Rossini eclesiástico

Es sabido que la música de iglesia atareó a Rossini desde su más tierna edad hasta su último esplendor compositivo: en 1808, en su época estudiantil en Bolonia, ya le vemos autor de una Misa que lleva el nombre de la ciudad, y cinco años antes de su muerte (o sea, 1863) es capaz de asombrarnos erigiendo esa exuberante Petite Messe Solennelle, una de la joyas más originales, y por supuesto hermosas, del repertorio sacro.

Pues bien, se descubrió que, durante un periodo de prudente exilio familiar en la ciudad romañesca de Lugo, huyendo de las posibles represalias políticas que pudieran caerle encima a su inquieto padre, cuando el músico iniciaba la segunda década de su vida y estudiaba con el sacerdote Giuseppe Malerbi (canto, acompañamiento y composición), realizó algunas obritas juveniles escritas de su propia mano con mínimas correcciones del religioso profesor.

Una parte de esas joyitas, en primicia moderna, Paolo Fabbri y Maria Chiara Bertieri las reunieron en dos cuerpos (Misa de Lugo y, simplemente, Piezas luquesas) y fueron interpretadas en el Festival de Bad Wildbab, oportunidad para que Bongiovanni nos las ofreciera luego en disco.

A pesar de sus ecos dieciochescos, en todas estas bellísimas y tan cantables páginas ya se nota la mano del futuro autor del Barbero o Semiramide (por ejemplo, la introducción del Christie, podría dar paso a cualquier obertura de las farsas en un acto que no mucho más tarde presentaría el compositor en Venecia). Entre el sexteto de jóvenes cantantes, encargados entusiastas de poner en pie tan adorables encargos, comandados todos por un inspiradísimo Gabriele Bellini, destaca el tenor Giovanni Botta, alumno de los cursos de Pesaro 2001, ya anunciando la brillante carrera rossiniana que luego emprendió.

Disco recomendado: Gioachino Rossini: Messa de Lugo / Brslik, Möhlmann, Cordun, Botta. Solistas de cámara de Brno. Coro de cámara Checo. Dir.: Gabriele Bellini / BONGIOVANNI / Ref.: GB 2346/47-2 (2 CD) D2 x 2

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