Llegamos a la tercera entrega de esta saga destinada al público familiar, con potencial para ser algo más que eso, pero sin intención de serlo. Bueno… hay peores metas que hacer películas que entretengan a los chavales y a los padres, ¿no?
Como en la primera entrega, dirigida por Mark Osborne y John Stevenson en 2008, el film combina las artes marciales tradicionales con un humor no especialmente brillante, aunque efectivo para los más pequeños: caídas, torpezas, gritos, coscorrones inofensivos…
La estética de estas películas se mueve entre el 3D más estándar y ciertos hallazgos visuales: por ejemplo, los muy vistosos escenarios, el ingenioso diseño de personajes, los efectos de montaje estilo manga y algún momento de animación con un aspecto clásico “bidimensional”.
Después de una segunda entrega que bien podría ser la mejor de todas, Kung Fu Panda 3 nos narra una historia en la que el misticismo chino cobra mayor importancia. En este sentido, se sobreentiende que el film también está destinado a un público asiático, dado que hablamos de una coproducción entre DreamWorks Animation y el sello Oriental DreamWorks, fundado en Shanghái con patrocinio de dicha firma norteamericana y con una presencia sustancial de inversores chinos, aprobados por el gobierno de ese país.
Dentro de esa filosofía, Kung Fu Panda 3 introduce elementos taoístas como el chi (qì), al menos en su versión hollywoodiense, y hace que el panda Po tenga que enfrentarse a un poderoso guerrero que ha regresado del más allá con las peores intenciones.
Por su parte, Po vuelve a sus raíces al reencontrarse con su padre perdido, descubriendo que no es el único panda del mundo, sino que existe toda una aldea repleta de congéneres suyos, bien oculta en las montañas.
Los seguidores de los luchadores que acompañan a Po en sus aventuras quizá se sientan un poco decepcionados, ya que pasan a un plano bastante secundario en un film que resulta algo pandacéntrico.
En todo caso, la acción está servida con la aparición de unos inquietantes luchadores sobrenaturales con cuerpo de jade y un villano que, si bien no alcanza la espectacularidad del pavo real de Kung Fu Panda 2, resulta lo suficientemente amenazador con sus cuernos de búfalo acuático y su mirada verde.
Muchos, muchos pandas haciendo cosas monas y graciosas ocupan la mayor parte del metraje de esta película, menos centrada en las artes marciales que en otras ocasiones, y más interesada por asuntos como la familia y la autoconfianza, tema predilecto de la ficción estadounidense.
Kung Fu Panda 3 no viene para revolucionar el cine de animación, pero no defraudará a los seguidores de este orondo y simpático personaje.
Sinopsis
La película supone el regreso del rechoncho oso blanco y negro cuya única aspiración en la vida es convertirse en un experto de un arte marcial que requiere agilidad, destreza mental y reflejos rápidos como el rayo. Una misión formidable, si no imposible. Sin embargo, Po no conoce la palabra «imposible». Siempre intenta dar lo mejor de sí mismo… para ser su propio héroe.
Las aventuras de Po comenzaron en Kung Fu Panda, en la que cumplió su destino y se convirtió en el Guerrero del Dragón. En la película aparecen increíbles secuencias de lucha, comedia desternillante y mucho amor. A los espectadores de todo el mundo les encantó Kung Fu Panda, una película que recaudó más de 633 millones de dólares, fue nominada a un Oscar a la mejor película de animación y consiguió diez premios Annie.
En Kung Fu Panda 2, Po tenía que descubrir los secretos de su misterioso origen para así poder desbloquear la fuerza necesaria para triunfar. La película superó las cifras de la anterior, fue nominada al Oscar a la mejor película de animación y ganó dos premios Annie, incluido el de mejor director para Jennifer Yuh Nelson.
Ahora, en Kung Fu Panda 3, las aventuras de Po le llevan a cerrar el círculo mientras continúa con su evolución para convertirse en un héroe. Po se da cuenta de que todavía tiene mucho que aprender cuando sale de su zona de confort de alumno de artes marciales y tiene que tomar las responsabilidades de un profesor. Al mismo tiempo, tiene que reunir a su familia biológica y a su familia de kung fu y convertirse en un maestro del pasado y el futuro.
Kung Fu Panda 3 se aprovecha de las ventajas de los avances técnicos de DreamWorks Animation, a la vez que hace historia al ser la primera producción que crea dos películas diferentes, en inglés y en chino mandarín, con la misma historia y mismos personajes. Pero, sobre todo, regresa con diversión, aventura, humor y el corazón de la primera película, y nos recuerda por qué los espectadores de todo el mundo se enamoraron de Po.
Los mayores seguidores de Po son justamente los creadores de la película. La directora Jennifer Yuh Nelson, que ha estado con Po desde el principio de su viaje, apunta: «La cualidad que más me gusta de Po es su entusiasmo ilimitado. Es un placer pasar tiempo con Po porque le apasiona todo».
En el fondo, como dice Yuh Nelson, Po es un «friki que hace las cosas bien», una cualidad que le resulta familiar a la propia directora. «Me identifico con su frikismo porque yo no era precisamente la animadora sexy de mi instituto», afirma entre risas. «La humildad y el entusiasmo de Po tienen un tinte de pringado, y creo que eso puede servir de inspiración para mucha gente”, continúa la directora.
