A través de la simbología masónica, Mozart reivindicaba su última ópera, La flauta mágica (Die Zauberflöte, 1791), una sociedad justa e igualitaria, a imagen y semejanza de los valores de la Revolución Francesa: Libertad, Igualdad y Fraternidad, que ya había reclamado en una ópera anterior, Le nozze de Figaro (1786), con una adaptación de una obra de Beaumarchais que había sido prohibida en Francia…, a resultas de la cual, la alta aristocracia retiró el favor al compositor, aunque el texto original había sido convenientemente expurgado por Lorenzo da Ponte para evitar escándalos o represalias (que se dieron igualmente).
Al final del primer acto, ante el templo de Osiris, el pueblo reclama igualdad para todos a través del coro, la voz de la conciencia colectiva:
Wenn Tugend und Gerechtigkeit
Den großen Pfad
mit Ruhm bestreut,
Dann ist die Erd’
ein Himmelreich,
Und Sterbliche den Göttern gleich.
(Cuando la virtud y la justicia / glorifican el camino de los grandes / entonces la Tierra / es un reino celestial / y los mortales son semejantes / a los dioses.)
Y, junto a esta esperanza de libertad, surge un mensaje feminista casi al final del segundo acto, en el encuentro de los jóvenes protagonistas, Tamino y Pamina, que parten juntos a enfrentarse a la prueba del fuego y la del agua –como parte de la iniciación a una siempre desdibujada masonería–, cuando el coro, previamente, les había invitado a ello, ávido de una nueva sociedad igualitaria para todos…
Welch Glück,
wenn wir uns/euch wiederseh’n,
Froh Hand in Hand
in Tempel geh’n!
Ein Weib,
das Nacht und Tod nicht scheut,
Ist würdig und wird eingeweiht.
(Qué felicidad, / volver a vernos/veros, / caminar alegres hacia el templo, / unidos de la mano. / Una mujer que no teme / ni a la noche ni a la muerte / es digna de ser iniciada.)
…palabras que confirman lo que ya sabíamos, que hombres y mujeres de toda clase y condición han luchado por la igualdad desde tiempos inmemoriales hasta la actualidad… y que el feminismo, en efecto, no es solo patrimonio de la actualidad.
Por su mensaje de libertad, igualdad y fraternidad, Beethoven homenajeó constantemente a la Flauta mágica de Mozart en su música, plenamente convencido de la necesidad de su mensaje libertario y, por tanto, atemporal.
Imagen superior: Diana Damrau en «La flauta mágica» © Beatriz Schiller / Metropolitan Opera. Reservados todos los derechos.
Copyright del artículo © Marta Vela. Reservados todos los derechos.