Casi nadie necesita evitar los spoilers al hablar sobre Apocalypse Now. Ha pasado el tiempo, pero cuando volvemos a ella, recordamos perfectamente su trama.
El capitán Willard, de las fuerzas especiales, es enviado al interior de la jungla ocupada por las fuerzas vietnamitas enemigas. La misión secreta de Willard consiste en eliminar al coronel Kurtz, un extraordinario oficial americano, convertido en semidios entre los nativos. El desaparecido Kurtz ha formado su propio ejército para librar la guerra a su modo, sin seguir ninguna directriz de sus mandos superiores.
Sin embargo, a medida que durante su viaje Willard conoce más profundamente al coronel, su admiración por él también va creciendo.
Cómo empezó todo
«Saigón. Mierda. Aún estamos en Saigón».
En mayo de 1979, tres años después de iniciar la producción del film, Francis Ford Coppola estrenó en el Festival de Cannes el corte provisional de su rompedora película. El filme ganó la Palma de Oro, obtuvo ocho nominaciones al Oscar – incluyendo la de Mejor Película –, asombró a todos los que dudaban de su éxito y se convirtió en una de las producciones más importantes y memorables de los setenta.
Sin embargo, pocos espectadores conocían por aquellas fechas el infierno que fueron la preproducción y el rodaje. Nada es posible sin problemas, y el caso de Apocalypse Now es el paradigma de esos milagros que, a veces, cuando todo parece derrumbarse por un abismo, surgen mientras se completa una película.
Coppola buscaba «crear una experiencia cinematográfica que permitiera que el público sintiese cómo era Vietnam: la inmediatez, la locura, la exaltación, el horror, la sensualidad y el dilema moral de la pesadilla bélica más surrealista de la historia de los Estados Unidos».
Un proyecto de Milius y Lucas
Fue a finales de los sesenta, cuando trabajaba como guionista de la Warner, cuando Francis Ford Coppola escuchó contar a John Milius y George Lucas la idea que se convertiría en el guión de Apocalypse Now. «John contaba historias increíbles de sus muchos amigos surfistas que habían regresado del Vietnam», explica Coppola. «Quería escribir un guión sobre sus experiencias y lo llamaba alternativamente El soldado psicodélico y Apocalypse Now. Mientras tanto, Carroll Ballard planeaba rodar El corazón de las tinieblas y yo estaba escribiendo La conversación. Por así decirlo, había mucha ‘fertilización cruzada’».
Más tarde, cuando Coppola fundó su productora American Zoetrope, dio fondos a John Milius para que escribiera Apocalypse Now, un guión que Zoetrope acabó comprando. «Llamé a George Lucas para decirle que ya tenía los derechos del guión y le pregunté si quería dirigirlo. Me dijo que estaba a punto de empezar un nuevo proyecto de ciencia-ficción y que estaría ocupado durante al menos un año. Después llamé a John Milius para saber si quería dirigirlo y él también estaba comprometido con otro proyecto. Entonces pensé que si lo dirigía yo mismo y lo convertía en una gran película bélica American Zoetrope podría ganar mucho dinero para dedicarlo a pequeñas películas más personales».
La película que hubiera podido rodar George Lucas
«A finales de 1972 -escribe Brian Jay Jones en George Lucas. Una vida (Reservoir Books, 2016)-, con American Graffitti en la fase de posproducción, Lucas estaba listo para trabajar en su próximo proyecto, que no tenía ninguna duda de que sería Apocalypse Now. Para él, el hecho de que todavía perteneciera a Coppola solo era un detalle técnico».
Gary Kurtz ya había viajado a Filipinas y Hong Kong, en busca de localizaciones. Pero Columbia empezó a regatear con su porcentaje de beneficios.
«Coppola se negó a renunciar a los beneficios en la película: si el estudio quería una mayor participación tendría que sacarla de la parte de Lucas«. Ante la perspectiva de rodar casi gratis la película, Lucas «volvió a ceder Apocalypse Now a Coppola«.
