Guzmán UrreroLos cambios en el nombre de la primitiva Barcelona revelan sus avatares históricos: los layetanos, sus fundadores, la denominaron Laye, los cartagineses cambiaron ese topónimo por el de Barcino, y los romanos prefirieron llamarla Favencia Julia Augusta Paterna Barcino.
Ataulfo hizo de ella la capital del dominio visigodo en el siglo V. Cuando en 801 el rey franco Luis el Piadoso expulsó a los árabes de la ciudad, también varió el juego político del territorio catalán, que finalmente recayó en manos del conde de Barcelona, a la sombra de la Corona de Aragón.
Aunque la victoria de Felipe V en la Guerra de Sucesión supuso la eliminación de los fueros, Barcelona se vio beneficiada durante los siglos XIX y XX en los campos comercial e industrial. Este auge sostenido tiene dos fechas relevantes: 1888, año de la Exposición Internacional, y 1992, año en que la capital acogió la celebración de los Juegos Olímpicos.
«El ensanchamiento de Barcelona [en el siglo XIX] ‒escribe Josep Pla‒ hizo que la ciudad llegara, en sucesivos momentos, a las villas y pueblos que la rodeaban. Estos núcleos le fueron agregados sin que básicamente se modificaran sus estructuras primigenias, de manera que el ensanche de la cuadrícula está rodeado de una corona de estructuras urbanas pequeñas, lo que produce un efecto de contraste muy vivo. (…) Pero Barcelona es algo más que un resultado histórico, algo más que un conjunto de elementos materiales de toda índole. En la ciudad hay un ambiente, un espíritu».
«El ensanche ‒añade el historiador Fernando García de Cortázar‒. El modernismo se manifiesta en ese barrio de Barcelona como en ningún otro lugar del mundo, especialmente en el paseo de Gracia, donde se encuentra la Pedrera ‒la más famosa e insólita casa que diseñó Gaudí‒ o la célebre manzana de la discordia, llamada así porque en ella compiten en belleza y decoración tres de las joyas modernistas más representativas de la ciudad: la casa Lleó Morera, de Lluis Domènech i Montaner, la casa Amatller, de Puig i Cadafalch, y la casa Batlló, diseñada por Gaudí«.
Qué ver en Barcelona
Por su solemnidad y hermosura, la catedral gótica de Santa Eulalia, edificada entre 1298 y 1448, encabeza el patrimonio arquitectónico barcelonés. Los ingredientes góticos y renacentistas destacan en la Casa del Arcediano, erigida en el siglo XII y reformada en torno a 1610.
Las remodelaciones también implican una mezcla de estilos en el ayuntamiento o Casa de la Ciudad y en el palacio de la Generalitat, donde reside la representación del Gobierno Autónomo.
Al siglo XIII corresponden el Palacio Episcopal y el Palacio Real Mayor, completado asimismo con elementos góticos y renacentistas. Entre los restantes inmuebles históricos, citaremos la capilla Palatina o de Santa Águeda, el convento de Pedralbes, el convento de Santa Ana, el hospital de Santa Cruz, las iglesias de los Santos Justo y Pastor, de San Pedro de las Doncellas y de Santa María del Pino, La Lonja o Salón de Juntas de la Bolsa, el palacio de la Virreina y el templo de Santa María del Mar.
El modernismo barcelonés, propio de fines del XIX y comienzos del XX, queda ejemplificado el Palacio de la Música y en obras de Gaudí como la Sagrada Familia, la Casa Milà y el Parque Güell. El Gran Teatro Liceo también es típico de la Barcelona decimonónica.
Fiestas
Cada 23 de abril, fiesta de Sant Jordi, los barceloneses regalan un libro acompañado de una rosa. Las fiestas patronales de Nuestra Señora de la Merced (La Mercè) constituyen una celebración de lo más bullicioso, que tiene lugar el 24 de septiembre. A mediados de agosto, las fiestas van por barrios, pero sobresalen las organizadas en el de Gràcia.
Qué comer en Barcelona
Tanto el casco antiguo como el Paseo de Gracia disponen de buen número de establecimientos donde se sirven tapas calientes, pinchos y montaditos.
El mercado de abastos de La Boquería, en las Ramblas, da una idea de la materia prima que llega a los restaurantes barceloneses. La oferta de estos últimos es típicamente mediterránea: arroz a la parellada, arroz negro, suquet, fideos a la cazuela, buñuelos de bacalao, caldereta de langosta, callos a la catalana, cap i pota, cassoulet, escudella, zarzuela de pescados y mariscos, pastas cocinadas al estilo local, butifarra con setas o judías blancas, bacalao a la llauna, sopa de pescadores, y de postre, crema catalana. Quien busque bares y pubs puede hallarlos en Gracia, La Barceloneta y Santalo-San Gervasi.
Excursiones desde Barcelona
Delta del Llobregat.
El Garraf.
Macizo del Montseny
Montnegre y el Corredor
Montserrat.
Parque Natural de Cadí-Moixero.
Sant Llorenç del Munt i L’Obac.
Visitas en los alrededores
Sant Cugat del Vallès.
Vilassar de Dalt.
Santa Coloma de Gramanet.
Martorell.
Sitges.
Monumentos y museos
Basílica de Santa María del Mar.
Palau de la Generalitat.
Catedral
Sagrada Familia.
Museo Nacional de Arte de Cataluña.
Castillo de Montjuïc
Parque Güell.
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Imagen superior: Wikimedia Commons.
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