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Crítica: «Star Trek» (J.J. Abrams, 2009)

Cuanto más pertenecen unos personajes al territorio de la nostalgia, más comprometido resulta enfocarlos desde otro ángulo. En todo caso, siempre es necesario saber cómo los recupera cada nueva generación de espectadores.

Últimamente ha pasado con Bond, con Batman… incluso con Superman, a quien Mark Millar se propone incorporar al lado oscuro. Les hablo, en fin, de héroes de larguísima trayectoria, a los que es preciso reinventar cada cierto tiempo.

A J.J. Abrams le ha tocado en suerte abrillantar al Enterprise antes de que su cubierta empiece a oxidarse y a amarillear. En cierto sentido, obedece a una máxima que nos dejó por escrito Peter Bogdanovich: “para las nuevas generaciones, el elemento que más envejece a una película es su reparto: como no conocen a los actores, no les dice nada”.

¿Llega, pues, la hora de refundar Star Trek pensando en quienes desconocen a Leonard Nimoy? ¿Se trata, acaso, de modernizar un esquema dramático al que no hagan sombra teleseries como Battlestar Galactica?

De hecho, todos sabemos que así es. A partir de esa premisa, la nueva entrega de Star Trek se presenta como un espectáculo inteligente y optimista, que explora los orígenes de la saga y tiene cosas bastante ingeniosas que decir al respecto.

Lo cual nos lleva al auténtico mérito de la película: su sentido del encanto. Sin necesidad de poner patas arriba la franquicia, Abrams descubre muchos motivos para que el público actual –incluidos los seguidores de Star Wars– simpatice con el legado trekkie, y opte por la tripulación del Enterprise a la hora de buscar aventura en el espacio exterior.

Aunque creo de verdad que ya no hay mucha gente que respete las convenciones de la space opera al viejo estilo (exceptuaremos a Joss Whedon con Firefly), parece que J.J. Abrams se ha tomado muy en serio este subgénero. Y eso que el empeño le obligó, en su momento, a posponer un proyecto tan ambicioso como La torre oscura, versión de la famosa novela de Stephen King.

El equipo creativo de Star Trek XI es de la total confianza del realizador, y esto se advierte en la pantalla. Él mismo produce la película junto a su compañero en Perdidos, Damon Lindelof. El guión –trepidante, pese a algún que otro desequilibrio en su tercer acto– se debe a Roberto Orci y Alex Kurtzman, y el reparto, como casi todo el mundo sabe a estas alturas, incluye a jóvenes actores que dan vida –¡y de qué manera!– a viejos personajes.

El eficacísimo Chris Pine se pone en la piel de James T. Kirk en los años mozos del comandante, inmortalizado a lo largo de varias décadas por William Shatner.

En su momento, la elección de Pine fue toda una sorpresa, especialmente después de que, durante meses, se rumoreara que Matt Damon iba a encarnar a Kirk. Viéndole ahora en la piel del héroe, no parece que haya otra elección mejor que la de Pine.

El Dr. Spock, a quien no me imagino sin la presencia de Leonard Nimoy, vuelve a la pantalla con el rostro de Zachary Quinto, mejor conocido por su papel de villano sociópata en Héroes. Quinto hace un trabajo excelente de recreación, y en más de un detalle se advierte que lo preparó con el apoyo del propio Nimoy.

Los secundarios mantienen un impecable nivel. Karl Urban es Dr. Leonard “Bones” McCoy. A Urban lo conocen bien los seguidores de Xena, la princesa guerrera, pero tras su interpretación de Éomer en El Señor de los Anillos, queda claro que él y su agente tienen mayores expectativas.

Completan la dotación del Enterprise el entrañable Simon Pegg (Montgomery “Scotty” Scott), Anton Yelchin (Pavel Chejov), Zoe Saldana (Uhura) y John Cho (Hikaru Sulu).

El villano es Eric Bana, que aplica un contundente tono shakespeareano a su papel de Nero. Dos buenos actores en horas bajas, Ben Cross y Winona Ryder, se suman al elenco dando vida a los padres de Spock.

Pese al indudable atractivo del reparto, una parte de los elogios debe dirigirse al equipo técnico. En este sentido, Star Trek se beneficia del trabajo de un excelente operador, Daniel Mindel. Asimismo, cuenta con un sólido diseñador artístico, Scott Chambliss, que viene trabajando con Abrams desde los inicios de su trayectoria en televisión.

