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‘Artificial. La nueva inteligencia y el contorno de lo humano’ de Mariano Sigman y Santiago Bilinkis

Artificial, nuevo libro de Mariano Sigman y Santiago BilinkisSobre el auge de la inteligencia artificial circulan numerosas teorías. Sumarse a una u otra es una cuestión de anhelos. Es decir, de estado de ánimo. Están las teorías extremas, defendidas por los catastrofistas. Me refiero a las que anticipan un complot tecnológico, digno de una pesadilla de ciencia ficción. Luego están las teorías de los neoluditas, que exageran los riesgos e idealizan el pasado. Y están las teorías de los observadores más sensatos, que sin necesidad de imaginar conjuras o catástrofes, valoran la magnitud de la ola que viene y aceptan que todo debe cambiar.

A esta última categoría pertenecen Mariano Sigman y Santiago Bilinkis, autores de este libro excepcional. Desde su primer capítulo, Artificial es un ensayo sumamente informativo, que además de leerse en un suspiro, nos ofrece el contexto necesario para responder a la gran pregunta: «¿Qué pasará cuando finalmente hayamos creado una inteligencia superior a la nuestra?».

Pues bien, a juicio de los autores, esa duda conlleva un examen riguroso de lo que significamos como especie.

Nos recuerdan Sigman y Bilinkis que somos más débiles y lentos que los grandes depredadores. También carecemos de las cualidades físicas de otras criaturas que, dentro del reino animal, sobreviven en condiciones extremas. «Pero a favor nuestro tenemos una inteligencia fluida, acumulativa, que nos ha conferido, para bien y para mal, una buena dosis de control sobre los demás seres en la naturaleza. La especie más inteligente fija las reglas».

Ya se imaginan lo que viene ahora: una cura de humildad. Esta última llega, inevitablemente, con los avances y las promesas de la IA. Volvamos a la pregunta inicial: ¿qué sucerá cuando las máquinas sean la especie más inteligente del planeta? «Entonces ‒nos dicen los autores de Artificial‒ serán ellas, y no nosotros, quienes fijen las reglas».

Por supuesto, ese lejano horizonte se puede asumir con inteligencia, de modo que nuestra relación con las máquinas contribuya a un progreso esperanzador. En este sentido, Artificial no es, ni mucho menos, una lectura pesimista. Todo lo contrario.

La inteligencia artificial construye su propia cultura

Entre el maremágnum de toda la información posible, los autores invitan a despejar hipótesis erróneas y a refinar nuestra experiencia frente a las nuevas tecnologías.

En clave antropológica y filosófica, el libro propone ideas tan fascinantes como esta: «La inteligencia artificial, como la humana, también construye su propia cultura. Una cultura artificial de código, funciones y módulos que se van apilando unos sobre otros para que la misma estructura de cómputo (el mismo cerebro artificial) llegue a lugares que hoy, sin todas estas herramientas, resultan inimaginables».

Es cierto que ahora mismo, mientras uno usa herramientas como ChatGPT, también es posible fruncir el ceño y creer que la inteligencia artificial no es para tanto. Seamos claros: ChatGPT miente y, de momento, se equivoca. Frente a esa decepción, los autores proponen una dosis de paciencia: «Nadie se enfada con un perro porque no hable. Sabemos que simplemente no puede hacerlo. De la misma manera, el vínculo con GPT sería más efectivo si no le pidiéramos lo que sabemos que no puede darnos. En conclusión, es mejor no pedirle peras al olmo, y focalizarse en interacciones donde lo relevante no es el criterio de veracidad».

Riesgos y promesas

Con el tiempo, esta tecnología irá desplegando aquello que está previsto y también posibilidades aún imprevisibles, que asumiremos como si fueran prodigios. Pero ojo, porque ese futuro, todavía por llegar, puede pillarnos adormecidos. Y eso no nos conviene ni ahora ni en el porvenir. «Actualmente ‒escriben Sigman y Bilinkis‒ corremos el riesgo de perder capacidades que son esenciales. Hay muchos pilares básicos de la cognición que son vitales para el pensamiento. Estos incluyen, entre otros, la capacidad de concentrarnos, la competencia lectora, el buen uso del lenguaje y el pensamiento lógico y matemático. Algunos ladrillos no cambian».