El enfado entre los dos amigos fue inevitable. «Si Coppola hubiera optado por negociar en lugar de cerrarse en banda, el siguiente proyecto de Lucas podría haber sido perfectamente Apocalypse Now, y La guerra de las galaxias habría seguido siendo una cláusula añadida a un contrato que podría o no desarrollarse más adelante».
Una epopeya alucinógena
Si Apocalypse Now es una epopeya turbulenta, alucinógena, espeluznante y operística también lo fue el rodaje. Coppola inició la película como un director galardonado con el Oscar (por El padrino) y con su capacidad creativa al máximo. Antes de terminar se referiría al proyecto como La Idiodisea: «Al igual que el Capitán Willard, yo subía río arriba en una selva lejana, en busca de respuestas y una especie de catarsis. Hicimos Apocalypse como los americanos hacían la guerra en Vietnam: éramos demasiados, teníamos demasiado dinero y demasiado equipo… y poco a poco, nos volvimos locos».
Estaba previsto que el rodaje en localizaciones de Filipinas duraría cuatro meses, pero se alargó durante 15.
En total, Coppola utilizó 600.000 metros de película (370 horas) a lo largo de un rodaje de 238 días. En comparación, un rodaje típico dura unos 55 días. A menudo escribía por la noche, en tarjetas de cartulina, escenas que se rodarían al día siguiente. Al día siguiente, se llamaba a los actores para rodar «escenas desconocidas».
Tras tres semanas de rodaje, Coppola tuvo que sustituir a uno de los actores principales (Harvey Keitel). El sustituto de Keitel (Martin Sheen) sufrió después un infarto que casi resultó ser mortal (un cura llegó a administrarle la extrema unción). A fin de seguir con el rodaje Coppola hizo traer al hermano de Sheen para hacer de doble mientras Martin se recuperaba.
Marlon Brando llegó con una presencia física más grande de lo esperado y amenazó en repetidas ocasiones con abandonar el rodaje. Ninguno de los uniformes de coronel de los Boinas Verdes le valía. «Entonces decidí filmarle de cintura para arriba, lo cual le hacía parecer una especie de gigante», dice Coppola.
Al borde del desastre total
El peor huracán en 40 años cayó sobre Filipinas tres meses después del inicio del rodaje y detuvo la producción durante seis semanas. El coproductor Gray Frederickson lo definió como «una lluvia tan intensa que no veías tu mano delante de la cara». Quedaron destrozados casi todos los decorados hechos con tanto esmero por Dean Tavoularis y tuvo que reconstruirlos.
En poco tiempo, el presupuesto se infló y pasó de 16 millones de dólares a más de 32 millones (Coppola hipotecó todo sus pertenencias personales para cubrir el excedente).
Durante el rodaje un miembro del equipo editaba una revista titulada Control de rumores, lo que da una idea de aquel delirio colectivo. Se cuenta que el Ejército filipino cedió helicópteros que, en el momento menos esperado, abandonaban el rodaje para entrar en combate (en este caso, con fuego real).
Pero la pesadilla no terminó ahí. La post-producción, que en la mayoría de las películas dura seis meses como máximo, se alargó durante más de dos años.
La prensa publicaba artículos periódicos preguntando: Apocalypse When? («Apocalypse ¿cuándo?«).
Sin embargo, el resultado final fue una película que perdura en la memoria moderna como un clásico distinto de cualquier otro. De hecho, fue elegida por el Instituto de Cine Americano como una de las 100 mejores películas del cine americano.
«De una cosa estoy seguro», predijo Martin Sheen en 1979, «y es que va a ser una de las películas más comentadas de la historia del cine».
Parte del mérito se debe a Vittorio Storaro, el director de fotografía. Storaro ganó el Oscar por su fotografía visceral en Apocalypse Now. Storaro siempre se ha interesado por lo que llama «escribir con luz» y el uso del valor expresivo de los colores.
