Guzmán UrreroFundada en el siglo I a.C., Gerona entró en la historia como un emplazamiento militar situado por los romanos en plena Vía Augusta.
Quedó luego bajo el dominio visigodo y más tarde fue conquistada por los ejércitos sarracenos.
En manos de Carlomagno, sus habitantes aceptaron la autoridad francesa. Gracias al conde Wilfredo el Velloso, la ciudad cambió su condición política y finalmente se integró en la Corona de Aragón.
En el siglo XIX, una reforma hidrológica mejoró substancialmente la economía de la zona.
«Gerona ‒escribe Josep Pla‒ es una antigua y noble ciudad que presenta uno de los conjuntos monumentales más importantes de Cataluña ‒si no el más importante‒, y que a pesar de estar sobre la Vía Augusta, que grosso modo continúa siendo el camino de penetración del país, no es conocida, como merece una tal impresionante, pétrea, dignidad. Está situada en el punto en que tres pequeños ríos ‒el Onyar, el Galligans y el Güell‒ vierten sus aguas en el Ter, pero la ciudad está construida sobre ambas riberas del Onyar, sobre cuyas aguas se forma la imagen pintoresca, viva, animada, de la Gerona fluvial. En términos generales, puede afirmarse que este río separa la Gerona monumental de la Gerona moderna, cuyo núcleo básico es el barrio del Mercadal».
«El barrio viejo de Gerona ‒en palabras de otro escritor, Juan Perucho‒ es una joya que los gerundenses han sabido restaurar y pulir con gusto y buen sentido, y de la que hay que destacar la Catedra, Sant Feliu, Sant Pere de Galligants, y este nuevo conjunto de la muralla, así como el de Sant Francesc, que recuerda vagamente a Siena».
Qué ver en Gerona
Las murallas romanas son el testimonio del pasado imperial de la ciudad. La Catedral, de estilo gótico, fue edificada entre los siglos XIV y XVII. A su vera, el visitante hallará un hermoso Palacio Episcopal.
El románico gerundense dispone de ejemplos inapreciables, como el convento de San Pedro Galligans (Sant Pere de Galligants), la iglesia de San Nicolás y la colegiata de Sant Feliu. También son de interés los baños árabes, de los siglos XII y XIII, el convento de Sant Domènec, la iglesia de Santa Susana del Mercadal, el hospital de Santa Caterina y el centro Bonsatruc Ça Porta, donde se expone el devenir del antiguo barrio judío.
Fiestas
La Semana Santa gerundense tiene una larga tradición. Lo mismo cabe decir sobre las fiestas patronales de San Narciso (29 de octubre), cuya actividad ferial es un atractivo turístico de gran importancia. Durante la segunda quincena de mayo, Gerona celebra un afamado concurso de flores.
Qué comer en Gerona
Por razones históricas, hay en el menú local una clara inspiración francesa. De otro lado, la proximidad de la despensa mediterránea convierte a Gerona en el sitio ideal para degustar la mejor gastronomía de la costa.
Encabezan esa oferta los buñuelos de bacalao, el suquet dels pescadors, los pescados a la brasa, varias sopas marineras y la samfaina de bacalao a la catalana. A los amantes de los sabores peculiares, cabe recomendarles una generosa ración de caracoles a la patarrallada. También les agradarán el conejo con nabos, el pato con mongetes, la langosta o la perdiz con caracoles, la sopa de oca con cama-sec y los peus de porc con hierbas aromáticas.
Excursiones desde Gerona
Lago de Bañolas (Banyoles)
Aiguamolls de L’Empordà.
Macizo del Montseny.
Merlès-Llucanès.
Riera D’Arbúcies-Hostalric.
Riu de la Muga-Albanyà.
Riu Segre-Isòvol.
Zona volcánica de la Garrotxa.
Visitas en los alrededores
Caldes de Malavella.
Figueras (Teatro-Museo Dalí).
Ampurias-Empùries.
Cadaqués.
Tossa de Mar.
Blanes.
Museos y monumentos
Baños árabes.
Catadral.
Centre Bonastruc Ça Porta.
Colegiata de Sant Feliu.
Iglesia de Sant Pere de Galligants.
Museo de Arte.
Museo de Historia de la Ciudad.
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Imagen superior: Wikimedia Commons.
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