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«Clarice Lispector. La náusea literaria», de Carolina Hernández Terrazas

Para los lectores que se toman su afición como si fuera un oficio, acostumbrados a que los días sean demasiado cortos y los descubrimientos demasiado pasajeros, Clarice Lispector (1920-1977) es una figura legendaria. Y no sólo por la densidad de su literatura, sino también por su imagen personal. Al fin y a al cabo, aquella gran dama de Río de Janeiro parecía eternamente poseída por un glamour ‒un hechizo‒ que ni siquiera se apagó con su muerte, ocurrida en 1977.

Gracias a este corpulento y atractivo ensayo de Carolina Hernández Terrazas, en el que cada dato engarza con una reflexión, los seguidores de Lispector tendrán la oportunidad de ir descifrando los encantos creativos de esta escritora desde su primer triunfo: Cerca del corazón salvaje, una novela que ella publicó a fines de 1943, cuando era una estudiante veinteañera. Puede que esto último parezca irrelevante, pero cualquiera que recorra las páginas de ese libro comprenderá que Lispector poseía una madurez soprendente ‒más bien parece el texto de un autor veterano‒ y una visión muy poderosa de las relaciones humanas.

Clarice Lispector fue, además, una personalidad cosmopolita: hija de judíos ucranianos que huyeron del terror ruso, salió de Río al casarse con un diplomático, y no regresó de forma estable hasta 1959, recién divorciada. Sin pretenderlo, acabó convertida en otro síntoma de la moderna creatividad del país, a la altura del músico Caetano Veloso o el arquitecto Oscar Niemeyer.

Fue Lispector un caso excepcional en la literatura brasileña, pero limitar geográficamente el vigor de su obra le hace un flaco favor a su memoria. ¿Dónde encaja su misticismo, digno de un cabalista? ¿O su permanente sensación de exilio interior?  En realidad, es difícil delimitar en clave nacional sus relatos, sus desafiantes novelas (Aprendizaje o el libro de los placeresLa ciudad sitiadaLa hora de la estrellaLa lámparaLa manzana en la oscuridadLa pasión según G.H.) o sus artículos y crónicas (lean las antologías Correo femeninoAprendiendo a vivirPara no olvidarSólo para mujeres y Donde se enseñará a ser feliz ‒una miscelánea que abarca diversos géneros‒, y descubrirán su variedad y alcance).

En realidad, Lispector fue un verso suelto, una emoción particular, y así queda de manifiesto en ese raro texto que es Un soplo de vida, una exploración de la escritura, que no llegó a terminar y que fue editada por su secretaria y amiga Olga Borelli.

En Clarice Lispector. La náusea literariaHernández Terrazas narra la vida de la escritora, establece las claves de su estilo y de su temario, define su filosofía vital (con el acento puesto en Sartre), y al final, nos abre las puertas de ese mundo inimitable en el que se ramifican sus creaciones.

«La obra de Clarice Lispector ‒escribe Hernández Terrazas‒ encarna la principal preocupación de la modernidad: el lenguaje. En ella el discurso literario es una problemática en sí misma, una pregunta constante por su validez para dar respuestas a los conflictos y situaciones: para conocer lo que es, hemos de sumirnos en el reino de aquello que nos exilia incesantemente de ese ámbito».

Sinopsis

La prosa de Clarice Lispector, la gran escritora brasileña de la segunda mitad del siglo xx, es una especie de cinta de Moebius, donde todo es como se ve pero también como se vería si se diera la vuelta, una y otra vez, ad infinitum. Lispector es una existencialista que lejos de sufrir por existir, disfrutaba de las cosas pequeñas de la vida. Mujer, judía, emigrante –por causas políticas y raciales–, pobre, con un matrimonio infeliz a las espaldas… reunía todos los ingredientes para haber proyectado una imagen de ser desdichado en un mundo que no tiene arreglo. Sin embargo, todos sus relatos son un canto a la vida, al afán de escapar de una situación que no nos hace felices, que no nos completa.

Carolina Hernández Terrazas firma un ensayo riguroso y completo, el primero en español de estas características, que estudia los temas e inspiraciones profundas que atraviesan la narrativa de Lispector: la condición femenina, la inmigración, la persecución política, la otredad o la identidad personal, sus raíces judías, así como la modernidad urbana y su relación con el aburrimiento, el tedio y la náusea, en diálogo con la obra de BaudelairePessoaSartre y Merleau-Ponty.

Clarice Lispector nos describe cómo el mundo se impone a través de una cotidianeidad, de la rutina de los acontecimientos, que nos llena de tedio y aburrimiento. Rutina que la escritora es capaz de romper al descubrir cómo nuestro día a día está plagado de instantes reveladores: ese frágil momento epifánico, siempre a punto de romperse, que le lleva al delirio melancólico, aparece en toda su riqueza mediante la «náusea literaria», en la que nuestro vivir despierta a una existencia sagrada y, mediante el proceso creativo de la escritura, revela el sentido profundo de nuestra vida.

Carolina Hernández Terrazas (México, D.F., 1978) es doctora en Teoría de la literatura y literatura comparada por la Universitat de Barcelona.

Ha colaborado con diarios y revistas de México y España, como el periódico ReformaLa JornadaCambio, LateralGuaraguao, entre otros. Ha publicado sus cuentos en Fantasiofrenia. Antología del cuento dañado (2003), Pragmatáfora, cosas, versos y poemas (2004).

En el ámbito de la edición ha trabajado en editoriales como Melusina, Universitat Jaume I de Castellón o Ediciones B. Actualmente trabaja en la editorial Gedisa.

Es autora del ensayo Clarice Lispector. La náusea literaria (Fórcola, 2013), una rigurosa biografía literaria e intelectual de Clarice Lispector, que rastrea las inspiraciones profundas de su obra, convirtiéndose así en el primero de esta envergadura que se publica en España sobre la obra de la escritora brasileña de origen ucraniano.

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Guzmán Urrero

Colaborador de "La Lectura", revista cultural de "El Mundo". Tras una etapa profesional en la Agencia EFE, se convirtió en colaborador habitual de las páginas de cultura del diario ABC y de revistas como "Cuadernos Hispanoamericanos", "Álbum Letras-Artes" y "Scherzo".
Como colaborador honorífico de la Universidad Complutense de Madrid, se ocupó del diseño de recursos educativos, una actividad que también realizó en instituciones como el Centro Nacional de Información y Comunicación Educativa (Ministerio de Educación, Cultura y Deporte).
Asimismo, accedió al sector tecnológico como autor en las enciclopedias de Micronet y Microsoft, al tiempo que emprendía una larga trayectoria en el Instituto Cervantes, preparando exposiciones digitales y numerosos proyectos de divulgación sobre temas literarios y artísticos. Es autor de trece libros (en papel) sobre arte y cultura audiovisual.