Marcus Weeks nos trae un volumen donde el conocimiento con mayúsculas ‒la humanidades, en su expresión filosófica‒ convive con esas dudas cotidianas que uno suele resolver de forma más o menos incoherente. Y es esa incoherencia lo que este libro difumina, proponiéndonos soluciones intelectualmente significativas para esas situaciones del día a día.
No es, desde luego, una obra de autoayuda, si en ese catálogo incluimos tantos y tantos disparates seudocientíficos, amparados en las tesis de la Nueva Era. Este es, principalmente, un libro de divulgación filosófica, sólidamente escrito y muy bien resuelto. Su gracia reside, precisamente, en que Weeks no es un autor oscuro y distante, sino un divulgador que sabe cuándo es necesaria la ligereza en el texto.
Aunque el título conceda protagonismo a Nietzsche, el catálogo de filósofos a los que Weeks alude es tan amplio como diverso, de suerte que salimos de esta lectura con un conocimiento superficial de lo que ha sido la tradición filosófica desde la noche de los tiempos, con sus principales factores de referencia.
En cierto sentido, esta obra pone todo su esfuerzo en una vieja pregunta: ¿para qué sirve la filosofía? Y esa respuesta va destinada a un lector medio, sin conocimientos previos de la cuestión. De ahí que la amenidad sea la nota predominante en cada uno de sus capítulos, todos ellos en permanente contacto con la realidad actual.
Cada tema que Weeks nos plantea parte de un encabezamiento práctico, a veces trivial, que le sirve para facilitarnos los mecanismos filosóficos precisos para su análisis, detallando los pensadores y las escuelas que mejor se ciñen al problema en cuestión. Tras títulos como «La pareja de mi amiga se la está pegando: ¿se lo cuento?», «Mi chico pierde mucho tiempo jugando a videojuegos», «¿Debería inculpar a un colega para evitar que me echen?», «Me han robado el smartphone y me preocupa que suplanten mi identidad» o «¿Por qué la gente se lo toma todo tan en serio? Solo quiero pasar un buen rato», encontramos lecturas inspiradoras y consecuentes, que nos llevan a elegir el pensamiento profundo y racional frente a las turbulencias de un mundo que tiende a la confusión.
Este cruce entre intimidad y filosofía se presenta siempre bajo un aspecto luminoso y vital, e incluso deja algún espacio para el humor, pero su mayor virtud es que lleva al lector a comprender el milenario prestigio del pensamiento filosófico sin el más mínimo asomo de pedantería.
Gareth Southwell, el ilustrador de ¿Qué haría Nietzsche?, contribuye a mejorar aún más la experiencia.
Sinopsis
Descubre cómo los grandes filósofos podrían ayudarnos a encarar problemas cotidianos. Esos dilemas que a veces nos llegan a quitar el sueño también han estado en las mentes más preclaras: ¿Cómo puede ser que me harte a trabajar y no llegue a fin de mes mientras otros se forran sin dar golpe?; ¿Es aceptable creer en la homeopatía?; • Estoy harto de que me digan lo que tengo que pensar; ¿Por qué los políticos nunca responden con auténtica franqueza?; La pareja de mi amiga se la está pegando: ¿se lo cuento?… Todo un curso exprés de filosofía de la mano de las mentes pensantes privilegiadas de cada generación, desde Platón, Marx, Simone de Beauvoir y muchos más, en una guía fascinante a través de los filósofos y las teorías más notables.
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