El guion de John Milius
Mientras rodaba la película Coppola descubrió que se refería cada vez más a El corazón de las tinieblas, de Conrad. «En lugar de llevar conmigo el guión tenía un pequeño libro de bolsillo verde lleno de anotaciones y marcas. Empecé a referirme a él de forma natural y paso a paso la película se hizo más surrealista y más parecida a la novela de Conrad«.
«Muchas de las escenas memorables -añade- siguen palabra por palabra el guión de John Milius: el ambiente del barco y los personajes, el extraordinario asalto de los helicópteros acompañado por la música de Wagner, el tigre, las chicas ‘Playboy’ y el extraño puente de Do Lung. Mi contribución al guión fue profundizar en el paralelismo con la novela de Conrad y ampliar muchas escenas, incluyendo la de la plantación francesa y la mayor parte del último acto de la película».
«En un principio -continúa el realizador- habíamos contratado a Dennis Hopper para interpretar a Colby, el oficial enviado para asesinar a Kurtz y que se convertiría en uno de sus sujetos. Pero cuando vi a Dennis el primer día le vestí con una camisa de la tribu Montagnard, le colgué una cámara del cuello y así nació el enloquecido fotoperiodista, basado en los rumores acerca de Sean Flynn [el hijo del actor Errol Flynn, desaparecido en la jungla mientras ejercía como reportero]. Saqué de las páginas de Conrad el personaje del ruso que estaba con Kurtz».
Al final muchas personas intervinieron en la creación del guión y Coppola reconoce que las contribuciones más importantes fueron las de «John Milius -que fue el autor original-, el reportero de guerra Michael Herr [autor de los Despachos donde narra su experiencia en el Vietnam de 1967, mientras trabajaba para Esquire] -que escribió la narración- y todos los actores que con sus improvisaciones me dieron la base para las escenas que escribía a altas horas de la noche».
La versión Redux
El 11 de mayo de 2001, de nuevo en el Festival de Cannes, Coppola presentó una versión completamente nueva que incluía más de 49 minutos de metraje inédito. Mereció una larga ovación del público y la aclamación unánime de los críticos. Esta nueva versión – Apocalypse Now Redux– se estrenó en los cines el 3 de agosto de 2001, 22 años después de la película original.
Según Coppola, «la nueva y definitiva versión de la película es más sexy, más divertida, más extraña, más romántica y más intrigante desde el punto de vista político. No dice nada diferente, simplemente lo dice mejor y con más profundidad que en la película original y los temas que trata emergen con más claridad. Cuando terminamos la película original nos vimos envueltos en una intensa especulación mediática –‘la película no se terminaría nunca’ y ‘era un desastre’, etc.-«.
«Siempre había pensado que se podría haber hecho algo más para expresar el tema central de la película -añade-, que era la moralidad en tiempos de guerra. También creía que había secuencias que darían más diversidad y complejidad a la película y que examinarían el tema desde más puntos de vista. Quería ampliar el principio básico que consiste en poner a los jóvenes –sean chicos o chicas- en una situación contradictoria. Hace veintidós años estaba bajo más presión para hacer lo que consideraban entonces una película bélica ‘normal’. Ahora tengo la oportunidad de ampliar el enfoque».
¿Qué nos cuenta la película?
A partir de la ya clásica novela corta de Joseph Conrad El corazón de las tinieblas, la historia cuenta el viaje del Capitán Willard (Martin Sheen), un oficial de los servicios de inteligencia del ejército estadounidense al que se le ha encargado, en Camboya, la peligrosa misión de avanzar río arriba para eliminar a Kurtz (Brando), un coronel estadounidense renegado que se ha vuelto loco.
En la profundidad de la selva, en un campamento sembrado de cabezas cortadas y cadáveres putrefactos, la enorme y enigmática figura de Kurtz manda como un buda despótico sobre los miembros de un tribu Montagnard.
En su viaje por el río el Capitán Willard conoce al coronel Kilgore (Robert Duvall), que lleva a su equipo de helicópteros a la batalla al ritmo de «Las Valkirias» de Wagner y que manda entrar en las olas a uno de sus soldados –campeón de surf- a pesar de que el enemigo continúa bombardeando la playa.
