Lo leemos en las portadas de la prensa. Encabeza los titulares de los informativos televisivos. El reloj del derroche y las corruptelas marca el paso de nuestro tiempo. Tic tac: los malos políticos y los profesionales deshonestos salen a escena y se muestran confiados. Pero quizá esos profesionales del engaño cometen el error de pensar que el público no prestará demasiada atención a sus delitos. La ética, aunque ellos no lo crean, sigue rindiendo réditos en nuestras vidas. No es una experiencia subjetiva y prescindible, sino un aspecto del comportamiento que parece situarse en el núcleo de nuestra existencia.
En el fondo, como dice Adela Cortina en este interesantísimo libro, el apoyo mutuo –uno de los pilares de la ética– continúa siendo un valor magnético. Sobre todo cuando estallan los escándalos y la incertidumbre prevalece en todas las gráficas sociales y económicas.
A través de un panorama conceptual expuesto en varios niveles, la autora va describiendo con claridad los problemas planteados por esta disciplina filosófica.
Resolviendo malentendidos y extrayendo la esencia de la materia, el libro completa un panorama sumamente enriquecedor, que se lee con tanto interés como agrado.
«¿Para qué sirve la ética? –se pregunta Adela Cortina en uno de los capítulos– Para recordar que es más prudente cooperar que buscar el máximo beneficio individual, caiga quien caiga, buscar aliados más que enemigos. Y que esto vale para las personas, para las organizaciones, para los pueblos y para los países».
Esta lección, obvia en apariencia, deriva de todo un sistema de pensamiento que sustenta el frágil equilibrio de eso que llamamos civilización. Al fin y al cabo, como nos recuerda la autora, todos tenemos una talla moral: una evidencia que demuestra en la práctica otro hecho incontrovertible, y es que no hay seres humanos amorales. O dicho en palabras de Cortina, «somos constitutivamente morales», y por consiguiente, lo más acertado y rentable –ahí es nada– sería «intentar sacar el mejor partido posible de ese modo de ser nuestro, del que no podríamos desprendernos aunque quisiéramos».
No es mi intención espigar reflexiones de un libro como este, que debe leerse como quien repasa un manual de instrucciones del mundo contemporáneo. En todo caso, uno recorre sus páginas con dos certezas. Primero, el altruismo es un motor más poderoso que la avaricia. Y segundo, «conjugar justicia y felicidad» –la fórmula es de Adela Cortina– viene a ser la receta más sencilla para conducirse éticamente por esta época en la que nos ha tocado vivir.
Sinopsis
En este libro, Adela Cortina nos recuerda que “si no tomamos nota de lo cara que sale la falta de ética, en dinero y en dolor… El coste de la inmoralidad seguirá siendo imparable. Y, aunque suene a tópico, seguirán pagándolo sobre todo los más débiles”.
Efectivamente, esta época nos depara demasiados ejemplos de las consecuencias de la falta de ética en las conductas de muchas personas con responsabilidades políticas y sociales. Y es preciso recordar que la ética “sirve”, entre otras cosas, para abaratar costes en dinero y sufrimiento en aquello que está en nuestras manos lograr, en aquello que sí depende de nosotros. Y también para aprender, entre otras muchas cosas, que es más prudente cooperar que buscar el máximo beneficio individual caiga quien caiga.
Ninguna sociedad puede funcionar si sus miembros no mantienen una actitud ética. Ni ningún país puede salir de la crisis si las conductas antiéticas de sus ciudadanos y políticos siguen proliferando con toda impunidad. Este libro nos recuerda que ahora, más que nunca, necesitamos la ética.
Adela Cortina Orts es Catedrática de Ética y Filosofía Política en la Universidad de Valencia y miembro de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, siendo la primera mujer que ingresó en esta Academia desde su fundación en 1857.
Es directora del Máster y del Programa de Doctorado Interuniversitario y de la Fundación ÉTNOR.
Asimismo, es Doctora Honoris Causa por ocho universidades nacionales y extranjeras, y en diversas ocasiones ha formado parte del Jurado de los premios Príncipe de Asturias de “Comunicación y Humanidades” y de “Ciencias Sociales”.
Entre sus obras se cuentan Ética mínima; Ética sin moral; Ética aplicada y democracia radical; Ciudadanos del mundo; Por una ética del consumo; Ética de la razón cordial; Las fronteras de la persona; Justicia cordial y Neuroética y neuropolítica.
Colección: Para qué sirve
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