Entre noviembre de 2008 y enero de 2009, el popular cineasta y guionista de cómics Kevin Smith se atrevió con el superhéroe más importante, Batman, y lo hizo con una historia entretenida y bastante clásica, aunque no exenta de los chascarrillos típicos del autor.
El propio Smith, con el desparpajo que siempre le ha caracterizado, nos explicaba en la introducción de este cómic que el dibujante Walter Flanagan consiguió el puesto por enchufe, ya que es un amigo suyo de toda la vida, además del culpable de introducir al realizador en el mundo del cómic.
El director de Clerks también admitía en ese texto que Cacofonía no era el mejor cómic de Batman que se hubiera hecho hasta entonces, y que ni siquiera era el mejor cómic de Batman que los propios Smith y Flanagan podían hacer. Era más bien una especie de calentamiento antes de hacer el «verdaderamente bueno».
Lo esperable, con esa introducción, es que Cacofonía fuera un auténtico desastre. Lo cierto es que muchos aficionados ‒de esos que se ceban especialmente con las obras de otros fanboys que llegan a trabajar en lo que les gusta, como es el caso de J.J. Abrams o Joss Whedon‒ mostraron en su momento un odio exacerbado hacia este cómic. Sin embargo, fue un arrebato pasional algo injustificado.
Si bien el dibujo sí que se merece críticas ‒poco más que la obra de un aficionado entusiasta, pero sin la técnica necesaria‒, el guión de Kevin Smith es de lo más aceptable. No es La Broma Asesina o El Largo Halloween. Pero tampoco pretende serlo.
Es, sencillamente, una historia típica del Caballero Oscuro enfrentándose a los planes desquiciados de una serie de villanos, incluyendo a un Joker bastante divertido y en baja forma criminal, algo que molestó a algunos fanáticos del personaje.
En realidad, fue todo un hallazgo darle un respiro al Joker, eliminando temporalmente su casi divina peligrosidad (tampoco es que sea un angelito, ya que vuela un colegio lleno de niños como si nada). De ese modo, Smith lograba mostrarle vulnerable, ya que su modus operandi impredecible ha terminado por convertirse en una rutina con la que Batman sabe bregar sin demasiada dificultad.
Aunque en Cacofonía aparecen varios villanos como el psicópata Mr. Zsasz, el mafioso loco Maxie Zeus o el misterioso cazador de héroes enmascarados Onomatopeya –creación propia de Kevin Smith que ya apareció en sus cómics de Green Arrow (Green Arrow nº 12, marzo de 2002)–, el Joker se alza con el protagonismo, como siempre.
El tebeo llega a su clímax con una conversación serena y racional (dentro de lo posible, e inducida por antipsicóticos) entre el Príncipe de los Payasos y el Cruzado Enmascarado. Y si bien dicha charla no tiene la potencia de las que escribieron en su momento Alan Moore o Frank Miller, tampoco es propia de lo que uno consideraría un mal cómic.
Cacofonía contiene más de una referencia acerca de la cultura popular y bromas privadas, pero nunca llega a ser una historieta paródica o metalingüística, como quizá esperaría algún fan del cine de Smith.
A pesar de momentos como aquel en el que los matones de Maxie Zeus hablan sobre Furia de Titanes, o la nota insultante en la que el Joker llama «emo» a Batman, Smith nunca nos saca fuera de la historia que narra: una intriga ligera y no especialmente sólida, pero sí bastante entretenida.
Sinopsis
El cineasta responsable de largometrajes como Clerks, Persiguiendo a Amy o Mallrats colabora con su amigo Walter Flanagan en una serie limitada que enfrenta al Caballero Oscuro con el Joker… y con un nuevo enemigo: Cacofonía.
EDICIÓN ORIGINAL: Batman: Cacophony USA || GUIÓN: Kevin Smith || DIBUJO: Walt Flanagan
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