Los cuatro hombres que componen la tripulación del patrullero de la Armada son como un microcosmos de las fuerzas americanas: el jefe (Albert Hall) es un antiguo taxista afro-americano que intenta mantener a flote su embarcación y controlar a sus jóvenes subordinados, medio locos a causa de las drogas; el cocinero (Frederic Forrest), un gourmet de Nueva Orleáns que se alistó en la armada porque pensaba que tendrían mejor comida con el ejército; Clean, un adolescente negro del Bronx interpretado por Laurence Fishburne (que entonces tenía 14 años); y Lance (Sam Bottoms), un surfista californiano que se encuentra a la deriva en la guerra.
Mientras el barco se adentra en Camboya parece profundizar cada vez más en el reino de la verdad ilusoria y la locura total… y en las sombras más profundas del corazón humano.
La plantación francesa
Entre las nuevas escenas que incluyó Apocalypse Now Redux destaca la muy discutida secuencia de la plantación francesa, que incluye un encuentro a orillas del río, el funeral de Clean, una cena rencorosa y la seducción de Willard de (y por) Roxanne -una joven viuda francesa interpretada por Aurore Clement-.
Durante la cena, el patriarca de la plantación francesa –Hubert de Marais (interpretado por Christian Marquand)- formula una retórica pregunta: «¿Por qué permanecemos aquí? Porque ello mantiene unida a nuestra familia. Luchamos para conservar lo que nos pertenece. Vosotros los americanos lucháis por la nada más grande de la historia».
En opinión de Coppola, «esta secuencia capta un anhelo exótico, una búsqueda de ideales desaparecidos hace mucho tiempo y el declive de una forma de vida que presagia la locura de la experiencia americana en Vietnam. Estos personajes son fantasmas como los de Buñuel: personas que están atrapadas por su forma anticuada de pensar. Siempre me ha encantado esta escena porque es el momento en que los hombres del barco abandonan de verdad la civilización y retroceden en el tiempo».
«Vida, sensualidad y amor»
Para Aurore Clement, «la plantación realmente añade algo, porque antes hemos visto escenas de lucha, guerra y muerte y después viene esta escena llena de vida, sensualidad y amor. Es una de las pocas escenas eróticas del cine bélico y me parece muy hermosa. Trata de las dos caras de la humanidad: la que ama y la que mata».
Con respecto al personaje interpretado por Aurore Clement, Coppola opina que «da a Willard una sensación de vida y tranquilidad antes de enfrentarse a la locura total de Kurtz».
Cuando rodó esta secuencia, Coppola recuerda que pidió a los actores que improvisaran y sugirió que utilizaran discusiones verdaderas sobre política que hubieran tenido cenando con sus familias. Así consiguió crear el ambiente de una verdadera cena, con una conversación y planteamientos que se iban desarrollando con cada plato.
«Quería crear algo fantasmal»
El montador Walter Murch – colaborador de Coppola desde hace muchos años – explica que en 1979 habían introducido muy pronto la secuencia de la plantación, después de la masacre de los sampanes y eliminando el entierro de Clean.
«En la nueva versión, después de la muerte de Clean, introducimos una pausa mientras el barco pasa por delante de la cola de un bombardero B-52 hundido y de repente, entre la niebla, se vislumbra la plantación». Para Murch, el hecho de entrar y salir de esta secuencia entre la niebla le hizo sentir más cómodo el regreso al pasado, con la gente que durante los últimos 150 años había dominado esa parte del mundo.
Dean Tavoularis -diseñador de producción – recuerda la búsqueda del lugar perfecto para rodar esta secuencia: «Quería crear algo fantasmal, un lugar que dudas que existe. Construimos el decorado cerca del río y después encontré a un adinerado coleccionista que nos prestó toda clase de muebles coloniales. Daba la sensación de una elegancia perdida».