Por otra parte, la plana mayor de la ILM, la empresa de efectos de George Lucas, ha sido la encargada de elaborar las maquetas y los numerosos planos CGI que han ido añadiéndose durante la postproducción, y que convierten a esta película en una utopía estelar tan atrayente como espectacular.

Sinopsis

La mayor aventura de todos los tiempos comienza con Star Trek, la increíble historia del primer viaje de una joven tripulación a bordo de la nave espacial más avanzada que se haya construido jamás: la nave USS Enterprise.

En el transcurso de un viaje increíble lleno de optimismo, intriga, comedia y peligros cósmicos, los nuevos reclutas tienen que encontrar el modo de detener a un ser maléfico cuya misión de venganza amenaza a toda la humanidad.

El destino de la galaxia está en manos de dos encarnizados rivales nacidos en mundos muy diferentes. Uno, James Tiberius Kirk (Chris Pine), es un joven granjero de Iowa delincuente y amante de las emociones fuertes, un líder nato en busca de una causa. El otro, Spock (Zachary Quinto), se ha criado en el planeta Vulcano, y es un marginado debido a su origen medio humano, lo que le hace vulnerable a la emociones volátiles sin las cuales los vulcanianos han vivido desde hace mucho, y que es sin embargo un ingenioso y decidido estudiante que llegará a convertirse en el primero de su especie admitido en la Academia de la Flota Estelar.

Kirk y Spock no pueden ser más diferentes. No obstante, en su búsqueda para descubrir quién son realmente y qué le pueden dar al mundo, pronto se convierten en competitivos cadetes en periodo de formación. Con sus estilos drásticamente opuestos, el uno llevado por la ciega pasión, el otro por la lógica rigurosa, se convierten también en unos adversarios beligerantes y tenaces, los dos sintiéndose poco impresionados mutuamente, y ambos compitiendo con todas sus fuerzas para estar entre los pocos elegidos para formar parte de la tripulación de la nave espacial más avanzada que se haya creado jamás: la nave USS Enterprise.

La tripulación está al mando del capitán Christopher Pike (Bruce Greenwood). Junto a él están el oficial médico de la nave, Leonard “Bones” McCoy (Karl Urban), el hombre que llegará a convertirse en el ingeniero jefe, Montgomery “Scotty” Scott (Simon Pegg), la oficial responsable de las comunicaciones Uhura (Zoë Saldana), el veterano piloto Sulu (John Cho), y el chico prodigio de 17 años Chekov (Anton Yelchin). Todos ellos se enfrentarán a una primera experiencia desgarradora que pondrá a prueba la lealtad, la camaradería, el valor y el buen humor que les unirán para siempre.

En medio de todo, Kirk y Spock tendrán que enfrentarse cara a cara con un destino inevitable: la necesidad de forjar una insólita pero sólida alianza, que les permita llevar valientemente a su tripulación hasta donde nadie ha llegado jamás.

Copyright © Star Trek y todos los logos y marcas asociadas son propiedad de CBS Studios Inc. / Paramount Television. Reservados todos los derechos.

Copyright de las imágenes, notas de prensa y sinopsis de Star Trek, de J.J. Abrams © 2009 Paramount Pictures, Spyglass Entertainment y Bad Robot Productions. Cortesía del Departamento de Prensa de Paramount Pictures Spain. Todos los derechos reservados.

Guzmán Urrero

Colaborador de la sección cultural de 'The Objective'. Escribió de forma habitual en 'La Lectura', revista cultural de 'El Mundo'. Tras una etapa profesional en la Agencia EFE, se convirtió en colaborador de las páginas de cultura del diario 'ABC' y de revistas como "Cuadernos Hispanoamericanos", "Álbum Letras-Artes" y "Scherzo".
Como colaborador honorífico de la Universidad Complutense de Madrid, se ocupó del diseño de recursos educativos, una actividad que también realizó en instituciones como el Centro Nacional de Información y Comunicación Educativa (Ministerio de Educación, Cultura y Deporte).
Asimismo, accedió al sector tecnológico como autor en las enciclopedias de Micronet y Microsoft, al tiempo que emprendía una larga trayectoria en el Instituto Cervantes, preparando exposiciones digitales y numerosos proyectos de divulgación sobre temas literarios y artísticos. Ha trabajado en el sector editorial y es autor de trece libros (en papel) sobre arte y cultura audiovisual.