito "El cine de ciencia ficción" (2022).