Con los años, algunos hemos ido almacenando certezas en las que refugiarnos cuando acecha la controversia. Supongo que este código personal resulta especialmente útil en casos como éste: una espléndida cinta inspirada en la persecución de Osama Bin Laden por parte de la CIA.
Mientras discuten los que buscan en esta película la evasiva verdad de esa cacería humana, unos cuantos nos limitamos a la obviedad de pensar si merece la pena pagar por la entrada. Y es que, digan lo que digan por ahí, lo primero que cuenta en estos casos es la calidad del film. Esta, como les decía, es mi única certeza. Para discutir la veracidad de lo narrado ya están los historiadores, por mucho que algunos se empeñen en suplantarlos.
El rótulo «basado en hechos reales» tiene tan mala fama como los libros de memorias escritos por treintañeros. Si a ello le sumamos que La noche más oscura se estrena no mucho después de que acontecieran los hechos que narra, supongo que son bastantes los prejuicios salen a relucir.
Pues bien: la buena noticia es que Kathryn Bigelow ha rodado un magnífico thriller con el espinoso material que le ha tocado en suerte.
Entrar en el mundo de Maya (Jessica Chastain), la agente que protagoniza el relato, es una de las buenas cosas que pueden sucederle a los aficionados al cine bélico y de espionaje. Y aunque La noche más oscura no pertenece con claridad a ninguno de los dos géneros, está claro que los sinsabores de Maya encuentran su razón de ser en un terreno sombrío y brutal, a medio camino entre la trinchera y las operaciones de inteligencia.
Por otro lado, puestos a elegir una etiqueta, está claro que, en el fondo, nos hallamos ante una sólida película policiaca, en su variante procedimental. La diferencia estriba en la magnitud del crimen –la masacre terrorista del 11-S–, en la habilidad para ocultar pistas del culpable –la red Al Qaeda– y en los durísimos métodos que emplean los investigadores.
Con la frialdad de un documentalista, Kathryn Bigelow retrata una compleja operación en la que se nos obliga a examinar cada hecho y sus consecuencias con valor y sin excusas. Resumirles la trama es una tarea ociosa. Por eso me limitaré a constatar dos virtudes. Primero: La noche más oscura tiene un acabado impecable, en el que se imponen todas las variantes de la tensión. Segundo: Jessica Chastain nos regala una interpretación soberbia, al igual que Jason Clarke, Joel Edgerton, Chris Pratt, Kyle Chandler y Mark Strong.
Todo apunta a que la prensa y los foros sociales repetirán ciertas consignas. Habrá quien se engañe con la idea de que La noche más oscura retrata una guerra en la que nada se nos ha perdido. Los relativistas ensayarán una tramposa equidistancia, y reconocerán en la CIA rasgos de la crueldad de ese enemigo que también es el nuestro. El inevitable horror de las torturas a los detenidos en las cárceles secretas llevará a otros a discusiones políticamente correctas, en las que Abu Ghraib, Guantánamo y el Tribunal de la Haya servirán de ejemplo y también de símbolo.
Viendo algunas de las escenas más incómodas de la cinta –las de los tormentos a los detenidos–, me acordé de alguien que no usó eufemismos para referirse a esos terribles interrogatorios, y que, sin embargo, también supo entender las dimensiones del abismo moral en el que nos hundió Bin Laden. Hablo del difunto Christopher Hitchens, un nítido defensor de la libertad.
«Los talibanes y sus sucedáneos –escribe Hitchens– no se contentan con empobrecer sus sociedades hasta la miseria y la servidumbre. Están condenados, y erróneamente se creen ordenados, a extender el contagio y llevar el infierno hasta los que no son virtuosos. El primer paso que debemos dar, pues, es la adquisición del suficiente respeto por nosotros mismos y la confianza suficiente para decir que hemos encontrado un enemigo y no somos nosotros, sino alguien distinto».
Sinopsis
La captura de Osama Bin Laden preocupó al mundo y a dos administraciones presidenciales estadounidenses durante más de una década. Al final, un pequeño grupo de agentes de la CIA le encontró. Fue una misión llevada a cabo en el secreto más absoluto.
Algunos detalles han salido a la luz, pero las partes más significativas de la operación secreta y, sobre todo, el papel que jugó el equipo de agentes, se verán por primera vez en La noche más oscura (Zero dark thirty).
La descripción de la busca y captura de Bin Laden lleva al espectador hasta el corazón del poder y a la primera línea de la histórica misión, que culmina en el asalto por parte de las fuerzas especiales a una misteriosa residencia en Pakistán.
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