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«Leader of the Pack» (1964), de The Shangri-Las

Representantes del pop adolescente más melancólico de mediados de los sesenta, las Shangri-Las interpretaron algunas de las canciones más memorables de esa época. Por cierto, no pocas de ellas terminaban bastante mal.

Este tema de 1964 es uno de los grandes himnos del pop a la muerte y el amor adolescente: la historia de Betty y su trágico amor por el motero Jimmy, las consecuencias de la censura parental y de conducir emocionalmente agitado en una noche lluviosa… Un clásico escrito por el genial dúo de compositores Ellie Greenwich y Jeff Barry, producido y coescrito por George «Shadow» Morton, y cuyo piano fue tocado –sin cobrar‒ por un adolescente Billy Joel.

Entrevistado a propósito de «Leader of the Pack», George «Shadow» Morton dio su versión acerca de los orígenes de este tema. Una versión que, dicho sea de paso, no coincide con la de Greenwich.

«Cuando escribí ‘Leader Of The Pack’ ‒dice Morton‒, me dijeron que no la produjera. ‘¡No pagaremos por eso!’ Era peligroso. Tenían miedo de las repercusiones. (…) Ten en cuenta que es una canción sobre una joven que se enamora de un motero. Claramente Betty es una mala chica. Por otro lado, hay una intrahistoria de esa canción. ‘Leader Of The Pack’ no fue escrita para las Shangri-Las. Fue escrita para otro grupo de Long Island, las Goodies. Nunca tuvieron mucho éxito, y no sé decirte por qué. Cuatro chicas… buenas cantantes. Encontré este grupo cuando salió a la venta ‘Remember (Walking in the Sand)’ (1964). (…) El caso es que las Shangri-Las se hicieron con esa canción, pero el compositor Jerry Leiber no supo de qué se trataba hasta poco antes de que entrásemos al estudio. Leiber se me acercó, y como estaba en el negocio, me dijo: ‘Remember (Walking in the Sand)’ está saliendo de las listas de éxitos. ¿Tienes algo nuevo?’. Yo le dije: ‘Claro, se titula Leader Of The Pack’. Le conté de qué se trataba, y le dije que llevaba un par de meses dándole vueltas. (…) Tras la negativa inicial de Leiber, salí a buscar un grupo para que la interpretase. Una vez más, hice una pillería. Grabé la canción en secreto, en el estudio Ultrasonic (…) Tuve una relación maravillosa con Billy Stahl, el propietario de Ultrasonic (…) me dejó las manos libres para trabajar. Llamé a los músicos como si todo estuviera aprobado y grabamos el tema en privado, sin interferencias. ¡Y funcionó! De hecho, ¡sonaba genial! ¡Leiber tuvo que aceptarlo! Es más, creo que Ellie Greenwich no escuchó la canción hasta que salió en la radio. (…) Yo era joven. Era el chico nuevo en el barrio. Les cedí los créditos como compositores a Ellie y a Jeff Barry porque pensé que era lo correcto… Sentí que les debía algo por haberme metido en este negocio. Les cedí una parte de los beneficios… pero solo una parte, fíjate. Aún conservo la mayoría de los derechos de esta canción» (Goldmine Magazine, vol. 17, nº 14, 12/07/1991, reproducido por Richard Arfin).

Copyright del artículo © Manuel Rodríguez Yagüe. Reservados todos los derechos.

Manuel Rodríguez Yagüe

Como divulgador, Manuel Rodríguez Yagüe ha seguido una amplia trayectoria en distintas publicaciones digitales, relacionadas con temas tan diversos como los viajes ("De viajes, tesoros y aventuras"), el cómic ("Un universo de viñetas"), la ciencia-ficción ("Un universo de ciencia ficción") y las ciencias y humanidades ("Saber si ocupa lugar"). Colabora en el podcast "Los Retronautas".