El tópico dice que los historiadores siguen un criterio científico. En esto se distinguen de los memorialistas, atentos al latido del recuerdo, siempre dispuestos a idealizar el pasado e incluso a inventar fantasmagorías. Pero como sucede con todos los tópicos, en este también hay áreas grises. Los historiadores casi nunca se desprenden de su personalismo a la hora de cuadrar un siglo o un personaje a regla y cartabón. Y en sentido contrario, en un libro de memorias vemos emerger el mundo más íntimo del autor, pero esa subjetividad puede ir acompañada de evocaciones minuciosamente reproducidas, con un dibujo más rico e intenso que el permitido en la academia.
Dicho de otro modo: eso que los investigadores llaman evidencia anecdótica tiene muchísimo valor. Es más, incluso puede servir para establecer una teoría general sobre determinada época.
Lo dicho hasta ahora me parece claro en el extraordinario libro que nos ocupa. En sus páginas, la mítica figura de Herbert von Karajan (1908-1989) es dibujada por su colaborador Leone Magiera (Módena, 1934), pianista, profesor, descubridor de talentos, secretario artístico de la Scala de Milán, director de programación del Maggio Musicale Fiorentino, y al igual que Karajan, director de orquesta.
El texto de Magiera es generoso, feliz, sin resentimiento. Uno lo lee como si el propio autor agradeciera cada anécdota, cada detalle que aflora en su relato.
Si les digo la verdad: no es para menos. Magiera evoca tiempos de juventud, en compañía de quien fue su primera esposa, Mirella Freni, con quien estuvo casado desde 1955 hasta 1978. La presencia de Karajan se plantea aquí como la de los buenos personajes en una novela: de forma en un principio casual, pero finalmente decisiva.
No esperen aquí un empeño desmitificador o irónico, al estilo de Norman Lebrecht. El tono amable con el que Magiera describe al comienzo su amor por Freni es el mismo que caracteriza su retrato de Karajan.
Más allá del homenaje, es cierto que el libro incluye curiosidades suculentas y chismes muy entretenidos. Esa cordialidad se complementa, como es natural, con anotaciones musicales que nos permiten comprender la dimensión artística e intelectual del «biografiado».
Por supuesto que Magiera es subjetivo ‒y a mucha honra‒, pero su experiencia vital, tan cercana a la del maestro salzburgués, nos permite comprender mucho mejor las contradicciones y la cotidianidad de Karajan.
En este sentido, nos hallamos ante una obra lúcida, amena, profunda, escrita al hilo de la memoria, en la que su protagonista, usando las palabras del autor, se nos presenta como «aquel mito que se prodigaba poco, pero cuando lo hacía dejaba siempre traslucir una sensibilidad fuera de lo común».
Atención, por cierto, al formidable equipo editorial que arropa la versión española del libro: Amelia Pérez de Villar lo traduce, Fernando Fraga escribe el prólogo, y Marta Vela, el epílogo.
Sinopsis
Traducción de Amelia Pérez de Villar
Prefacio de Mirella Freni
Prólogo de Fernando Fraga
Epílogo de Marta Vela
Leone Magiera nos ofrece en este libro de recuerdos una visión completamente nueva de Herbert von Karajan. Amigo y colaborador del Maestro durante muchos años, además de analizar en profundidad su técnica de dirección y algunas de sus interpretaciones operísticas más famosas, Magiera nos cuenta en sus encuentros con Karajan detalles curiosos y sugerentes de la personalidad más escondida y secreta del gran director salzburgués. El resultado es un retrato, inédito hasta ahora, del aspecto más humano y casi desconocido de este músico cuya figura se ha convertido en un mito: su gran sentido del humor, que también se expresaba en la capacidad de disfrazarse para escapar de las situaciones más difíciles y peligrosas, o evitar ser reconocido; su curiosidad, casi morbosa, que le permitió estar constantemente informado de los cotilleos sobre todo lo que sucedía en el panorama musical internacional; o su peculiar técnica para seleccionar las mejores voces para las óperas que dirigía, bien en directo, bien en estudio, cuyas grabaciones siguen siendo hitos de referencia.
Como nos recuerda Fernando Fraga en su prólogo, la colaboración entre Magiera y Karajan comenzó cuando éste le ofreció participar en la preparación de Siegfried como preludio a la grabación de la Tetralogía, que acabaría concretándose entre 1966 y 1970, cuya interpretación daría una vuelta de tuerca a las lecturas anteriores de tan magna epopeya wagneriana. Pero su primer encuentro se había materializado por casualidad: fue durante la preparación de la ya legendaria Bohème de La Scala, en 1963, donde Mirella Freni, la por entonces esposa del pianista, interpretó una Mimì que se convertiría en la mejor de su tiempo. Magiera, a su vez profesor de canto de la propia Freni, de Luciano Pavarotti (con quien daría la vuelta el mundo con sus recitales) o Ruggero Raimondi, llegó a convertirse en amigo y confidente de Karajan, y se erige en excepcional testigo del arte karajaniano durante buena parte del periodo más esplendoroso de la carrera del director.
Estos y otros aspectos inéditos hacen de este libro una lectura imprescindible para quien quiera conocer más a fondo la personalidad de uno de los más grandes directores de todos los tiempos. Como subraya Marta Vela en su epílogo, hará las delicias tanto del melómano como del músico amateur y profesional.
Leone Magiera (Módena, 1934) es pianista, profesor de música y director de orquesta. Como pianista, ha actuado como solista y como acompañante de los más destacados cantantes del panorama lírico internacional, en los principales festivales y salas de conciertos, entre ellos, Teatro alla Scala, Maggio Musicale Fiorentino, Festival de Salzburgo, Musikverein de Viena, Ópera de París y Metropolitan de Nueva York.
Como director y compositor ha colaborado con los directores más importantes del siglo XX: Otto Klemperer, Carlo Maria Giulini, Claudio Abbado, Zubin Mehta, Carlos Kleiber y Georg Solti. Con Herbert von Karajan mantuvo una intensa relación artística y fue su estrecho colaborador en numerosas de sus producciones operísticas, así como coordinador de cantantes en el Festival de Salzburgo fundado por aquél.
Profesor de canto en el Conservatorio G. B. Martini de Bolonia, entre sus muchos alumnos que se han hecho famosos destacan Luciano Pavarotti, Mirella Freni (con quien estuvo casado veintitrés años) y Ruggero Raimondi y, más recientemente, Carmela Remigio, Fabio Sartori y Mariangela Sicilia. Con Luciano Pavarotti, del que fue profesor desde sus inicios, ha celebrado más de mil veladas teatrales desde la primera Bohème de su debut (1961) hasta la última actuación de los Juegos Olímpicos de Invierno de 2006. Su discografía es extensa.
Es autor de varios libros, entre los que destacan Mirela Freni (1990), y Pavarotti visto da vicino (2008).
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