Una vez hecha esta advertencia, los lectores ya sabemos que todo lo que anticipa el libro ‒lo bueno y lo menos bueno‒ es una prueba que podemos superar si somos mínimamente cautelosos. «La clave ‒nos dicen los autores‒ es separar lo importante de lo accesorio para no dejar por completo en manos de las máquinas aquellas habilidades que no deberíamos perder». No es mal consejo para ese futuro que nos espera.

Sinopsis

Este no es un libro de oráculos o vaticinios, sino las reflexiones de dos autores que consideran que estar informados es la mejor forma de navegar la indefectible ola de la inteligencia artificial. En una conversación tan lúcida como estimulante, el neurocientífico superventas Mariano Sigman y el emprendedor Santiago Bilinkis repasan el origen, las utilidades y los riesgos de esta tecnología. ¿Será una lámpara de Aladino o una caja de Pandora? ¿Cómo acercarnos al mejor escenario? ¿Estamos caminando al borde del precipicio? ¿Qué ocurrirá si la inteligencia artificial encuentra aquello en lo que somos más débiles? Si bien exponen las razones por las que debemos ser cautos y responsables, huyen del pesimismo y nos invitan a pensar que de este desafío podemos sacar nuestra mejor versión.

Los autores

Mariano Sigman obtuvo su doctorado en neurociencia en Nueva York y fue investigador en París antes de volver a Argentina. Es un referente en el mundo en la neurociencia de las decisiones, en neurociencia y educación, y en la neurociencia de la comunicación humana. Es uno de los directores del proyecto Human Brain Project, el esfuerzo más vasto del mundo para entender y emular el cerebro humano. Ha trabajado con magos, cocineros, ajedrecistas, músicos y artistas plásticos para reunir el conocimiento de la neurociencia a distintos aspectos de la cultura humana. Ha desarrollado además una extensa carrera de divulgación científica que incluye columnas en las principales radios de Argentina, programas de televisión y cientos de artículos publicados en distintos medios editoriales del mundo.

Santiago Bilinkis es emprendedor y tecnólogo. Egresado del Colegio Nacional de Buenos Aires, estudió Economía en la Universidad de San Andrés, donde se graduó con Medalla de Oro. Realizó estudios de posgrado sobre inteligencia artificial, robótica, biotecnología, neurociencia y nanotecnología junto a los más renombrados científicos del mundo en la Singularity University, ubicada en una sede de la NASA en Silicon Valley. Como tecnólogo, realiza diversas actividades de divulgación, incluyendo una columna en el programa radial Basta de todo, otra en el diario La Nación y artículos en distintos medios.

En 2013 fue parte del documental de Discovery Channel 2111, junto a figuras internacionales de la talla de Ray Kurzweil, James Canton y Aubrey de Grey. Fue distinguido como Personalidad Destacada en el campo de la Ciencia y la Tecnología por la Ciudad de Buenos Aires, obtuvo el Premio Domingo Faustino Sarmiento otorgado por el Honorable Senado de la Nación y también el Premio Konex 2018 como uno de los emprendedores más innovadores de la última década.

Cofundó varias empresas tecnológicas, entre ellas Officenet, Restorando, Sirena y Trocafone. Integró el directorio de algunas organizaciones de la sociedad civil, como la Fundación Endeavor, el CIPPEC, Chequeado.com, Forge y la Comisión Fulbright. Es también uno de los organizadores de TEDxRíodelaPlata.

En los últimos años realizó presentaciones en numerosas universidades, incluyendo el MIT Sloan School of Management y Harvard Business School, así como en diferentes empresas y organizaciones públicas. Su primer libro fue Pasaje al futuro (Sudamericana, 2014).

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Guzmán Urrero

Colaborador de "La Lectura", revista cultural de "El Mundo". Tras una etapa profesional en la Agencia EFE, se convirtió en colaborador habitual de las páginas de cultura del diario ABC y de revistas como "Cuadernos Hispanoamericanos", "Álbum Letras-Artes" y "Scherzo".
Como colaborador honorífico de la Universidad Complutense de Madrid, se ocupó del diseño de recursos educativos, una actividad que también realizó en instituciones como el Centro Nacional de Información y Comunicación Educativa (Ministerio de Educación, Cultura y Deporte).
Asimismo, accedió al sector tecnológico como autor en las enciclopedias de Micronet y Microsoft, al tiempo que emprendía una larga trayectoria en el Instituto Cervantes, preparando exposiciones digitales y numerosos proyectos de divulgación sobre temas literarios y artísticos. Es autor de trece libros (en papel) sobre arte y cultura audiovisual.