Aunque parezca lo contrario, el humor para todos los públicos no es algo habitual. No lo regalan al salir de la escuela de cine. Por eso es tan elogiable esta película de Peyton Reed, una comedia de aventuras en la que grandes y pequeños pueden encontrar muchas y bien justificadas razones para disfrutar.
Si nos fijamos en la escala de sus ambiciones y el método con el que fue desarrollada ‒un comité creativo y un estudio con toda la maquinaria encendida‒, Ant-Man y la Avispa es un producto impecable, con el equilibrio perfecto entre diversión y acción que uno espera en un pasatiempo de estas características.
A diferencia de otros lanzamientos del sello Marvel, este largometraje no pretende aturdirnos con grandes revelaciones, ni mostrar momentos de gloria en los que el héroe salva al universo. Más bien sucede lo contrario. Reed nos pone fácil una interpretación más íntima de su película. En este caso, la familia ‒me refiero a la familia real y también a las familias postizas‒ es el eje de casi todo, y es el afecto a sus seres queridos lo que impulsa a buena parte de los personajes.
Hay villanos, por supuesto, pero su amenaza es propia de un dibujo animado, y en ningún momento uno siente que puedan ser letales. A cambio, el film nos ofrece una dosis más que generosa de buenos sentimientos, comicidad inofensiva y riesgo calculado.
Ant-Man y la Avispa apuesta por un tono colorista, reclamando ciertas virtudes del cine que Amblin produjo en los ochenta. En este sentido, hay guiños que nos remiten a las películas de Joe Dante, en especial El chip prodigioso (1987). Los nostálgicos también descubrirán alusiones a Desmadre a la americana (1978), de John Landis, o a La humanidad en peligro (1954), de Gordon Douglas, ampliando aún más la escala de las referencias.
Paul Rudd y Evangeline Lilly dominan todas las claves de la pareja protagonista, debidamente apoyados por tipos tan cualificados como Michael Peña y Walton Goggins. Pero es el trío de veteranos formado por Michelle Pfeiffer, Laurence Fishburne y Michael Douglas el que logra dominar la escena en cuanto aparece.
Hay muchas emociones almacenadas en la película: la gracia de una buena sit-com, la ingenuidad del cine juvenil de los ochenta, la acción espectacular e inconsecuente de los viejos tebeos… Las tres bastarán, aunque podría citar otras para recomendar esta producción ligera, entrañable e intrascendente ‒en el buen sentido‒, cuya modestia no afecta a la calidad de sus efectos visuales.
Sinopsis
De la mano de Marvel llega Ant-Man y la Avispa, un nuevo capítulo poblado de héroes que tienen la asombrosa capacidad de contraerse. Después de Capitán América: Civil War, Scott Lang debe lidiar con las consecuencias de sus elecciones como Superhéroe y padre. Mientras lucha por conciliar su vida familiar y sus responsabilidades de Ant-Man, Hope van Dyne y el Dr. Hank Pym le encargan una nueva y urgente misión. Scott debe volver a enfundarse el traje y aprender a luchar junto a la Avispa mientras el equipo trabaja al unísono para descubrir secretos del pasado.
Ant-Man y la Avispa está dirigida por Peyton Reed y protagonizada por Paul Rudd, Evangeline Lilly, Michael Peña, Walton Goggins, Bobby Cannavale, Judy Greer, Tip «T.I.» Harris, David Dastmalchian, Hannah John Kamen, Abby Ryder-Fortson, Randall Park, con Michelle Pfeiffer, Laurence Fishburne, y Michael Douglas.
Kevin Feige es el productor y Louis D’Esposito, Victoria Alonso, Stephen Broussard, Charles Newirth y Stan Lee son los productores ejecutivos. Chris McKenna & Erik Sommers, Paul Rudd, Andrew Barrer & Gabriel Ferrari han escrito el guión.
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