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Crítica: «Coriolanus» (Ralph Fiennes, 2011)

Shakespeare conocía los mil y un nombres que el diccionario asigna a la naturaleza humana. Los cineastas, sean buenos o mediocres, lo saben, y por eso saquean el panteón shakespeareano con la desvergüenza de un goloso en una tienda de dulces. Sin embargo, hay ocasiones en las que el Bardo recibe un merecido homenaje. Esta es una de ellas.

¿Cuál es el origen del proyecto? Sabemos que su director y protagonista, Ralph Fiennes, interpretó el papel protagonista de Coriolano en 2000, bajo dirección de Jonathan Kent, en el teatro Almeida de los estudios Gainsborough, de Londres.

Fiennes, que es un tipo tenaz, pronto se convenció de que convenía renovar esa experiencia ante las cámaras. A lo largo de diez años, ha hecho todo lo posible para rodar esta película: una cinta singular, en la que, como ahora veremos, hay numerosos hallazgos.

Con ayuda de otro dramaturgo, John Logan, decidió modernizar la obra de Shakespeare, acercándola al espectador moderno, pero sin necesidad de prescindir de esa prodigiosa intensidad que caracteriza al libreto original.

Desde el principio, los productores Gabrielle TanaJulia Taylor-Stanley y Colin Vaines apoyaron a Fiennes, quien tenía muy claro que la acción de Coriolanus debía desplazarse a un escenario contemporáneo.

En la película, el enfrentamiento entre el general Cayo Marcio Coriolano (Ralph Fiennes) y su adversario, Tulo Aufidio (un magnífico Gerard Butler) se traslada a los Balcanes.

Los uniformes, los edificios destruidos, las cristaleras reventadas por la metralla… todo en Coriolanus recuerda esas imágenes que un día no lejano fueron difundidas en portadas y telediarios. De hecho, saber que el rodaje se desarrolló en Belgrado le aporta al film una connotación estremecedora.

De ahí que, aparte de la excelente interpretación de los protagonistas –debidamente apoyada por Vanessa Redgrave y Jessica Chastain en los papeles de madre y esposa del general–, uno sienta que la película también triunfa en esa faceta escenográfica, llena de realismo, violencia y visceralidad.

Sinopsis

El pueblo de Roma tiene hambre. Las desigualdades entre el pueblo y las clases dominantes nunca habían sido tan evidentes. Se han extendido los disturbios y la furia del pueblo recae sobre el general más valiente de la república, Cayo Marcio (Ralph Fiennes), que ha expresado públicamente su desdén por el sufrimiento de los pobres.

Pero Roma también está en guerra con los volscos, un estado vecino cuyo ejército guerrillero está dirigido por Tulo Aufidio (Gerard Butler), el archienemigo de Marcio. Después del último escarnio de los volscos, Marcio y su compañero de armas, Tito Larcio (Dragan Micanovic) son llamados a un consejo de guerra por su general Cominio (John Kani). Roma debe contraatacar. El gran valor y liderazgo en el campo de batalla de Marcio le procura a Roma la ciudad de Corioli. Es una dura derrota para los volscos y, en honor a su victoria, se le otorga a Marcio el título de “Coriolanus”, que significa conquistador de Corioli. La rabia del pueblo de Roma se ha calmado y Coriolanus se ha convertido de pronto en un héroe.

Gracias a su reciente triunfo, la madre de Coriolano, la ambiciosa política Volumnia (Vanessa Redgrave) confía en que su hijo sea elegido como cónsul en el senado. Menenius (Brian Cox), senador romano y mentor político de Coriolanus, le anima. Siempre en segundo plano, la esposa de Coriolano, la dulce y tierna Virgilia (Jessica Chastain), se preocupa por la seguridad de su esposo.

Para convertirse en cónsul, Coriolano sabe que antes debe ganarse el apoyo del pueblo, algo que considera hipócrita y un insulto a su código de honor. Finalmente cede a la presión e intenta confraternizar con los ciudadanos, pero carece de la habilidad suficiente para ganarse la simpatía de la gente.

Sus anteriores declaraciones ya le han dado fama de ser una amenaza para el pueblo a ojos de sus representantes, los tribunos. Así pues, los tribunos conspiradores Bruto (Paul Jesson) y Sicinio (James Nesbitt) se aprovechan de la impopularidad de Coriolanus para convencer a los votantes de que le nieguen el puesto que busca. La campaña de los tribunos cuenta con el apoyo de un grupo subversivo de rebeldes de izquierdas dirigido por Casio (Ashraf Barhom) y Tamora (Lubna Azabal), que también desacreditan a Coriolanus.

Sus argumentos surten efecto y consiguen derrotar a Coriolanus, que monta en cólera inmediatamente y lanza una serie de venganzas verbales que conducen a más revueltas. Desacreditado públicamente, Coriolano es expulsado de Roma por el Senado.

Sin patria y en busca de venganza por la ingratitud y la traición de Roma, Coriolanus viaja a la ciudad de Antium, la capital volsca y hogar de su enemigo Tulo Aufidio. Sin nada que perder, busca a su antiguo adversario y, con gran audacia, le da a elegir. Aufidio puede matar a Coriolano o aceptar su ayuda para derrotar a Roma. Confrontado con su peor enemigo, Aufidio debe decidir si destruir finalmente a su rival o si unirse a él en la batalla…

Copyright del artículo © Guzmán Urrero. Reservados todos los derechos.

Copyright de las imágenes © Studio  Icon Entertainment International, BBC Films. Cortesía de Emon. Reservados todos los derechos.

Guzmán Urrero

Colaborador de la sección cultural de 'The Objective'. Escribió de forma habitual en 'La Lectura', revista cultural de 'El Mundo'. Tras una etapa profesional en la Agencia EFE, se convirtió en colaborador de las páginas de cultura del diario 'ABC' y de revistas como "Cuadernos Hispanoamericanos", "Álbum Letras-Artes" y "Scherzo".
Como colaborador honorífico de la Universidad Complutense de Madrid, se ocupó del diseño de recursos educativos, una actividad que también realizó en instituciones como el Centro Nacional de Información y Comunicación Educativa (Ministerio de Educación, Cultura y Deporte).
Asimismo, accedió al sector tecnológico como autor en las enciclopedias de Micronet y Microsoft, al tiempo que emprendía una larga trayectoria en el Instituto Cervantes, preparando exposiciones digitales y numerosos proyectos de divulgación sobre temas literarios y artísticos. Ha trabajado en el sector editorial y es autor de trece libros (en papel) sobre arte y cultura audiovisual.