La secuencia ampliada de las chicas Playboy
Las inolvidables chicas Playboy -eliminadas en la primera película- vuelven a aparecer en Apocalypse Now Redux en una escena que Coppola siempre quiso incluir. En esta secuencia el helicóptero Playboy se queda sin combustible y aterriza en una remota base al lado del río.
Cuando Willard y la tripulación se encuentran con ellas empieza un regateo algo fuera de lo común. Al bajar Willard del barco el jefe (Albert Hall) le pregunta: «Capitán, ¿no irás a regalar nuestro combustible a la Chica Playboy del Mes?» «No, a la del Año», contesta Willard.
Coppola dice que la escena no se incluyó anteriormente porque fue rodada durante un tifón y nunca se terminó. «Pero en la nueva versión Walter Murch ha encontrado la forma de entrar y salir de la secuencia. A su manera, las chicas son como los chicos jóvenes en el barco, sólo que son explotadas sexualmente. Pero es lo mismo, sabes que están siendo consumidas por una sociedad que se dice moral pero no lo es».
Al actor Sam Bottoms, que da vida al surfista Lance, le encanta la nueva versión «porque incorpora el espíritu femenino: las conejitas y su inocencia. Me parece absolutamente necesario».
Una nueva escena con Marlon Brando
En esta escena añadida a Redux, se enseña de forma más profunda cómo funciona la mente de Kurtz. Aquí, mientras mantiene prisionero a Willard en un cobertizo de hojalata, comenta que la guerra es una locura. Cita a un analista de los servicios de inteligencia americanos que estuvo en Vietnam para observar la situación e informar al Presidente Nixon.
Kurtz comenta: «La semana pasada dijo al Presidente, ‘las cosas estaban mucho mejor, olía mejor por allí’» Y pregunta a Willard: «¿A ti cómo te huele soldado?».
La eliminación de esta escena fue uno de los últimos cortes que efectuaron los cineastas en 1979 y lo hicieron para reducir la duración de la película. En opinión de Murch la recuperación de esta escena «prepara mucho más efectivamente la última escena de la película».
Coppola afirma que siempre había querido mantener el misterio alrededor del personaje de Kurtz y «la extraordinaria interpretación de Brando creó muy poco a poco, trocito a trocito el retrato del hombre. Siempre queríamos añadir un poco más de Brando y creo que esta escena contribuye al tema de estar en contra de la mentira y establece los motivos de su comportamiento, o de su locura, si prefieres llamarlo así».
Nuevo metraje del patrullero
Esta secuenca transurre cerca del inicio del viaje río arriba: «Ahora se nota más compañerismo,» explica Coppola. «Willard bromea con la tripulación. Disfrutan de la conspiración para robar la tabla de surf de Kilgore. Todos empiezan más o menos normales y su inocencia ayuda a subrayar la tragedia de lo que les acontece en el viaje. En opinión de Sam Bottoms, «ahora se entiende mejor a los personajes y su locura personal».
En su conjunto, el director opina que «esta versión de Apocalypse Now ofrece ahora su mayor potencial. Mi manera de confirmarlo es que cuando montamos el material adicional volvimos al negativo original y literalmente lo añadimos. Así que, desde el punto de vista técnico, ésta es la única versión de Apocalypse Now que existe ahora».
¿Por qué se eliminaron estas escenas de la versión original de la película?
Coppola recuerda que en la primavera de 1979, «teníamos miedo de que la película fuera demasiado larga. Era un filme bastante peculiar y estábamos muy preocupados por si nos hubiéramos alejado demasiado de la típica película del género bélico. Era larga y extraña y no finalizaba con la clásica batalla. Así que montamos la clase de película que creíamos que funcionaría con el público de la época. Eso significaba poner más énfasis en la narración y menos diversiones mientras el grupo subía el río»
«Estábamos muy presionados», añade Coppola, «y amenazados con la ruina financiera. Iban a quitarme la casa por esta película. Daba mucho miedo. La prensa especulaba mucho sobre su viabilidad y por eso estábamos en una posición defensiva cuando hicimos el montaje: queríamos demostrar que se equivocaban. Tomamos la decisión de hacer una película que fuera aceptada por el público en general, nos centramos en el viaje por el río y la convertimos en una película de género. Lo gracioso es que estábamos tan seguros de que nos íbamos a arruinar con Apocalypse Now que pensé: ‘Bueno, ahora dejadme hacer una película comercial que nos salvará: Corazonada. Y entonces Apocalypse fue un gran éxito de taquilla y Corazonada un fracaso total. El remedio fue peor que la enfermedad».
