Ensayista, crítica literaria, docente, editora de libros y revistas, es decir una práctica múltiple y escrita, más su presencia en radio y televisión, retratan a una típica intelectual argentina de su tiempo. En efecto, su vida productiva se retrata sobre un fondo convulso, decadente y sangriento, la Argentina en la segunda mitad del siglo XX. Beatriz jamás eludió explicitar sus lugares políticos y esto, en aquellas circunstancias, tuvo su precio.
En efecto, su tarea como docente sólo pudo efectuarse cuando la dictadura militar acabó en 1983. Lo mismo en cuanto a su presencia en los medios orales y escritos. En cambio, debió buscar aulas de su materia, la historia literaria argentina, México y los Estados Unidos.
Sociología de la cultura
La obra libresca de Sarlo es pródiga, sostenida y perfilada. En términos generales, se puede encuadrar en la sociología de la cultura y la historia social de sus producciones, lo cual engloba la literatura y demás artes, el urbanismo, la corporación política, la producción de ideologías y la minucia de la vida cotidiana, la venerable crítica de costumbres.
Haciendo un veloz y desigual examen de su catálogo, cabe ejemplificar. Hay monografías muy puntuales como las dedicadas a Walter Benjamin, Jorge Luis Borges, Victoria Ocampo y Juan José Saer.
Panorámicamente, la cultura porteña en la década de 1920 alimenta Una modernidad periférica. En cuanto a Escenas de la vida posmoderna todo queda dicho en el título. La novela sentimental en entregas es el tema de El imperio de los sentimientos. La vida espectacular de las figuras notorias ocupa La intimidad pública. Varios volúmenes recogen sus lecciones sobre literatura argentina, dotadas de aquellas líneas intelectuales ya enumeradas.
Valor generacional
La obra de Beatriz tiene, por si fuera poco lo detallado al paso, un alto valor generacional. Los escritores argentinos de su camada, en efecto, atraviesan pruebas tan arduas como las polémicas entre los marxismos, la revisión de la moda existencial, el estructuralismo, la posmodernidad, el peronismo, el psicoanálisis, los populismos, las revoluciones comunistas del Tercer Mundo y el vago destino de la democracia republicana en América Latina.
A nada de todo ello fue indiferente Beatriz y a las pruebas, a las elaboradas pruebas de sus páginas, hay que remitirse. Todas están signadas por un doble ideal de probidad profesional y servicio. Su tarea es ineludible y las literaturas de nuestra lengua ya le han reservado su lugar.
Imagen superior: Beatriz Sarlo en la sesión de apertura de Flip 2015 – Fiesta Literaria Internacional de Paraty. | Wikimedia Commons
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