“El hecho de que descubre lo que le hace especial y lo utiliza para convertirse en la mejor persona posible también es algo con lo que todos podemos identificarnos», explica Yuh Nelson. «Todos queremos conocer lo que nos hace únicos y utilizar esa información para convertirnos en una persona mejor. Creo que es bueno que los niños y los adultos lo sepan; y es importante para nosotros, los creadores, porque, desde luego, no encajamos en ningún tipo de molde».
Claramente, Yuh Nelson se identifica con Po y su viaje, que, en ciertos aspectos, son un reflejo de ella misma. Del mismo modo que Po lleva a cabo una transición de alumno a maestro, Yuh Nelson dio un gran paso con Kung Fu Panda 2, en la que tomó las riendas de la dirección después de haber trabajado como jefa de creación en la primera película y como artista gráfica en otras películas de DreamWorks Animation.
El entusiasmo de Po es contagioso. El director Alessandro Carloni, otro veterano de la trilogía, afirma: «En esta película, Po debe ayudar a otros a alcanzar ese mismo tipo de epifanía y a aceptar sus atributos únicos para para sentirse verdaderamente fuertes”.
En algunas ocasiones, Carloni admite «tomar ejemplo del viaje y la personalidad de Po, especialmente de su entusiasmo. Puede llegar a ser una fuerza muy positiva», explica. Por ejemplo, «si uno de los miembros del equipo me mostraba algo que me gustaba, no me limitaba a aprobarlo y seguir adelante. Empezaba a saltar como loco de entusiasmo. Agradecí ese lado Po de mí».
Cualquiera que sea el obstáculo, Po nunca se rinde. «Tiene una gran actitud», afirma el guionista Glenn Berger. «Po es muy positivo y constante, y no importa las veces que se caiga, que siempre consigue levantarse».
Jack Black regresa agradecido al personaje y, como ya ha hecho antes, le proporciona a la película gran parte de su corazón. «Jack siempre es divertido y atractivo y sabe transmitir el entusiasmo, la disposición y la manera de agradar de Po; las mejores cualidades que aparecen en muchos de los personajes de cine de Jack. Jack y Po nos recuerdan que si seguimos a nuestro corazón, cualquier cosa es posible», afirma Yuh Nelson.
Shifu fue el primero que reconoció y canalizó la pasión de Po por el kung fu, y, ahora, una vez más, vuelve a empujar a Po al siguiente nivel e insiste en que se convierta en maestro. «Shifu sabe que Po tiene que enfrentarse al desafío de convertirse en maestro, pero también sabe que no va a ser fácil», explica la productora Melissa Cobb.
Corto de estatura y, a veces, de paciencia, Shifu es un personaje divertido y complejo. El ganador del Oscar® Dustin Hoffman vuelve a ponerle la voz original al personaje, al que le da cuatro décadas de experiencia como uno de los mejores actores del mundo, así como un comediante de talla mundial.
Al contrario que Shifu, los Cinco Furiosos tienen serias dudas sobre la capacidad de Po para enseñar kung fu. Estos protectores del Valle de la Paz se toman su forma de arte muy seriamente y han tenido siempre al mejor instructor posible –Shifu– haciéndose cargo de todo. Y ahora tienen que recibir instrucciones de… ¿Po?
Las víctimas de las clases de Po son Mono (con la voz original del legendario Jackie Chan), cuya naturaleza traviesa y juguetona enmascara unas impresionantes habilidades para las artes marciales; Grulla (David Cross), el pragmático del grupo; Mantis (Seth Rogen), el más pequeño y el más temperamental de los Cinco; Víbora (Lucy Liu), la «madre gallina» del equipo; y Tigresa, la más fuerte y valiente de los Cinco Furiosos.
Retomando el papel de Tigresa está la ganadora del Oscar® Angelina Jolie, cuyo espíritu y talento empapan a Tigresa de poder, honestidad, franqueza y compasión. Jolie Pitt continúa buscando nuevas facetas dentro del personaje, que le ha servido de inspiración desde que adoptó el papel. «Tigresa es un personaje tan bonito y puro, y es una figura femenina muy poderosa», afirma la actriz. «Es muy muy guay; ojalá pudiera hacer la mitad de las cosas que ella hace».
Entre los nuevos miembros de la familia de Kung Fu Panda se encuentran los artistas, técnicos y asesores del DreamWorks con base en Shanghái, que trabajaron estrechamente con el equipo de Glendale (California). Las dos empresas han abierto nuevas vías al hacer dos versiones de Kung Fu Panda 3, en las que los personajes están animados para que el movimiento de las bocas estén sincronizados con el inglés y el chino mandarín. Básicamente, han creado dos películas diferentes con la misma historia y los mismos personajes. La versión en mandarín, de la que Teng Huatao es el director adjunto, facilita más matices en las bromas y más libertad de improvisación para los actores asiáticos, a un nivel que no sería posible con subtítulos o doblaje.
La creación de la versión en chino mandarín requirió más recursos y tiempo, pero mereció mucho la pena. Unos 200 empleados de DreamWorks oriental ayudaron a conseguir un nivel de autenticidad mucho mayor. Antes, teníamos que hacer las cosas con mucha investigación y luego extrapolarlo», explica Yuh Nelson. «Ahora tenemos un equipo chino de creadores».
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