La afición del pintor Ingres al violín, que tocaba a ratos perdidos, ha acuñado la expresión «violín de Ingres» para señalar la tarea secundaria que suele acompañar a la principal de determinados artistas.
Rossini era cocinero, Paderewski político, Sinopoli novelista. Podría pensarse que Kempff (1895-1991), uno de los principales pianistas de su tiempo, tenía una oculta vocación de compositor. Pero no es así. El volumen de su obra (sinfonías, liturgias, cantatas, un concierto de violín, doscientas canciones) suena más que el violín de Ingres.
Desde luego, también hizo música para piano. Las obras aquí programadas son un delicioso viaje por el pianismo de Kempff. La sonata nos propone, como es obvio, una forma estructurada, pero el Libro de imágenes de Franconia nos recuerda el apunte ocasional, impresionista o fantástico, de Schumann.
Si el Salmo del mar es grave y meditativo, la Serenata argentina es pintoresca y cachonda, ya que la Argentina parece en ella una provincia andaluza. Como propina, los arreglos de dos sublimes momentos del Orfeo de Gluck.
Kempff es estéticamente variado y prudente. Se sabe el repertorio clásico, su corazón es romántico ‒a la alemana, si cabe decirlo, aunque sea un pleonasmo‒ y su sensualidad, impresionista. Quiere a su piano, lo conoce por fuera y por dentro, escribe para que los colegas se luzcan desplegando sus recursos.
Disco recomendado: Wilhelm Kempff (1895-1991): Obras para piano (Imágenes de Franconia; Serenata argentina; Coral; Sonata op.47; Lamento de Orfeo) / Rüdiger Steinfatt, piano / VMS / Ref.: VMS 130 (1 CD)
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