El final
«Tiene el mismo final,» explica Coppola, «pero ahora que el cuerpo de la película es más amplio y libre el final parece más apropiado y satisfactorio que antes».
Cuando Apocalypse Now se estrenó en 1979 todas las copias tenían el formato de 70mm, sin títulos ni créditos finales (en su lugar, los espectadores recibieron un programa de mano), pero el director comenta que cuando la película se distribuyó un formato de 35mm la idea de un programa ya no era factible: «Quizás cometí un error al decidir que los créditos finales se vieran sobre impresionados encima de las explosiones que proceden de la destrucción del campamento de Kurtz. Habíamos construido una estructura bastante imponente en Filipinas y estábamos obligados por ley a quitarla. Así que decidimos volarla y fotografiarlo».
«Sin embargo, estas copias parecían reforzar la idea de que había dos opciones para el final, uno más bélica que otra. Esa no fue mi intención y en cuanto me di cuenta del malentendido retiré todas las copias de esta versión y volví a sacar nuevas copias con los créditos finales sobre un fondo negro. Quería que la película terminara con una nota más pacífica: Willard tira sus armas y los miembros de la tribu hacen lo mismo».
«La nueva versión no intenta limitarse a la idea estricta de lo que es una película bélica y, como tiene una mayor amplitud, llega al tema fundamental de una manera más convincente. Así que el final, tan extraño y filosófico, parece más apropiado que antes».
El origen de la nueva versión
«Estaba en un hotel en Londres y vi que iban a poner Apocalypse Now en televisión», explica Coppola. «Siempre me había gustado el comienzo, así que empecé a verlo y acabé viendo la película entera. Lo que me impresionó fue que el filme original – que había parecido tan extraño e innovador cuando salió – pareciese ahora bastante corriente, como si el público ya se hubiera puesto al mismo nivel. Eso me animó a intentar una nueva versión. Pensé que ya que la película tenía bastantes años y se había convertido en una especie de clásico, podríamos montarla prestando más atención a los temas fundamentales». Llamé al montador Walter Murch y en marzo de 2000 se comenzó a montar desde cero una nueva versión del filme».
«En lugar de volver al material que habíamos quitado del montaje original, reeditamos el filme a partir de los rushes, el metraje original sin montar», dice Coppola. El proceso entero – incluyendo las nuevas mezclas de sonido – duró seis meses (de marzo a agosto de 2000).
Para Murch fue todo un reto: «La idea de volver a la selva me ponía un poco nervioso. Ya había dedicado dos años agotadores a la película y sabía que nos enfrentábamos a un montaje original que duraba más de 5 horas y casi 400.000 metros de película: sólo la película y la banda magnética pesaban más de siete toneladas. Pero después de 10 días ya parecía perfectamente natural».
En esta ocasión Murch montó la película digitalmente, creando lo que él llama «una maravillosa yuxtaposición de la última tecnología con un filme que se hizo al principio de la época moderna del vídeo».
La reacción a la nueva versión
El director de fotografía Vittorio Storaro apunta que no sólo ha cambiado la película sino también el público que la verá de nuevo o por primera vez: «Después de 22 años el público ha madurado. Creo que estamos dispuestos a volver al barco y completar de una manera diferente la experiencia de Apocalypse Now«.
