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«Batman: El impostor» (2021), de Mattson Tomlin y Andrea Sorrentino

Si hay en el universo de los superhéroes un personaje que necesita visitar al psiquiatra, ese es Batman. Todos sus esfuerzos en Gotham City, por épicos que parezcan, se cobran un alto precio, más allá de las heridas físicas. Ya saben a lo que me refiero: una sobrecarga de ansiedad realmente abrumadora, que el Hombre Murciélago debería compensar en sesiones de terapia.

De forma literal, esto último es lo que se ve obligado a hacer en Batman: El impostor, un cómic cargado de tensión, en el que nos encontramos con un imitador del enmascarado. Otro Batman, tan implacable como un asesino a sueldo. ¿Se sorprenderá alguien al saber que ese impostor carece de moral y de límites?

Aún hay más: mientras el Señor Oscuro se las ve y se las desea para evitar el descrédito, emprende un romance bastante complicado con la detective Blair Wong. ¿Qué les une? Entre otras cosas, un buen puñado de traumas.

Por supuesto, no voy a reducir el argumento a estos dos ingredientes. El tebeo que nos ocupa abarca otras ideas, hilvanando un thriller frenético, con varias líneas paralelas.

Publicado originalmente entre octubre y diciembre de 2021, Batman: El impostor (Batman: The Imposter), parte de un guion escrito por Mattson Tomlin y está dibujado por Andrea Sorrentino. Su tema central es la angustia que corroe el alma de Batman, tan solo un año después de haber emprendido su cruzada nocturna. Pese a estar rotundamente comprometido con esa misión, el vigilante debe enfrentarse con la desesperanza y la corrupción que petrifican los destinos de Gotham.

En este sentido, casi como un reflejo de sus propias contradicciones, Batman se debate entre dos alternativas: la entrega implacable a su misión, como si hubiera nacido para vivir guerreando, o permitirse las costumbres de un humano corriente, dejar que las heridas cicatricen y descansar.

Ahora bien, ¿cómo diablos va a recuperar la normalidad alguien que, a pesar de ser un justiciero, también parece (aunque no lo sea) un sociópata? Este enfoque de Tomlin, algo más tortuoso de lo habitual, queda matizado por la principal virtud del personaje: una férrea voluntad, que le permite enfrentarse al crimen a pesar de las consecuencias.

A la complejidad de la narración le sienta como un guante el estilo gráfico del napolitano Andrea Sorrentino. El trabajo de este dibujante merece un párrafo aparte, tanto por su originalidad como por su efectismo.

Con un trazo realista, Sorrentino asume el componente neo noir de la historia y descompone las viñetas como si fuera un montador cinematográfico de los años setenta. Aunque en ocasiones esa prolijidad recarga la estructura de la página, creo que es mucho lo que obtenemos a cambio.

En Batman: El impostor, Bruce Wayne vuelve a caminar por el borde del abismo, consciente de que muchos de los ciudadanos de Gotham no se lo agradecerán nunca. Por cierto, dada la juventud del personaje, no es difícil considerar esta historia como una continuación de Batman: Año Uno (1987), de Frank Miller y David Mazzucchelli.

Sinopsis

Un falso Batman acecha en Gotham City… La misión de Bruce Wayne como el Hombre Murciélago lleva muy poco tiempo en marcha, pero él ya tiene claro que está sirviendo de algo. Por desgracia, se ha ganado enemigos tremendamente poderosos. La élite financiera tradicional de Gotham se muestra hostil ante lo imprevisible que Batman ha traído a la ciudad… y al parecer entre sus integrantes alguien dispone de un plan para neutralizar al justiciero.

Hay un segundo Batman acechando en las azoteas y los callejones… y este no tiene ningún problema en asesinar criminales, según puede observarse en las grabaciones de cámaras cercanas. Con toda la fuerza del Departamento de Policía de Gotham City en su contra, añadida a la de los más ricos e influyentes de la localidad, Batman debe encontrar al impostor y limpiar su nombre de algún modo… pero ¿cómo puedes demostrar tu inocencia si llevas máscara?

El director y guionista cinematográfico Mattson Tomlin, realizador de la película Proyecto Power (2020) y responsable del guión de Pequeño pez (2020), se une a Andrea Sorrentino, dibujante galardonado con un Eisner cuyos puntos fuertes son el suspense y el terror —como demostró en Joker: Sonrisa asesina y Gideon Falls—, para crear una versión completamente nueva de Gotham City, impregnada de realismo sucio, donde cada puñetazo deja atrás una fractura ósea y cada acto acarrea consecuencias… ¡que sobrepasan con creces incluso la imaginación de Batman!

Este volumen recopila íntegramente la serie limitada Batman: The Imposter, compuesta por tres entregas en su edición original.

“Como fan de Batman durante toda mi vida, dejar mi marca en Gotham City ha sido un sueño hecho realidad”, explica Tomlin. “Llevar la pregunta de ‘¿Y si Batman fuese real?’ más allá de lo narrativamente posible despierta un potencial que nunca había sido explorado en los cómics. Batman: El impostor trata a Bruce Wayne y a la gente a su alrededor como si fuesen seres trágicamente fallidos y realmente humanos, con Batman haciendo frente a los obstáculos que provienen de una realidad muy similar a la nuestra”

“Trabajar con Andrea Sorrentino es un absoluto regalo al haber sido fan de su trabajo durante años”, añade. “La vivacidad de su arte y sus geniales secuencias han llevado a esta historia a nuevas cotas, y el alucinante trabajo de Jordie Bellaire al color me ha hecho sentir realmente mimado en mi primer proyecto con DC”.

“He trabajado con Batman como personaje secundario en algunos cómics, pero esta es la primera vez que he tenido la oportunidad de trabajar en un título de Batman, y ha sido asombroso”, comenta el artista Andrea Sorrentino. “He sido un gran fan de Batman desde que de niño vi la película de Batman de Tim Burton en 1989, ¡así que tener la ocasión de trabajar con Mattson y Jordie en esta versión del Cruzado de la Capa ha sido como un regalo de navidad anticipado!”.

Copyright del artículo © Guzmán Urrero. Reservados todos los derechos.

Copyright de imágenes y sinopsis © DC Comics, ECC. Reservados todos los derechos.

Guzmán Urrero

Colaborador de "La Lectura", revista cultural de "El Mundo". Tras una etapa profesional en la Agencia EFE, se convirtió en colaborador habitual de las páginas de cultura del diario ABC y de revistas como "Cuadernos Hispanoamericanos", "Álbum Letras-Artes" y "Scherzo".
Como colaborador honorífico de la Universidad Complutense de Madrid, se ocupó del diseño de recursos educativos, una actividad que también realizó en instituciones como el Centro Nacional de Información y Comunicación Educativa (Ministerio de Educación, Cultura y Deporte).
Asimismo, accedió al sector tecnológico como autor en las enciclopedias de Micronet y Microsoft, al tiempo que emprendía una larga trayectoria en el Instituto Cervantes, preparando exposiciones digitales y numerosos proyectos de divulgación sobre temas literarios y artísticos. Es autor de trece libros (en papel) sobre arte y cultura audiovisual.