Cuando te colocan delante de la cara una bandera, no puedes ver el mundo que hay más allá de esa tela coloreada. Los nacionalismos extremos no suelen traer nada bueno, y clamar al espíritu patriótico es la mejor manera de obligarte a hacer algo que jamás harías por voluntad propia. Todo eso pasó en Japón en la primera mitad del siglo XX, como se muestra en esta película.
Drama de espías y amor de espíritu clásico, narrada con esa parquedad tan propia de los japoneses, La mujer del espía se apoya en un recurso ya utilizado en películas como Michael Collins (Neil Jordan, 1996), establecer un triángulo amoroso en el que la mujer representa al propio país, mientras que los dos hombres encarnan a ambos bandos de un conflicto nacional.
Yū Aoi (conocida por su papel de Megumi en las películas de imagen real de Kenshin, el guerrero samurái) encarna con convicción a la sufridora protagonista, esposa de un cosmopolita exportador textil (Issei Takahashi), abierto a la influencia occidental . El tercero en discordia es un buen amigo de la pareja (Masahiro Higashide), enamorado de la mujer, pero ahora transformado en un militar entusiasta del «nuevo» Japón imperialista. A tal extremo, que no duda en torturar a los sospechosos de traición.
Los japoneses llevan años haciendo eso que se está normalizando en los últimos años en Occidente: borrar la línea que separa los telefilmes de las películas de cine. La mujer del espía se creó inicialmente como TV movie, lo cual no impidió que Kiyoshi Kurosawa se llevara el premio a mejor director en el Festival de Venecia de 2020.
Las aptitudes de (este) Kurosawa bien lo merecen, como ya demostró al mundo hace años con esa exitosa y extrañísima película de terror y ciencia ficción Kairo (Pulse, 2001), víctima de un remake estadounidense tan espantoso que servía como ejemplo de todo lo que no funciona en los remakes gringos.
A pesar de la elegante y clásica puesta en escena de La mujer del espía, hay en ella terror y gusto por la estética postindustrial (¿postapocalíptica?). Sin ser un film que busque el impacto, su manera de administrar con cuentagotas las imágenes impactantes provoca que los momentos macabros o desagradables se hagan más intensos.
La mujer del espía no es un thriller frenético. Aquí el suspense proviene de un ‒digámoslo así‒ desasosiego sosegado, sólo al alcance de director con talento y oficio como Kiyoshi Kurosawa, quien ha tocado todos los palos del thriller en su larga carrera.
Sinopsis
La mujer del espía es la nueva película del prestigioso cineasta japonés Kiyoshi Kurosawa, director de Cure, Tokyo Sonata, Kairo (Pulse) o Bright Future, y está coescrita por Ryusuke Hamaguchi, director de la aclamada Happy Hour. La película, ambientada en la Segunda Guerra Mundial, fue la ganadora del León de Plata al Mejor Director en la pasada edición del Festival de Venecia y participó en la sección Perlas del Festival de San Sebastián y en la pasada edición del BCN Film Fest.
La mujer del espía está protagonizada por Yū Aoi (Verano de una familia de Tokio) e Issey Takahashi (Shin Godzilla), entre otros.
1940, Japón. La noche anterior al estallido de la Segunda Guerra Mundial, el comerciante local Yusaku Fukuhara deja a su esposa Satoko en casa y viaja a Manchuria con su sobrino. Allí es testigo casual de un acto bárbaro y decide tomar medidas para revelarlo al mundo. Tras un malentendido inicial, su esposa descubre las verdaderas intenciones de su marido y decide protegerlo de forma incondicional. ¿En quién se puede confiar?
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