Para muchos miembros del reparto y el equipo de Apocalypse Now la versión Redux fue toda una revelación y ofrecía todo el potencial que habían observado originalmente en la historia épica que cuenta la película. Varios de ellos la vieron en el estreno oficial del Festival de Cannes, donde el público la premió con una larga ovación. Sam Bottoms se sintió deslumbrado por la nueva versión «porque me parece que Francis ha conseguido mejorar aún más una película brillante. El filme parece haber madurado con el tiempo. Es posible que Estados Unidos no estuviera preparado para Apocalypse Now cuando se estrenó en 1979 pero aún ahora habla de ciertas cosas de nuestra sociedad y de nuestros corazones que tenemos que reconocer y resolver».
Para Aurore Clement, que interviene en la nueva secuencia de la plantación francesa, ver la película fue «como un sueño, muy emotivo, especialmente al final de la proyección, cuando se encendieron las luces y vimos que muchos espectadores lloraban». Fue aún más emotivo para Clement dado que sus escenas fueron cortadas de la versión original de la película y ahora forman una parte esencial del filme. «Nunca había visto lo que rodamos, ni siquiera cuando doblamos esta versión. Era la primera vez que veía lo que habían hecho hace tanto tiempo y fue una sensación extraordinaria».
«Un realismo imposible de recrear con efectos digitales»
Las lágrimas de los espectadores también sorprendieron al diseñador de producción Dean Tavoularis: «No es ese tipo de filme que generalmente provoca lágrimas, pero me di cuenta de que lo que había afectado tan profundamente al público era esa sensación de una oportunidad perdida que transmite esta nueva versión, de un paraíso destrozado por los oscuros impulsos humanos».
Uno de los aspectos que más impresionará al público contemporáneo es la ausencia de efectos especiales. «La película tiene un realismo imposible de recrear con efectos digitales y ordenadores», comenta Dean Tavoularis. «Hay unos matices que sólo se consiguen cuando son de verdad. Todos los helicópteros que se ven no obedecen a un montaje: allí estaban cruzándose en el aire y de ahí viene la verdadera fuerza de esta película».
«El rodaje de la película supuso un trabajo enorme», comenta Storaro, «así que fue una gran alegría descubrir que iban a recuperar tantas escenas cortadas. Cuando fui a supervisar los colores de la nueva versión era tan hermosa que casi lloré. El proceso de transferencia de color nos permitió recuperar del negativo original más color, luz y sombras que con cualquier otro proceso. La experiencia de restaurar esta película fue una de las experiencias visuales más importantes de mi vida. Los colores son esenciales para la comprensión de la película porque trata del lado oscuro de la humanidad y esta oscuridad tiene que estar representada en la visualización de la película. Con la transferencia de color Technicolor pude devolver a la película la emoción de los colores. En resumen, creo que el aspecto visual de Apocalypse Now Redux muestra a una nueva generación de espectadores toda la belleza que debe tener una película».
Ficha técnica
Dirección: Francis Ford Coppola.
Año de la versión original: 1979.
Año año de la versión redux: 2001.
País: USA.
Duración original: 153 min.
Duración redux: 205 min.
Interpretación: Marlon Brando (Coronel Walter E. Kurtz), Robert Duvall (Teniente Coronel Bill Kilgore), Martin Sheen (Capitán Benjamin L. Willard), Frederic Forrest (‘Chef’ Jay Hicks), Albert Hall (Jefe Phillips), Sam Bottoms (Lance B. Johnson), Laurence Fishburne (Larry Fishburne), Dennis Hopper (reportero gráfico), G.D. Spradlin (Teniente General R. Corman), Harrison Ford (Coronel Lucas), Scott Glenn (Capitán Richard Colby).
Guión: John Milius y Francis Ford Coppola; basado en la novela «El corazón de las tinieblas» de Joseph Conrad.
Producción: Francis Ford Coppola.
Música: Carmine Coppola, Francis Ford Coppola y Mickey Hart.
Fotografía: Vittorio Storaro.
Montaje: Lisa Fruchtman, Gerald B. Greenberg, Richard Marks y Walter Murch.
Diseño de producción: Dean Tavoularis.
Dirección artística: Angelo Graham.
Vestuario: Charle E. James.
Decorados: George R. Nelson.
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